AYUNTAMIENTO

 

Juan desaparece de la Alameda por una calle poco transitada, es la calle más pequeña de la zona, allí no hay zona comercial, solo las traseras de otros edificios, por allí no se suele ir a ningún sitio, salvo para atajar a otra avenida principal. Los barrenderos ni pasan por ella en el centro un olor a orines como aliviador, junto a unas cajas de madera olvidadas. Juan toma unas fotos para denuncia en el ayuntamiento la dejadez de la limpieza. Los vecinos suelen tirar agua con lejía para mitiga los olores. Las cocinas de los edificios suelen dar a ella.

Parece una trastienda donde todo el mundo deja cosas inservibles.

En el ayuntamiento pegunta donde puede denuncia la situación, le invitan a ir a la concejalía de limpieza. Un cuarto habilitado para el funcionamiento de cada servicio. Toca la puerta peo nadie acude ni dice nada, Abre la manilla, pero está vacío, solo cajas apiladas, palas y cepillos nuevos. Tapan una mesa con un ordenador. Juan vuelve a bajar y le dicen que estará desayunando, pregunta que cuando volverá y la respuesta es sobe las 11, pero si son las 10. Aproximadamente le dicen. Iré a tomar un café, de una hora.

Juan vuelve enfadado y pregunta si ha llegado. Respuesta afirmativa. Sube las escaleras y llama, de nuevo. No hay respuesta. Vuelve a bajar y dice la situación, como explicación es que estará en el servicio.

Juan se siente toreado. Si quiere ponga una nota en el registro, desde allí se le contestara. Intento ir de nuevo. La situación no ha variado. Vuelta a bajar y pregunta para poner una reclamación. No le va a valer de nada. Está en el ayuntamiento, vuelta a recibir una respuesta disuasoria. Es igual la pasare por registro. La sonrisa del funcionario.