lunes, 6 de febrero de 2023

CITA PREVIA

 

Las 12 es la hora de citación, el mostrador aparece vacío. Juan evita la hora en su reloj que coincide con el de la pared Para que fijan una cita si luego no la cumplen, es su pensamiento. Mueve la pierna y comienza su baile de movimientos involuntarios. No hay nadie a quien dirigirse. Solo el vigilante de seguridad de la entrada. Hacía allí se dirige, sabe dónde están los funcionarios”, Ah están dentro celebrando el cumpleaños de una compañera, es la respuesta. En horario de atención al público… comenta Juan. El guarda arquea los ojos y mira hacia el suelo.

 

¿Puedo pasar al interior? Eso está prohibido es la rápida frase. Mientras van entrando nuevas personas. Juan les va explicando la situación. Hasta que una mujer grita “Nos pueden atender” El silencio velado no da resultado. A las doce y media nuevas personas se unen a la cola, el murmullo se vuelve gritos. El guarda pide silencio sino tendrá que llamar a la policía. Eso, llámala para que felicitemos al del cumpleaños. A los diez minutos dos policías llaman a la puerta, que ocurre aquí, preguntan. Estos señores están dando voces. Juan se hace portavoz y explica la situación. Un agente llama a la puerta, pero nadie responde. Vuelve a hacerlo y al no tener respuesta, gira el manillar. Allí no había nadie. A los quince minutos entran tres personas bastante alegres, en cuanto ven a la policía las caras se disipan. explican que era su tiempo de desayuno y que salieron juntos. Solo han sido veinte minutos. Juan pregunta si todos pueden abandonar su puesto de trabajo. El vigilante se siente culpable por haber desvelado el secreto. El teléfono móvil busca poner una reclamación. Nunca un cumpleaños salió tan mal y el apercibimiento estaba muy cerca. Demasiado próximo.

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