martes, 4 de diciembre de 2018

LA DUDA




Juan no conoce porque tiene tantas dudas, ante todo le surgen y lo soluciona preguntando a los demás. Le da rabia tener que actuar de esta manera pero no sabe porque lo hace. Por otro lado tampoco busca ayuda para vencer esta manera de actuar.
Ha llegado a plantearse con que pie tiene que iniciar la salida de su casa. Aun pareciendo ridículo, una y otra vez aparece sigue actuando. No tiene pareja, el mar de dudas impide ver el horizonte y difícilmente puede encontrar alguien con quien compartir su vida.
Afortunadamente con su trabajo no hubo problemas porque fue sugerido por unos amigos que le facilitaron la introducción laboral.
Salio tarde del nido familiar pero lo hizo con un piso compartido de dos amigos. Allí encontró, el refuerzo para tomar decisiones y hasta hábitos culinarios y deportivos.
Siempre respaldado no había ningún problema, pero sus amigos encontraron compañera y salieron del piso, con ello se le vino un gran problema.
Empezó a gestionar su propia vida, poco a poco fue soltando de esa red que solo había construido él.
Le ofrecieron un nuevo trabajo, las alarmas saltaron y comenzó la ronda de información entre amigos o familia. Las respuestas fueron tan dispares como poco aseguradoras. Seguía en el océano, sin saber nadar y con solo dos remos para la barca.
Pero la presión es cada vez mayor, sigue sin encontrar salida. Con lo cual elige la salida más fácil abre la ventana, es un sexto piso abajo una acera que se ensancha, tirando de cabeza el objetivo se solventaría en escasos segundos.
Lo hará en una carrera despeja los muebles que pueden estropear sus pasos.
¿quizás debería escribir una nota? Dicho y hecho redacta su decisión, deposita la carta, con el titulo de señor juez, inicia sus pasos rápidos.

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