miércoles, 18 de enero de 2023

LA DEJADEZ

 

Este día surgio del viento del norte. Las luces de las casas empezaron a mostrar que había vida en su interior. Los coches iniciaron su monótono rugido. Los pasos acelerados mostraban la premura por llegar a los diferentes trabajos.Inés y Juan mantienen una mirada hostil, huidiza, vacía de palabras. Ellos también se preparan para ir al oficio. Ni un triste “adiós” en su marcha. Las pocas hojas tendidas son arrastradas. La calle marca la velocidad del aire y los cuerpos abrigados, buscan retener el calor del hogar. Juan sale desabrochado, mientras Inés lo hace como un esquimal.La tarde cambia, incluso sale el sol, regresan casi a la vez, pero si no hubo despedida tampoco hay recibimiento. El frío de la casa es superior al térmico. Inés habla sobre la voluntad de separarse, pero el dinero es la dificultad. Juan aporta poco, -ya sabes dónde está la puerta. Se cree dueño de la casa, aun siendo de alquiler. Inés selecciona su ropa y la mete en bolsas. Tiene que dejar algo que recogerá al día siguiente. Ha pedido el siguiente día libre para instalarse donde su amiga Clara, que le dejara una habitación. No lejos de su domicilio, varios viajes solucionan la mudanza. Clara vacío un armario de una pequeña habitación para dar cobijo a su amiga.

Una estufa de gas enciende las cortinas, fue el origen de la fatalidad, el fuego se devora la casa como las vidas que moraron. Juan borracho pudo salir del incendio. La noticia corrió pronto por el pueblo. Clara informa a Inés y responde: “poco queda ya por recoger”. El viento retomó su fuerza, mientras algunos copos flotaban jubilosos, intentando buscar su sitio.

. “Los recuerdos pueden ser cadenas, mejor que desaparezcan”, Dijo Inés a una Clara sin salir del asombro por tantos sucesos.

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