miércoles, 13 de junio de 2018

EL ROBO DE LOS "PEN DRIVE"


Llegó sobre la medianoche, estaba en un lateral de la habitación cuando al encender la luz se encontró todo desordenado.
Venía cansado y ahora todo esto. Al abrir la puerta, sintió acabar el mundo. El castillo de naipes se hubiera caído.
Las estanterías caídas en el suelo, ropa devuelta. ¿Que querían encontrar? El ordenador y la televisión solo mostraban las huellas de polvo de donde habían estado. A simple vista era lo más destacable. Pero fue derecho al cajón de la mesilla donde guardaba los “pen drive”, pero no estaban. Habían tenido tiempo suficiente para registrar a fondo. Nueva pregunta ¿para que querían sus recuerdos?
Un espacio de su memoria estaba allí, notaba un vació en su interior, dinero tenía para los gastos de la semana.
Utilizaron unas bolsas de deporte para llevarse las cosas.
La siguiente acción fue llamar a la policía, con la intención de recuperar su memoria. En un par de horas llego una patrulla y le informaron que pusiera la denuncia y por la mañana la policía científica tomaría huellas. Que procurara no remover mucho para sacar detalles. Como consuelo le dijeron que en la zona se habían producido otros dos robos.
Como pudo se acostó, sin sueño y dio vueltas una y otra vez, con la llegada de la mañana. Tomó una ducha y espero la visita, prevista. Pero no fue hasta la una cuando sonó el timbre y explico lo ocurrido, una vez más.
Llenaron la casa de polvos en busca de huellas incriminatorias, pero habían trabajado con guantes. Ida a poner la denuncia y consuelo de que habían habido más robos en el distrito. Detallo lo que echaba en falta, pero siempre como primera cosa: la caja metálica con las memorias USB. Ese espacio era el prioritario en su perdida moral, más sentida.

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