martes, 25 de septiembre de 2018

Y SI, LA REALIDAD, FUERA UNA FICCIÓN



Y si la realidad fuera una ficción”, Juan llegó a esta conclusión tras leer muchos libros sobre temas concretos. Pensaba que al referirse tantos autores sobre un mismo tema tendría que haber algo de verdad en todo ello. Por tanto su pensamiento se reafirmo en esas ideas como verdades básicas.
Al hablar con otras personas siempre sacaba el tema por el que estaba interesado y lucía una serie de argumentos con los que sostenía su creencia. Tantas veces repetida su pensamiento se consolidaba con mayor fuerza, tanta como el giro de la tierra sobre el sol.
Cuando alguien disentía de sus palabras, necesitaba apartar a esa persona para no romper la catedral construida.
Sin darse cuenta; Juan se iba radicalizando y solo tenía ojos y oídos sobre lo que quería escuchar, con lo cual se fue embruteciendo. Se sentía mensajero elegido, por ello tenía algo que hacer en la sociedad que le rodeaba, pero muchas personas se alejaban de su discurso, lo encontraban monotematico y pesado. Con ello, Juan se fue aislando, se sentía incomprendido y su carácter cambio, sus rasgos de la cara se afilaron, arrugas mostraban una piel deshidratada. Su casa la consideraba su torre. Hasta el mes pasado que obtuvo una noticia que desmentía toda su creencia. Mientras leía los argumentos se reía pero fijo su interés sobre el desarrollo de la misma. En su cabeza apareció la palabra duda, que no estaba en su diccionario. Como una semilla empezó a germinar y contrastar con la aridez de su cabeza, a un ritmo imparable se desarrollaba la nueva idea y apareció la duda. Con ello, paso a una desorientación personal de no saber donde estaba, ni hacía donde ir.
Como un bebe, empezó a dar nuevos pasos, tan dubitativos como un niño. Pero comenzó a andar.

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