Cuando una persona ingresa en la política, intenta mejorar las condiciones de vida desus vecinos o de la sociedad. Tiene ideas innovadoras que pueden ser útiles al resto de personas. Pero lo que parece fácil se convierte en imposibilidades de todo tipo, de los propios compañeros afines, de opositores y del dinero, que nunca existe, parece efímero o quizá lo sea, cada vez es más anormal, salvo para pagos pequeños.
Siempre señalado por el resto, ”hagas lo que hagas siempre te reprocharán” como dice el dicho.
Difícil camino para el que lo elige, ciertamente ocurre lo mismo con el funcionariado, donde hagas lo que hagas siempre serás señalado como un parásito. También es verdad un son actividades use alguien las tiene que hacer, por tanto necesarias.
Recuerdo una escena de una película, donde llega una mesa nueva a la casa de una familia. Donde colocarla causa un profundo debate, cada miembro dice una ubicación, por supuesto diferente a la de los demás. La mujer se planta en medio y tras oír los argumentos de cada uno, sugiere una votación, pero el resultado es el mismo, el tiempo va pasando y la mesa está en el centro del salón. El más pequeño sugiere dejarla en el centro donde esta, pero esto abre nuevas discusiones. Comienzan a salir rencillas o soluciones tan banales como absurdas. Llego la tarde y las posiciones no habían cambiado. La madre harta de conflictos dijo: muy bien devolvemos la mesa. Pero nos hace falta, Lauro por eso la compramos fue la respuesta pero sino somos capaces de llegar a un entendimiento quitaremos el problema. Al día siguiente una empresa de reparto llamó para recoger la mesa. Todos miraban como la desmontaban y la bajaban por la escalera. El problema nos se había resuelto pero el entendimiento tampoco
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