miércoles, 28 de febrero de 2018

LOS OJOS QUE TODO LO VEN 3




Obtener la pistola es tener la seguridad ser respetable. Cada asesino suele volver al lugar del crimen. Juan es uno más.
Llega a la colonia de casas bajas que linda con la montaña y mira hacía todos los lados, da una pequeña vuelta para llegar a la alcantarilla. Mete la mano en el agujero pero allí no ahí nada. Mira en su entorno pero nadie es testigo. Desde la ventana testigo una mano marca el teléfono de la policía.
Juan inicia una carrera para salir de la ratonera, la misma que acogió a su presa.
Un frenazo en seco turba su huida. Identificación y entrada en el coche. La llamada y ver una persona corriendo fue el móvil de la detención.
Juan nervioso piensa en que ha fallado, pero la idea es haber vuelto a la escena del asesinato. En comisaria se derrumba y confiesa. Tras un cristal traslucido es identificado por el testigo. Todo parece terminado pero los tentáculos del fallecido se dirigen hacía él, de una manera silenciosa.
Tras el ingreso en prisión recibe el primer aviso de uno de los recluidos: “Lo pagaras”.
Pide protección ante las amenazas, pero ya ha vuelto a trasgredir otra de las normas, el silencio.
Pasa el tiempo sintiendo observado, el sueño no se recupera. Continuas agitaciones le despiertan con frecuencia. Unas profundas ojeras y un negar a la comida, hacen un aspecto deplorable. Sabe que caerá en cualquier momento pero esos ojos que todo lo vean le impiden llevar cualquier tipo de vida. Su pensamiento es unicolor y precisamente es el negro, ocupante de su mente.
El momento llega y se retuerce de dolor sobre el suelo indefinido. Lo último que ve es la imagen de un ojo. Para ello cierra con fuerza los suyos con intención de no ver nada.

lunes, 26 de febrero de 2018

LOS OJOS QUE TODO LO VEN 2




La salida de Juan del lugar fue rápida. Mirada a todos los sitios, pero ni siquiera la detonación produjo atención por nadie.
La vigilancia del sitio conformaba su aparente tranquilidad. Ya había pasado a la otra orilla. Ahora ya todo da igual.
La llegada de la policía, alertada por el testigo, fue pronta. Indico hasta el lugar donde estaba escondida la pistola y el fajo de recortes de papel. La investigación partía con ventaja. Testigo, arma. Mucho más que el anonimato que empieza cualquier causa.
En comisaria no hubo reconocimiento de fotografiás acumuladas en los archivos informáticos. La colonia de casas bajas no tenía respuesta de haber sido realizada por un vecino. La fácil comunicación con el centro de la ciudad a través de la linea de metro, no necesitaba ni la ayuda de un coche.
Juan conoce que su aventura debe ser contada, sino nadie le reconocería nada, y una muerte es una medalla en su honor canalla.
Unas cervezas y cuenta a sus conocidos su proeza. Uno de ellos le llama a un lugar apartado y le comentaba lo cuidadoso que debe ser. “Siempre hay un soplón, que por dinero larga”. Nervioso contestaba: “Tu crees”. No solo creo sino que lo he vivido en primera persona.
El nerviosismo de Juan va en aumento, sino lo hubiera dicho, no sería nadie, ahora gozaría de prestigio y respeto. Pero alguien le podría traicionar, en realidad se trata de conocidos, no les conoce como si fueran amigos. Nadie le pediría la pistola para no tener que cargar con un cadáver, añadido a la fechoría a hacer. Pero Juan conoce que una pistola da autoridad, por ello debe volver a tenerla. En la tercera noche quiere recuperarla. Su seguridad ya no está garantizada. El asesinado puede tener amigos en la zona suya.

jueves, 22 de febrero de 2018

LOS OJOS QUE TODO LO VEN 1




Juan siempre supo del dicho “los ojos que todo lo ven”, pero cuando cometió el crimen, miro hacía un lado y al otro viendo que el paraje estaba desierto. La distancia que produce una pistola es suficiente para no dejar otras huellas que la propia de la bala, nada más. Estaba en una calle apartada y no dejaría huellas de sus zapatillas deportivas.
Se cito con la victima en aquel lugar para entregar una bolsa con dinero fruto de la deuda contraída hace un mes. La bolsa la llevaba pero llena de recortes de papeles. No pensaba nunca pagarle el favor realizado. La linea de la anormalidad sabía que la atravesaría y no tenía retorno, por tanto una muerte más no importaba. El objetivo es ganar dinero para encontrarse más libre, fuerte y seguro.
Juan no tuvo una gran autoestima por ello fue poniendo trajes en busca de aparentar, lo que no era.
Novelas y cine le dieron claves para actuar y vestirse.
Este paraje lo había analizado para ser utilizado en caso de necesidad. Siempre solitario y apartado de miradas. Dentro de la gran ciudad y con posibilidades de escabullirse en caso de aprietos.
Pero sabía el dicho, lo cual le produce una inquietud. La zona esta alejada de su lugar de residencia. Al deudor también le desplazaba unos cuantos kilómetros pero el ansía por el dinero fue mayor que las precauciones a tomar.
Aun así acepto ir a aquella calle, cuello de saco. Tras el disparo se sentía más libre y fuerte. Al lado de una alcantarilla escondió el arma metiendo en el plástico con los recortes de papel.
Pero un testigo, perteneciente al dicho “los ojos que todo lo ven”. Observo todo desde la ventana de su casa.
Oyó la conversación y la escena acaecida enfrente, suyo.

miércoles, 21 de febrero de 2018

LA SALIDA DE SU CIUDAD 3




Marcos eligió un restaurante donde suele ir algunas veces, es de los del plato del día pero acogedor. La comida fue rápida, saliendo a pasear a un parque cercano. Querían poner al día sobre su manera de ser, gustos y aficiones. Era como abrir un libro y no saber por donde empezar, por la cantidad de capítulos. La vida de ambos había cambiado en tres días. Y solo el contacto físico del primero.
Marcos comenta esté hecho.
  • Yo que suelo ser tan rígido mi vida cambia en nada. Conozco a una mujer que me gusta y ofrezco mi casa. Su pensamiento es en alto.
  • Te agradezco que hayas puesto un punto de luz en mi vida, pues estaba en un momento que no se que iba a hacer. Conocerte a sido ese faro en la noche, que te permite guiarte. Destaco tu altruismo y que venzas tu rigidez mental para dejarme un lugar en tu vida. Mientras lo expresa están bajo un gran roble.
    Terminaron el camino a casa de la mano, como si algo fueran conscientes tras hablar.
    Llegados a casa le enseño la ubicación de las cosas y la dejo tiempo para colocar su maleta. Se echo la hora de cenar para ir al trabajo, elaboraron la cena, mientras preparaba la marcha. Unos ojos tristes fueron la respuesta.
    Pero a Marta le vino bien la reflexión para saber que hacer en esta ciudad y con Marcos. No durmió esperando la llegada de Marcos, estuvo con lectura y trasteando con el móvil. Son muchas emociones en tan poco tiempo. A las cinco sus ojos se cerraron. A las doce se levantaron e hicieron el desayuno. Marta comentó su espera fallida. Marcos vio como dormía a través de la puerta abierta, le dio mucha tranquilidad.

martes, 20 de febrero de 2018

LA SALIDA DE SU CIUDAD 2




La llegada al otro destino, llega llena de preguntas. La juventud de Marta, no le asusta la decisión tomada. Cuando aparece la nueva estación ve a su amigo, Marcos, cree conocerle de siempre y fue un trayecto en bus y dos día de conversaciones telefónicas.
Un abrazo y un furtivo beso llena el encuentro.
  • Nunca pensé que saliera de mi ciudad, conociera a un chico en un autobús y me fuera a su ciudad. Sin conocer nada.
  • Ya ves como puede cambiar nuestras vidas. Un montón de dudas pero se ve luz al final del camino, lo que te hace sentir ilusionado. Contesta Marcos.
Marcos toma su maleta y contesta.
  • Vivo cerca vamos andando.
  • Que bien, cuantos árboles estoy viendo.
  • Si es una ciudad donde prima el color verde. Aquel edificio amarillo a la derecha, ahí es donde vivo. Te enseño la casa y damos una vuelta por la ciudad.
La maleta va haciendo el ruido de no pasar desapercibida. Es un segundo piso, toman el ascensor y llegan a una casa llena de luz. Da a la parte posterior de la calle, siendo más silenciosa.
  • Está sera tu habitación, pintada de amarillo claro, un armario empotrado y una mesa con una silla acompañan a una cama estrecha.
  • Qué bien, Marta agradece, todo lo que se está encontrando.
Una visita al resto de la casa rápida, les pone de nuevo en la calle.
  • Dos calles más allá está la fabrica donde trabajo, comienza un polígono industrial.
  • Qué cerca, que bien. Marta muestra unos ojos brillantes y una amplia sonrisa.
Marcos marca la conversación y la ruta por la ciudad. Son la una y media reflejada en un reloj de un viejo café al que entran.
Eligen una mesa junto al ventanal.

lunes, 19 de febrero de 2018

LA SALIDA DE SU CIUDAD 1




Marta elige salir de su vida actual y emprender la vida en otra ciudad, lleva una maleta y toma un autobús que eligió en la misma estación.
Marta piensa que poniendo tierra por medio, los problemas quedaran aparcados y por tanto desaparecerán.
A Marta se le olvida que lleva una maleta y no solo de ropa. La ayudan a poner en la bodega. Toma el asiento asignado. No saluda a su acompañante y saca el móvil para revisar mensajes.
El autocar inicia su marcha bruscamente, comienzan comentarios reprobatorios. Su compañero de asiento comenta la brusquedad. Marta abandona la consulta visual para reafirmar el comentario.
Lo que da inicio de una conversación donde ambos se presentan. Indican su destino pero Marcos se quedara en una ciudad anterior. Marta comenta su cambio de vida. Perdió su trabajo eventual y nada la ata a seguir en su ciudad de origen.
Marcos tiene un trabajo fijo, pero viene a ver a su familia una vez al mes. Tiene turno de noche por ello le permite aprovechar y hacer el viaje de día. No tiene coche, pero no le gusta. Tuvo una experiencia traumatica y dejó de conducir.
La conversación llevo a una sintonía, Se intercambian los números de teléfono y la posibilidad de verse de nuevo en un medio más distendido.
La salida de Marcos quedo un poco dolorida, casi quería haber bajado con él. Pero su ego se lo impidió. Al llegar a su destino eligió un hostal donde descansar. Reflexiono sobre el viaje. Como la brusquedad de las maniobras del chófer había llevado sus ojos hacía el acompañante que ignoraba.
Esa misma noche le llamaría antes de entrar en su turno. En dos días estaría allí. No tenía destino fijado e intentaría fijar su lugar en esa otra ciudad.
Marcos la apoyo.

viernes, 16 de febrero de 2018

ESPACIOS DE RUPTURA




Todos buscamos alguna actividad que nos saque de lo que hacemos normalmente. Cada uno elige la forma, unos lo hacen mediante la lectura, escuchando música, dibujando, contemplando, viajando, haciendo ejercicio físico. Son mecanismos de salir del propio mundo para adentrarse en otro, parece como si tuviéramos que hacer un tiempo muerto, con el cual recuperar la salida del trance que nos ofrece la vida diaria.
Es la necesidad de aportar otras cosas, el problema surge cuando cualquier actividad extraña a nuestra vida se convierte en el centro de toda nuestra atención como una sustancia dopante, de la que necesitamos, si o si. Surgiendo el problema de mezclar dos mundos, desde luego contrapuestos.
El escape siempre suele ser bueno sin tener que pasar a ser un centro de atención.
Nuestra brújula interior, a veces, parece desviada y llega a producir un sensación de haber perdido el control. Cuando esto ocurre crea un desajuste interior del que es fácil, recurrir a sustancias adictivas como el alcohol, drogas, medicamentos o sectas, donde todo esta reglado y solo hay que hacer las directrices que se imparten. Un mundo feliz o si analizamos no ocurre de esa manera tan estructurada o dependiente.
Siguiendo con la senda de la ruptura parcial de la vida normal y habitual, está el ir cambiando las alternativas que se nos presenta para quitar una posible dependencia que crea desajustes en nuestra vida. Y que sean una piscina para un día caluroso, donde refrescar y no tener que pasar todo el día en ella.
Las alternativas siempre están para tomarlas pero no son el fin del camino, sino parte de él. Siempre teniendo en cuenta esta razón podemos distinguir las demás rupturas o esperas para que la vida siga teniendo todos los alicientes que tiene y, a veces, no queremos ver.

jueves, 15 de febrero de 2018

LA COLISIÓN DE DOS AUTOS




Dos coches impactan en un cruce con semáforos. El golpe ha sido tan grande que han tenido que ayudar a extraer a los dos conductores. Hasta aquí una incidencia más de las calles de una gran ciudad. La diferencia está en el dialogo de los accidentados.
  • te saltaste el disco en rojo, desde el suelo.
  • Tú saliste antes de lo debido, replica el otro.
  • La gente que ha visto u oído el fuerte impacto, solo han visto el mismo pero no el destello de luz regulador. La zona está muy transitada. La escena acumula a muchas personas, más por el interés de enterarse que por el de ayudar.
  • Como puedes decir eso, intenta reincorporarse pero un agudo dolor en el tobillo se lo impide.
    De igual manera el otro conductor, también quiere reincorporar pero su pierna izquierda no le aguanta y cae al suelo. Entre dolores, siguen maldiciéndose, entrecortados por el dolor creciente. Querer llevar la es la suprema. De las frases acusatorias se pasa a los insultos, resultado ridículo de su impotencia. Como dos gallos de pelea, desplumados y abatidos,siguen queriendo tener razón, cuando el dolor se encuentra en sus piernas doloridas por la comprensión de los motores de sus vehiculos sobre su cuerpo. Sus gritos van en aumento para liberar el dolor de sus piernas. Los congregados tratan de calmarles pero empiezan a tomar partido sobre las tesis de cada uno. En un momento todos parecen haber sido testigos de la colisión, comienzan las apuestas.
  • Destellos y sirenas dan al traste al espectáculo, cada persona retoma su camino mientras son introducidos en camillas. De lejos los insultos siguen siendo reales. Cristales y restos plásticos son retirados por los agentes municipales ordenando las funciones viales.
    Desde lejos corrillos siguen siendo foco reunitivo.

miércoles, 14 de febrero de 2018

REMENDAR EL ERROR




Juan descubre que se ha equivocado, es entonces cuando trata de arreglar el desaguisado. Difícil tarea, en ella, emplea todo su saber e influencia.
Piensa una vez y otra vez más, como hacerlo pero el daño ya está hecho, similar a la maceta rota al cambiarla de sitio, los tiestos no tienen patas y por tanto se apegan a su lugar, pero unas manos resbaladizas pueden llevarla al suelo y la cerámica partirse y también alguna rama, incluidas las flores incipientes. Contemplar la escena e intentar, nada. El daño se produjo, una escoba y un recogedor harán que todo vaya a la bolsa de basura y en el lugar ocupado se producirá el vació de la falta de vida.
Llevado por las opiniones de los demás lo ha dado por verdad absoluta y por tanto tenía que remediarlo. Se convierte en autor, unos días más tarde descubre su error: Pero ¿como remendar el error? Piensa que la respuesta es fácil, comprar una nueva maceta y con más flores, pero en su caso no se puede comprar el daño infringido. Puede dar caramelos para endulzar la boca pero la restauración es una función fuera de su alcance.
La reflexión de Juan es clara, no volverá a ser llevado por la opinión de otras personas. La teoría es fácil, pero como hacerlo en un medio social, donde estas interactuando continuamente ¿Como ser ajeno a lo que te rodea?
Juan decide desconectarse de la realidad y buscar un aislamiento, poniendo tierra por medio, será sencillo no volver a cometer el error que ahora, tanto, le apesadumbra.
Pero Juan es consultado por muchas personas, haciendo perder esa decisión tomada. La dinámica coloca en su lugar a su persona. Haciendo olvidar el error cometido. Pero la sombra que proyecta va unida como una mala compañera.

martes, 13 de febrero de 2018

EL LIBRO DE LAS CLAVES




Juan recibe su regalo, envuelto en una bolsa roja. Siempre se piensa que contra más grande sea el paquete, mayor estima es de los que realizadores. El suyo es mediano, luego tiene un cierto prestigio. Pero una sorpresa tiene que llevar cierto misterio. Las cajas de contenido se van desechando. Para llegar a la última que contiene un libro muy fino, reflexiones en letra grande para no olvidar. Escritas por un sabio hindú, tan concisas como ejemplares.
Una sonrisa envuelve a Juan. No tarde en leer una que abre al azar. No tarda en memorizar y trasmitir a sus amigos. Sabían de su acierto, pues es una edición antigua descatalogada de las librerías. Solo en una tienda de libros de segunda mano, lo encontró Juana, enseguida le llegó a la cabeza, su amigo Juan, su masculino de nombre. Comento con sus amigos y lo envolvieron en un pañuelo de seda blanco. Como si de una joya es.
Olvido los otros regalos, disculpando su acción, pero es un deseo no cumplido y su amiga ha acertado plenamente.
La velada trascurre leyendo relatos y los comentarios que surgen de los mismos.
Solo treinta y ocho páginas de reflexión son una llave para abrir las diferentes situaciones en las que encontrarte en la vida. A sus amigos les puede parecer mundano pero cuando te encuentras una cadena con un candado que te impide seguir, una llave que te permita abrir ese obstáculo. Haciendo desaparecer la barrera, te llena de fuerza. Así se siente Juan, arropado con sus amigos. Abre el resto de regalos y agradece el interés por ellos. Pero sus ojos se trasladan una y otra vez al libro con su pañuelo de seda blanco.
Hipnotizado hace referencia a la búsqueda por tanto tiempo del mismo y la casualidad o causalidad llega.

lunes, 12 de febrero de 2018

EL TRAPECISTA






El numero del circo está comenzado. Se encuentra casi lleno, con unos espectadores ávidos de emociones, de ser impresionados con escenas que escapan de la realidad. Ansiosos por aplaudir cualquier numero.
Juan está sentado en un lateral, no tiene la perspectiva del actor de cara a él, lo que le da un angulo diferente de visión.
Los equilibristas desafían a la gravedad y hacen giros perfectos en manos de sus compañeros. Su cuerpo menudo le permite hacer giros insospechados. Pero hoy uno de ellos falla, la inercia le hace salir de la red protectora. Un grito unánime de pánico se generaliza. Alguno gira la cabeza para no ver la tragedia, en su caída logra tocar la red para amortiguar el impacto.
Los proyectores cesan de seguir al atleta. La distancia al suelo es considerable añadiendo la velocidad adquirida.
Muchos ojos fijos en la escena. El ohh generalizado y el levantarse del asiento como un resorte todo es uno.
La música cesa. Las luces generales se iluminan. El interés por el muchacho es máximo, todo el mundo quiere saber como se encuentra. Una camilla aparece, tumban al trapecista y le sacan por la puerta.
Los auxiliares recogen la red, suben los trapecios para seguir el espectáculo. El presentador sale a escena para anunciar el siguiente acto. La función tiene que seguir.
Las siguientes escenas son mirados con indiferencia, la preocupación es múltiple.
Nadie abandona las butacas pero esperan oir el sonido de una sirena, pero está no llega.
Termina la función poniendo la red y desplegando los trapecios salen lo trapecistas y también el herido. Sin rastro de nada. Ejecuta nuevas volteretas y un aplauso cerrado es su premio.
En la salida el director le comenta: hoy nos ha salido. Contesta si hoy salió como pensábamos. Un guiño de ojo.

viernes, 9 de febrero de 2018

LA LLEGADA DEL TEDIO



Juan y María han llegado a una fase de tedio, parece que se lo han contado todo y ya no hay más estimulo. Por ello han cambiado a una nueva actitud, la persona con la que conviven se convierte en un estorbo, un enemigo.
Los diálogos se trasforman en reproches. Las palabras suben su volumen, como queriendo marcar un espacio.
La convivencia se deteriora, solo les acerca la edad y los achaques físicos.
Dejaron de visitar a amigos y familiares por las discrepancias que generaban, como consecuencia les lleva a un aislamiento con el a gravamen que el tiempo climático les recluye más en casa, tanto si hace calor como si el frío es el reinante. Buscan en las salidas para hacer los recados de la casa el estimulo para no ver a su compañero.
El carácter se va resintiendo, ambos se hacen huraños. Pero la edad les evita tomar decisiones. Los hijos viven en otras ciudades con lo cual no tienen contacto, salvo el telefónico, sobre todo realizado por María.
José apenas sale de casa y pasa múltiples horas frente al televisor. Olvido sus revisiones medicas y toma la decisión de esperar la muerte, por supuesto, sentado en su butaca.
María realiza las funciones básicas de la casa, pero va dejando de hacer comida para dos. Elabora la suya para forzar a su marido a realizar otra tarea que no sea la espera.
Pero la muerte no tarda mucho en llamar a la puerta y busca a la figura masculina. El corazón pierde su ritmo e ignora reencontrarlo. Un médico certifica la defunción.
Ahora María se ve motivada y liberada, con lo cual, quiere recuperar el tiempo perdido.
El entierro tuvo poca asistencia, todo el mundo se había olvidado de él.
El seguro se ocupo de todos los tramites.


jueves, 8 de febrero de 2018

NUEVO SITIO DEL TAMBOR




Juan sigue con su tambor, ahora va a otra zona, quiere seguir experimentando sobre si, en un mundo social. Donde él aporta el ritmo y las personas que pasan interactúan o no. Pero siempre se queda con las que lo hacen.
El sol, invernal, da una tregua para poder salir de los refugios antes de desaparecer, busca un banco donde sentarse, desembala su funda, para comenzar su concierto rítmico. Es una plaza cuadrada frente a un supermercado. La pequeña explanada es un pequeño anfiteatro. Nada más iniciar, una mujer joven con una pareja de hijos se para, mientras los pequeños mueven su cuerpo, la escena es significativa porque los tres marcan un baile asimétrico. Pero es una atención para paseantes y más niños reciben la llamada. Uno de ellos se acerca a Juan y mira los gestos que va haciendo, aun siendo repetitivos, tan cerca que casi se mete entre el tambor y las manos golpeantes. Su madre acude en su ayuda y le retira hacía atrás. Cuando toma un descanso para estirar brazos el pequeño sale del shock y toma la mano de su progenitora. Desapareciendo de la escena. Otros van tomando los espacios que han quedado vacíos.
Juan vuelve a iniciar otro ritmo pero tiene igual llamada, paseantes hacen un alto para consumir el ritmo marcado, seguido por cabeza, caderas o manos, dependiendo de las personas.
La magia de la música llega a todos de alguna manera. Todos saben hacer un alto en su programación para detenerse en el trance general. En ese necesario salir del programa establecido y cumplido.
Según, pasa el tiempo, el público se modifica, los niños van desapareciendo , otros ocupan el lugar. Echan en falta alguna melodía conocida, normal en un músico callejero pero reciben, a cambio, unos sones monótonos creadores de enganche.

miércoles, 7 de febrero de 2018

EL RITMO DEL TAMBOR





El sonido del tambor se hace eco en las personas que pasan cerca, un poco más lejos es absorbido por el trafico circundante. Un joven se ha sentado en un banco y a comenzado a acompasar sus manos con movimientos oscilatorios de cabeza y cuerpo.
El ritmo de la vida no contacta con el marcado por el compás de las manos impactando sobre la piel del tambor. La gente pasa con una mirada furtiva, como mucho.
Juan se concentra en su música y encontrar esa meditación con su instrumento. El ritmo hipnótico de la repetición acompasada.
Una muchacha, paseando a su perro se detiene frente a él, inicia el movimiento de cabeza a acompasar el ritmo. Como un imán otras personas detienen su paso y observan, críticos la escena. Movidos por un impulso, balancean su cuerpo adaptado a la música.
Juan detiene su ritmo. La atracción se deshace e inician de nuevo su andar. Alguno espera la reanudación.
Juan agita sus brazos y vuelve a mover las manos, un nuevo tronar surge. Nuevas personas se unen al corro formado espontaneo. Nuevos vaivenes de nuevas personas surgen de forma aleatoria.
Desde fuera parece como si un nuevo Hamelin hubiera surgido. Juan sigue en su ritmo monótono y mira a su alrededor. No está pidiendo dinero. Leyó sobre el efecto del tambor sobre las personas y lo quiso desarrollar él mismo. No toca una canción sino un ritmo corto y persistente en el tiempo y en la acción.
Juan lo ha hecho muchas veces para si mismo pero nunca en la calle ante un público diverso y heterogéneo.
A sentido desde la indiferencia, de los que siempre llevan prisa hasta el compromiso del embutido en su ritmo.
Con cada descanso hay un aplauso general. Algunos buscan dejar alguna moneda. No hay lugar.

martes, 6 de febrero de 2018

METAMORFOSIS




Hay algunos animales con la capacidad de sufrir una metamorfosis que les hace vivir en planos diferentes. Los insectos, aquellos más pequeños son capaces de generar diferentes vidas dentro de una misma. Así va leyendo Juan la apasionante vida de algunos insectos.
Quiere extrapolarlo al mundo humano y comprueba que las actitudes aprendidas son determinantes de una rigidez, que en mayor o menor medida, fijá la vida de las personas. La dificultad de retirar un caparazón, ya viejo por una nueva manera de entender o enfrentarse a la vida. El hombre se a quedado en su etapa de gusano y generador de un capullo de seda, este permite estar tan seguro, tan protegido que genera uno de gran porte pero se olvida que contras más hilos aporta a su habitáculo estanco, va perdiendo la vida y ya no se genera en otra cosa, simplemente perece.
Juan reflexiona sobre esto y va escribiendo y sintiendo ese cambio para describir con “pelos y señales”.
Es un bagaje tan voluminoso que te fija como las raices de un árbol aferradas al suelo o la materia, con unas consecuencias indeseables pues corta las alas a la libertad, de ser otra cosa.
En su reflexión intenta crear una solución, pero sera una más de las búsquedas humanas.
Sigue leyendo al mundo de esos seres que comparten la misma vida que la nuestra, pero vista como una vida inferior, tal vez sea por el tamaño, pero no del protagonismo del planeta. Un simple manotazo eliminara de la escena, pero solo de ella, pues trasciende más allá. Su cuerpo se trasformara en materia orgánica absorbida por las plantas, también habitantes del mismo.
Juan comienza a llenar, del abismo sugerido por la vida, ve como la vida da muchas claves, aunque solo queramos encontrar entre “si o no”.


lunes, 5 de febrero de 2018

CORAZÓN ALERTADO




Suena como un relámpago, lo primero parar lo que estás haciendo y luego entender que ha pasado. Siempre buscando la respuesta racional. Juan está en una librería. Una estantería ha cedido al peso depositado en ella. Su estructura metalica ha chocado contra otra y ha provocado el estruendo. Los corazones de los congregados notan el rápido palpitar, para ir recuperando su estado natural poco a poco, la normalidad vuelve a la vida de los visitantes. Dos empleados tratan de poner orden entre el cúmulo de libros.
Juan se dirige a ellos para ayudarles, pero se lo agradecen y siguen apilando libros. Uno va por una carretilla para facilitar la tarea y llevarlos al almacén.
El público sigue consultando libros pero la mirada va, de cuando en cuando a la estantería caída.
Juan encuentra el libro que quiere y va a la caja. De nuevo otro profundo ruido paraliza a los clientes. Ya entienden un poco más el origen.
En el otro extremo otra estantería ha doblado su rectitud. Las personas empiezan a sospechar si la librería esta encantada. Poco a poco el reguero de clientes abandona el local. Ya no se encuentran seguros. La chica que atienda la caja, dejá su puesto y va ayudar a sus compañeros.
La persona que va antes que Juan deja el libro y sale al exterior, buscando la ”tranquilidad” de la calle.
Juan trata de colocar sus pensamientos pero decide hacer lo mismo. Según salé observa los dos destrozos. Mañana volverá a comprar el ejemplar.
Andando por la acera, ve a las personas casi corriendo. Pero un nuevo sonido detiene la curiosidad por saber de donde viene y que ha pasado. Ahora han sido dos vehículos los causantes del estruendo.
En la cabeza de Juan un menudo día. Su corazón ha sufrido tres alertas.

viernes, 2 de febrero de 2018

LA ERMITA DE NADÍE




Junto a un gran tejo se encuentra una ermita, olvidada en el monte. No tiene un día donde se realice una peregrinación. Nadie la mantiene.
Los pueblos de alrededor la llaman “La ermita de nadie”. El interior se encuentra vaciá. Pero la puerta está cerrada. Erigida en tiempo visigodos fue profanada en tiempos árabes, desde entonces es como si se hubiera tragado la historia.
En medio de un pinar de repoblación. Es un lugar olvidado. El camino hacía ella se ha mantenido por el paso para las maquinas que explotan el mismo. Sucesos acaecidos desde tantos años han vivido, con cierto aire de misterio negativo. A pesar de todo sigue erigida y con una estructura que aguanta las inclemencias del tiempo, donde se han cebado en el tejado. No tiene elementos decorativos.
Pero siempre existen visitas esporádicas interesándose por ella. Hasta tal punto que algunos vecinos intentan buscar en su pasado, pero el olvido es toda respuesta que encuentran en ficheros. Solo una inscripción en el dintel de la puerta tiene un sol grabado, lo cual crea más desconcierto. Junto a ella un estructura dolmenica pero de dimensiones no muy grandes la hace desaparecer como unas piedras de granito, más en el paisaje.
La orientación es a este coincidiendo con la salida del sol.
Solo las leyendas han tratado de ocultar e ignorar los dos vestigios, culturales de dos épocas pasadas que podían haber marcado la historia de la región.
El día veintisiete se produjo una violación en el entorno, como avisperos, la zona se lleno de periodistas, ávidos de noticias. Y la zona se fue colocando en los puntos de información del país. Aparecía la viejo ermita. Televisiones muestran el paraje. Alguien hasta se intereso por el dolmen, sacando que era lugar de sacrificios, abre un punto, informativo, nuevo.

jueves, 1 de febrero de 2018

LA SORPRESA




La esperanza de la sorpresa es lo que mantiene a Juan unido a la lectura. Busca una y otra vez lo que rompe la uniformidad. Salir del encefalograma plano como dice él.
Difícil dar por vencido, hombre tenaz. Siempre acompañado por sus gafas de pasta con cristales lo suficiente grandes para formar una herida en la nariz, cauterizada por el paso del tiempo.
Cuando habla con cualquier persona quiere ver la imagen plana de la vida que llevan los seres humanos, sobre todo los de ciudad, poco observadores de la naturaleza, como mucho del estado atmosférico.
Acumulaba libros, hoy los dispositivos electrónicos han liberado las estanterías de madera. Incluso ha empezado a donar a asociaciones que luego los venderán a un euro, eso no le importa. Cada semana llena una bolsa de deporte y los lleva a la institución, que los recibe como un mueble más, apilándolos en un palé, para hacer una primera criba, donde separar los de más valor y poder conseguir uno o dos euros más.
Esa sensación de ganar espacio y sentir una liberación, donar esos libros comprados con esfuerzo para, solo, ocupar un lugar, similar a la memoria que acumula multitud de datos inútiles pero si desaparecieran dejarían un vació de experiencia.
Juan no le importa desprenderse de la materia por otra más virtual, ha aceptado el cambio. Pero sigue teniendo esa capacidad de buscar algo que haga la vida más interesante.
Abre su mente para realizar en cualquier situación, no, necesaria, fuera de lo normal. Un paseo, una actividad es punto para desarrollar su imaginación. Ha aprendido a hacer un instrumento a su necesidad personal.
Hoy ha comprado un ramo de flores para colocar en su jarrón del comedor, llena de agua, observa que esta lleno de insectos, ha traído un mundo a casa.