lunes, 17 de diciembre de 2018

LA LINEA RECTA



Como curiosidad, los seres humanos tratamos de seguir una linea recta que se representa con la comodidad, nuestro pensamiento se vuelve conservador, pero si se van introduciendo pequeños cambios nuestra linea avanza, pero evidentemente hacia otro sitio. Sin darnos cuento aceptamos ese desvió, pero no nos damos cuenta que el objetivo es diferente, la variación de grado va cambiando el destino. Lo ya conseguido acaba desapareciendo y en nuestro nivel de adaptación aceptamos todo este proceso, nuestro nivel de oposición queda adormecido y nos dejamos llegar por lo que pueda representar esa linea recta que nos aleja de preocupaciones adyacentes.
El problema surge cuando somos conscientes que ese tren que hemos cogido para ir cómodos y llegar al destino elegido nos lleva a otro punto muy diferente del proyectado. Cuando queremos darnos cuenta el tren lleva muchos kilómetros recorridos y ya es difícil rectificar, que seria volver atrás e iniciar el camino requerido. En la vida esto no es tan fácil y una perdida de fuerzas y de entusiasmo te deja llevar en esa linea, en principio cómoda, aunque no sea la elegida.
Los avances sociales se ven alterados en su destino y como son pequeños se van aceptando, de esa manera aparecen nuevas modificaciones, que con la misma manera de proceder siguen aceptando, porque el tren sigue moviendo hacia el destino elegido que puede ser el “este” geográfico. Pero ese punto va desde la provincia de Girona hasta Almeria. Evidentemente las diferencias son claras, el tren sigue cambiando de grado en el paso de estaciones intermedias. Seguimos moviendo pero lo principal es el destino, ese es el que va modificando y aceptamos sin más. Hasta que descubrimos la modificación del trayecto. Entonces empieza el malestar general, pero de difícil solución. La desviación ha sido tan grande, tan diferente, que...

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