Alberto tiene que decir algo a su
mejor amigo, pero sabe el dolor trasmitido por sus palabras. Por ello va
aplazando el momento de expresarlo, en nada quiere ser portador de noticias
envenenadas.
Juan es una persona muy sensible,
con el paso del tiempo ha ido modelando esta manera de ser, de tal manera que
su resultado es diferente al de hace unos años.
En Alberto se traduce la duda del
deber de decir o ignorar las palabras recibidas sobre su amigo Juan. En ese
tomar una decisión va aplazando el momento de hacerlo. Una insatisfacción se
produce por dentro como de poseedor de una noticia que tiene por compartir pero
con un resultado que puede ser demoledor.
En esa incertidumbre se pasa los últimos
cuatro días. También sabe como se pueden cambiar los venenos y trasformarlos en
agua de lluvia. Con lo cual su tranquilidad vuelve a su ser impidiendo que se
larve dentro de si mismo. Impidiendo que el insecto se desarrolle para ser un
parasito, modificador del medio donde se ha crecido: su cabeza.
Por ello decide llamar a Juan y
trasmitir el mensaje. Sabe como expresarlo y salir reforzado su amigo. Ahí esta
y por ello su ayuda, poseída durante estos cuatro días. Por otro lado solo ha
sido un producto de su mente, por ello la capacidad de transformación y
conseguir el lado positivo que todas las cosas tienen, pero nos empeñamos en
buscar el que más destaca, el más fácil, ese que es la referencia de muchas
personas en nuestro mundo, precisamente el lado negativo. Muchísimo más
noticiable y por ello utilizado como parte de la normalidad.
Alberto lo conoce desde hace
mucho tiempo pero por inercia, no ha actuado, pues tomo el que parece ser el
camino natural, al hacerlo la gran mayoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.