lunes, 17 de diciembre de 2018

LA LINEA RECTA



Como curiosidad, los seres humanos tratamos de seguir una linea recta que se representa con la comodidad, nuestro pensamiento se vuelve conservador, pero si se van introduciendo pequeños cambios nuestra linea avanza, pero evidentemente hacia otro sitio. Sin darnos cuento aceptamos ese desvió, pero no nos damos cuenta que el objetivo es diferente, la variación de grado va cambiando el destino. Lo ya conseguido acaba desapareciendo y en nuestro nivel de adaptación aceptamos todo este proceso, nuestro nivel de oposición queda adormecido y nos dejamos llegar por lo que pueda representar esa linea recta que nos aleja de preocupaciones adyacentes.
El problema surge cuando somos conscientes que ese tren que hemos cogido para ir cómodos y llegar al destino elegido nos lleva a otro punto muy diferente del proyectado. Cuando queremos darnos cuenta el tren lleva muchos kilómetros recorridos y ya es difícil rectificar, que seria volver atrás e iniciar el camino requerido. En la vida esto no es tan fácil y una perdida de fuerzas y de entusiasmo te deja llevar en esa linea, en principio cómoda, aunque no sea la elegida.
Los avances sociales se ven alterados en su destino y como son pequeños se van aceptando, de esa manera aparecen nuevas modificaciones, que con la misma manera de proceder siguen aceptando, porque el tren sigue moviendo hacia el destino elegido que puede ser el “este” geográfico. Pero ese punto va desde la provincia de Girona hasta Almeria. Evidentemente las diferencias son claras, el tren sigue cambiando de grado en el paso de estaciones intermedias. Seguimos moviendo pero lo principal es el destino, ese es el que va modificando y aceptamos sin más. Hasta que descubrimos la modificación del trayecto. Entonces empieza el malestar general, pero de difícil solución. La desviación ha sido tan grande, tan diferente, que...

jueves, 13 de diciembre de 2018

UNA CARTA CERTIFICADA

  • Perdone que le moleste, me permite salir. Juan intenta hacerse paso para salir del vagón del metro. Nada mas salir noto un sentimiento de culpa por no haber anticipado sus movimientos para alcanzar el anden.
    La cola de la frutería es larga, solamente necesita comprar un par de manzanas pero evita pedir un favor a los que están delante. Así que sale para buscar otra, que seguramente, tenga menos clientes. Estaba cerca de casa pero el genero es de menor calidad.
    Al fin llego a casa donde no tiene que explicar nada a nadie. Sentando en el sofá conecta la televisión. Pero el sonido del timbre le saca de su estado, se azara pero va abrir la puerta, un grupo de niños pide el aguinaldo. Contrariado les dirige una mirada fulgurante, entorna la puerta y busca algo suelto en su monedero, unas monedas fueron entregadas a los cantarines chavales. Vuelve a su sillón, pero no paso ni tres minutos otra vez el dichoso timbre. Otro grupo de niños con el mismo fin. Vuelve a hacer el mismo rito y cierra la puerta.
    El sillón  volvió a ver visitado. Por tercera vez volvió a sonar. El dinero suelto se le había acabado. Se levanto con más lentitud. Era el cartero que entregaba una carta certificada. Firmo y vio la procedencia, abrió el sobre y el comunicado era una multa de trafico que urgía abonar para tener un descuento, pero el importe rompía su presupuesto mensual. Comenzó a hacer cábalas para poder alcanzar el fin de mes.

martes, 4 de diciembre de 2018

LA DUDA




Juan no conoce porque tiene tantas dudas, ante todo le surgen y lo soluciona preguntando a los demás. Le da rabia tener que actuar de esta manera pero no sabe porque lo hace. Por otro lado tampoco busca ayuda para vencer esta manera de actuar.
Ha llegado a plantearse con que pie tiene que iniciar la salida de su casa. Aun pareciendo ridículo, una y otra vez aparece sigue actuando. No tiene pareja, el mar de dudas impide ver el horizonte y difícilmente puede encontrar alguien con quien compartir su vida.
Afortunadamente con su trabajo no hubo problemas porque fue sugerido por unos amigos que le facilitaron la introducción laboral.
Salio tarde del nido familiar pero lo hizo con un piso compartido de dos amigos. Allí encontró, el refuerzo para tomar decisiones y hasta hábitos culinarios y deportivos.
Siempre respaldado no había ningún problema, pero sus amigos encontraron compañera y salieron del piso, con ello se le vino un gran problema.
Empezó a gestionar su propia vida, poco a poco fue soltando de esa red que solo había construido él.
Le ofrecieron un nuevo trabajo, las alarmas saltaron y comenzó la ronda de información entre amigos o familia. Las respuestas fueron tan dispares como poco aseguradoras. Seguía en el océano, sin saber nadar y con solo dos remos para la barca.
Pero la presión es cada vez mayor, sigue sin encontrar salida. Con lo cual elige la salida más fácil abre la ventana, es un sexto piso abajo una acera que se ensancha, tirando de cabeza el objetivo se solventaría en escasos segundos.
Lo hará en una carrera despeja los muebles que pueden estropear sus pasos.
¿quizás debería escribir una nota? Dicho y hecho redacta su decisión, deposita la carta, con el titulo de señor juez, inicia sus pasos rápidos.

lunes, 3 de diciembre de 2018

EL DOLOR AGUDO, CANDENTE.






El dolor era agudo, candente y terriblemente desolador. El impacto de la bala había llegado a su muslo. En seguida, como acto reflejo sus manos fueron a tapar el agujero infligido en la carne. Sus manos se llenaron de sangre, pero tenían la función de tapar el desaguisado ocurrido. Todo ocurrió en una manifestación donde un grupo acorralo a dos policías que sacaron sus armas reglamentarias y defendieron sus vidas. Con las detonaciones un cuerpo cayo desmadejado al instante. El otro era la pierna de Juan. Como por arte de magia el grupo salió en huida, nadie quería ser el próximo.
La manifestación había acabado hacía tiempo pero varios grupos no querían acabar su denuncia. El grupo les había dado fuerza y por tanto posesión de la verdad.
Un Juan lacerado se tumbo al suelo esperando ayuda sanitaria, no podía moverse. Las pensamientos corrían por su cabeza a velocidad de vértigo pero sin cohesión.
Las luces azules se acompañaron de otros destellos amarillos. Una ambulancia se afanaba por llegar al lugar del suceso.
El pantalón se había cambiado de color y presentaba reflejos al mostrarse en la noche. Mientras hicieron preguntas para ver el estado del herido, el otro cuerpo mostraba la llegada de la muerte instantánea. Los dos policías se encontraban en shock nervioso y necesitaron el consuelo de sus compañeros. A lo lejos se oyen los gritos de los que protestaban por el trato recibido y la alarma de los disparos que olieron a muerte, en los corrillos se hablaba de cinco muertos y la indignación corrió como la pólvora, la misma que contiene las balas de las pistolas.
Le aplican las primeras medidas de taponamiento para trasladar a un hospital, Juan oye cosas pero no entiende esta en otro mundo, bastante alejado de este. Sus ojos cerrados.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL AUTOBÚS QUE PASA DE LARGO





El viento ejerce su presión sobre los helados árboles. Los cristales acumulan agua solidificada. La parada de autobús se encuentra solitaria. Las luces no se han apagado aun. Y un sonido de tacones, acompaña a la melodía del aire.
La ausencia de trafico indica el día de la semana.
La sombra de la figura esta a capricho de la farola que toca iluminar. Sube las solapas en busca de impedir la temperatura exterior.
Toma su teléfono para ver el tiempo de espera del bus. Nueve minutos es la respuesta de la pantalla. No quiere abandonar la compañía de nadie y se aferra a mirar una y otra vez, como queriendo encontrar una nueva respuesta a los últimos mensajes recibidos.
La inquietud esta en su continuo baile de piernas para compensar la temperatura, sus manos quisieran esconderse en los bolsillos, pero la luz entre sus manos es lo prioritario. Entre vez y cuando su mirada se levanta en busca del vehículo transportador. Los minutos pasan despacio, surge un arrepentimiento de haber venido a esta fiesta. Donde no encontró lo que quería. Los ojos se entornan, baja el móvil y se recuesta frente una columna. El sueño no dura en llegar. El cansancio la vence y hasta el viento la mece.
El tiempo de espera se reduce para descubrir en un tic como su bus pasa sin detenerse, no ha mostrado señal de actividad y el conductor ha interpretado que no era necesario parar. Las alarmas se disparan el próximo tardara una hora. La rigidez agarrota hasta sus pensamientos, ahora tendrá que buscar un taxi que romperá su presupuesto mensual. Pregunta ¿como se ha podido quedar dormida? Hoy era el día que todo le ha salido mal, comienza a andar para reducir el camino de en medio y adquirir un calor extra.

martes, 27 de noviembre de 2018

CONVERSACIÓN INTERRUMPIDA



Mientras habla con su mujer, no deja de ver los wasap que va recibiendo en su teléfono móvil. La conversación se va entrecortando entre ellos mientras tienen la misma actividad. Las palabras quedan colgadas sin la estructura de una frase, algún monosílabo cae alguna vez.
Parece como si Juan y Ana tuvieran controlada la situación, tienen comunicación con varias personas a la vez. Como tienen que hacerlo coherente, olvidan a quien tienen delante físicamente.
Un sentimiento de importancia les invade. Los dedos siguen sus movimientos migratorios con la mayor rapidez posible para expresar mayor numero de palabras. Lo que se había soñado siempre poder comunicarse con varias personas a la vez ahora es posible con la escritura instantánea.
Ana gesticula pero no habla, Juan hace un guiño de sonrisa ante el último comentario. Un continuo sonido de recepción de nuevo mensaje se desprende de sus aparatos manuales.
Por fin parece que han parado los mensajes.. Dejan enchufados del cable de corriente para llenar la batería.
Juan comenta alguna de las situaciones recibidas en pantalla y Ana hace lo mismo. Retoman la conversación pero una nueva alarma suena. La atención vuelve al estado anterior y se desenchufa, para mayor comodidad. La misma acción ocurre con Ana. Alguien ha visto que estaba conectada y era cuestión de escribir unas letras. Casi siempre banales y estereotipadas.
Juan vuelve a conectar la batería al sistema eléctrico y un nuevo aviso surge. Es entonces cuando apaga su celular. Ana sigue con la conversación, cuando se van uniendo nuevos lectores, el bip bip suena como una cascada de impulsos. Ana quiere contestar a todos pero tiene que priorizar. Juan se levanta para beber un vaso de agua, quizás la garganta este reseca de tanta escritura.
Ana se ve desbordada y desconecta su terminal. Suelta los brazos.

lunes, 26 de noviembre de 2018

MEDIODIA EN LA VIDA DE JUAN






Mientras pasea, Juan, va haciendo tiempo desde la comida al retorno del nuevo turno. Tiene tiempo para salir y pensar en algo más que la función productiva. Solamente en el verano tiene dos meses de jornada continua.
A pesar del frio viento, elige salir, recorrer las calles, mil veces conocidas. Sentir los olores del viejo barrio que concentra a tanta gente tan diferente.
Los desconchones de fachadas, los olvidos de reparar viejos comercios, tantas veces traspasados y hasta pasar al viejo café que tiene representaciones de gente nueva.
Hoy el tiempo invita a refugiarse y tomar una infusión caliente, donde las manos recuperen el calor de la taza, mientras los ojos revisan a sus vecinos circundantes. Las luces amarillentas no descubren nada nuevo, sino incrementar el estado rancio, que se quiere conservar en búsqueda de unas raíces que tuvo en el pasado. Gente variopinta encuentra su lugar allí. Hoy las mesas se encuentran llenas, todos huyen de la temperatura exterior, mientras en la mesa de al lado se habla de literatura, como queriendo encontrar las tertulias que se reunían, en esas mesas de mármol con soportes de hierro forjado.
Frente a la puerta una luces azules se detienen frente al local. Cuatro policías pasan y hacen una observación de cada mesa, pronto ven el objetivo, dos muchachos en una mesa que no les ha dado tiempo de escapar. Sin cruzar palabra sacan las esposas y les detienen, mientras los consumidores quedan anonadados ante la visión de una película americana, en su propio barrio. Con la misma celeridad que entran salen, a la vez que Juan revisa el momento de volver a su turno de tarde.
El camino es diferente, solo ocupa los rostros de los jóvenes y los modales de los agentes, la tarde será diferente, nueva impresión en monotonía.

viernes, 23 de noviembre de 2018

EL BOSQUE DE ENEAS




Juan decidió ir de viaje, salir de su pueblo y emprender un viaje donde sus piernas le llevaran conocía la dirección pero lo de menos era el destino. Era sus vacaciones laborales y tenía la posibilidad de disponer de ellas. Una mochila, su saco de dormir y un aislante era lo que necesitaba. Los caminos eran una pequeña trampa, donde le llevaban a una casa sin otra continuación, así que decidió tomar las carreteras, pero el trafico hacía tener la permanente alerta. Por ello cambio su entender esa vacación. Llegó a un pueblo donde había un cartel que ponía bosque de Eneas. Nunca había oído hablar de él. Fue al supermercado para comprar la comida necesaria y siguió el camino sugerido. El sol aplastaba el paraguas de los árboles. Junto al que tenía más contorno se sentó y apoyo su espalda en su tronco, en su rugosidad encontró el acomodo de la caminata. Un cuervo surco el espacio. Y el sueño llego a su cabeza.
El despertar fue lento pero la sorpresa hizo su aparición falta la mochila. No comprendía como entró en un sueño tan profundo. Miro por los alrededores pero no había nadie. El dinero estaba en su cartera.
Juan se levantó y comenzó a bajar la colina del camino circular. Sus vacaciones acababan de terminar. Sin nada a su espalda desanduvo el camino para ir a su pueblo donde se había instalado solo hacía un mes. A la derecha según caminaba por la carretera, había un pequeño vertedero, se acerco, entonces vio el color de su mochila azul, su ropa diseminada y solo faltaba la comida y el saco de dormir sin estrenar, Recogió la ropa, el sol comenzaba a caer y andar por las carreteras se hacía inseguro. Caminaba muy deprisa, de huida. Una vez más.

jueves, 22 de noviembre de 2018

EL TONTO




Cuenta las historias que en la mayoría de sociedades siempre hay un personaje que se le considera “tonto”. El objetivo siempre ha sido claro evitar que nadie te haga sombra. Si esto ocurre así parece que estamos en una tarima, porque siempre existirá alguien que este por debajo de nosotros. Con lo que nuestro “ego” pasa a una posición de tranquilidad.
Los problemas cotidianos siempre se pueden echar la culpa a alguien, en teoría inferior.
Pero el aprendizaje llega a todos y las conversaciones con está persona, inferior en conocimientos y destreza labial, van formando un pensamiento critico con el desfavorecido, este es más lento. Pero sus sentimientos sin tantos filtros aparecen en cualquier momento, síntoma de ser una persona “tonta”. Pero lo que parece ser una desgracia para los que le rodean, puede tener una recompensa en su interior. El hombre o la mujer que adquieren el papel aceptan y logran conseguir el papel de disminuido al que hay que ayudar. En ese afán protector, logra conseguir una vivienda y hasta trabajos fáciles, considerados como obra sociales.
La sociedad logra un nivel de equilibrio y hasta es necesaria su figura para dar sentido a vidas, que difícilmente son sostenibles.
Por “el tonto” pasan los años, las nuevas generaciones buscan nuevas personas para mofarse. Juntan a una mujer con él, para tener descendencia, lógicamente el fruto será un nuevo tonto, así se prolonga el juego. Es ahí cuando surge el máximo desarrollo del afectado, consigue logran un nivel de conciencia superior para entender su situación sacando partido. Su bondad comienza a desmoronarse por el interés aprendido.
Con el nacimiento del hijo dejo de ser el mismo tonto y comenzó a perder el sentimiento antiguo de comportamiento. Su deterioro social cambio, pero su imagen perdura en la memoria de su sociedad.

lunes, 19 de noviembre de 2018

EL OLOR DEL RECUERDO




Juan pasea por la calle mientras iba a comprar, de pronto un olor le despierta recuerdos de su juventud, su atención se fijaba en no perder el aroma sentido, pero fue tan fugaz como había venido, no se podía fijar en un frasco de perfume, era algo natural. De momento todo había cambiado, un olor desencadeno unas reacciones del inconsciente. Su vista dejaba de ver un paisaje mil veces recorrido, no le importaba el sonido de los coches y el trajín de la calle.
Entró en el supermercado con el piloto automático, no había sido consciente, ahora tocaba buscar las estanterías correspondientes los artículos necesitados.
La magia se había perdido volvía a su día a día. Su brazo sujetaba la compra. Pagó y vuelta a la calle. Mismas personas aunque fueran diferentes, pero con un corte de color gris. Juan ya había olvidado el instante que había recreado su cara. Espero la luz verde del semáforo y volvió al camino de vuelta a casa.
Como una simbiosis se transformo en lo que le rodeaba pero al pasar junto al edificio de antes le llego la misma sensación. Paro y quería recrearse y revivir los momentos que le conducían el olor. Cerro los ojos como queriendo dar máxima prioridad a los recuerdos. Dejo la bolsa en el suelo y durante cinco minutos estuvo así. Una discusión de una pareja que pasaba junto a él, despertó su ensoñación. Tomó su bolsa y reinicio su camino, llego a casa coloco la compra y bajo de nuevo a reencontrarse con el olor. Pero por más que su nariz se esforzaba en buscar el sentimiento, allí no se encontraba, andaba hacía delante o volvía pero había sido como la hoja de un árbol, había caído y ya no daba sombra, en primavera saldría otra nueva.

viernes, 16 de noviembre de 2018

LA MANO SOBRE EL PLATO




Juan tiene una sonrisa ausente, desde hace varios años se ausento de su cara, sus facciones se han ido afilando, dejando profundas huellas que elevan el aspecto de su cara. Una mesa metálica imitación a madera delante de él, donde reflexiona, come, lee y hasta le sirve para terminar cosas de su trabajo.
Toma la carpeta donde guarda documentos que algún día le pueden hacer falta. No está muy seguro de encontrar el papel que le han solicitado ¿En los tiempos de la informática que necesidad tienen de pedir papeles? Pero todo no avanza tan deprisa.
El piso es compartido con otras tres personas, no suelen hacer vida comunitaria y el salón, donde está la televisión no es demasiado visitado. La limpieza la realiza la casera una vez por semana, también se encarga del lavado de ropa.
La cocina tiene una enorme nevera, asignada por bandejas para cada miembro. Igual que los diferentes armarios. El sonido del reloj de pared es el único sonido.
Hoy la búsqueda del documento es lo que más le altera, no consigue dar con él. Va a la nevera en busca de su botella de agua y al abrir la puerta descubre en su bandeja de arriba una mano humana sobre un plato. No tiene mucha gracia pero allí está. Coge el plato para ver si es de mentira pero la sangre coagulada muestra que es real. lleva el plato al salón donde están jugando a las cartas sus tres compañeros. Un repelús es la respuesta de los tres, y la obligada pregunta: ¿es de verdad? Juan afirma y relata el descubrimiento, pero nadie dice nada. ¿De donde ha salido esto? El silencio es la respuesta. Es una mano femenina que aun conserva un anillo de bisutería. Todos se van desmarcando del hallazgo. ¿Que hacemos?

jueves, 15 de noviembre de 2018

LA LEJANÍA DEL AYER




El ayer se encuentra lejano siempre dependiendo de el recuerdo de la persona.
  • Paso tu oportunidad, reprocha Julia.
  • Si lo se, he pasado la noche lamentándome, dice Juan.
  • Lo peor es que no hay segunda oportunidad, como les puede ocurrir a los estudiantes. Juan se lamenta de la ocasión perdida, pero solo encuentra los reproches de Julia, por no haberlo conseguido. Sus manos siguen mostrando marcas de pintura negra. El alcohol como disolvente no había sido capaz de retirar los restos de su piel.
    Julia saco un disolvente de pinturas y una crema hidratante para minimizar la acción del químico en la piel. Pacientemente se dejo hacer mientras el trapo se llenaba de un color extraño a sus dibujos claros.
    En la radio la música de un programa que era muy aceptado. Los gritos de la pareja de vecinos que han escogido la mejor manera de comunicarse. Y el olor que sube a fritanga de el piso de abajo.
La noche paso por la cabeza de Juan analizando los errores cometidos con los que consiguió los laureles del fracaso.
Había sido una buena oportunidad de cambiar su vida, pero paso, como el tren que pasa junto a ti sin despedirse ni saludarte.
El reproche de Julia era mayor porque se sentía perjudicada por el fracaso, hasta podría haber dejado su trabajo. Pero como en el azar tienes que comprender la situación creada.
Juan se levanto del sillón y fue a llenar un vaso de agua, comenzo a tragar cuando interrumpio y dijo:
- Sabes lo que te digo, acepto el fracaso pero me siento orgulloso tanto si lo hubiera conseguido como me encuentro ahora mismo. Esas palabras taladraron más los oídos de Julia.
- De acuerdo me bajo de este barco, contesto ella.

lunes, 12 de noviembre de 2018

CONVERSACIÓN SOBRE LA MONOTONÍA





  • La vida es una monotonía, dice Juan a su amigo Antonio.
La cara de este se revuelve como un resorte.
  • Estoy cansado de escuchar frases como esas, no estoy de acuerdo.
  • Si te das cuenta, te levantas de tu cama desayunas, si lo haces, vas a trabajar, comes, vuelves a casa, comes y cuando te das cuenta tienes que volver a la cama para madrugar al día siguiente.
  • Juan visto de esa manera, somos como maquinas, donde olvidamos nuestros sentimientos, para aun haciendo lo mismo es diferente.
  • Antonio, yo que quieres que te diga los veo así.
  • Piensa que el hombre vive en torno a setenta y cinco años, lo multiplicas por trescientos sesenta y cinco días. Y al final te sale un numero, veintisiete mil trescientos setenta y cinco días, si lo abstraemos no tiene ningún valor. Nos convertimos en uno más. Sin embargo has visto la vida de muchas personas y no te parecen una monotonía.
  • Vale, pero la normalidad de la mayoría es una etapa gris.
  • Juan no estoy de acuerdo, tu puedes pintar un cuadro, hacer un montaje con maderas, escribir un libro, etc. Ello te diferencia de ese color mostrado.
  • Si, Antonio, lo podemos hacer pero nadie lo hace, con lo cual me reafirmo en mi frase.
  • Si hacemos lo mismo lo que cosecharemos sera siempre lo de siempre. Pero tenemos la voluntad de poder cambiarlo, esa es nuestra fuerza y que dejamos dormir por la facilidad de la comodidad, del dejarse llevar.
    Podemos reflexionar al final de nuestras vidas si ha valido la pena o solamente hemos ido aplazando acciones frustradas por no arriesgarse a hacer diferentes cosas. En esos setenta y cinco años hemos disfrutado la capacidad, de poder realizar cosas nuevas.

viernes, 9 de noviembre de 2018

ADIÓS EN EL BOLSILLO




Junto al mar existe un paseo no siempre acompañado, el clima tormentoso y las lluvias, le vacían.
El cuarto día de su estancia en ese pueblo llego su novia. El día había dado tregua, aunque las chimeneas buscaban el calor perdido durante la noche.
Quería mostrarle donde tantas veces había ido.
Abajo el sonido del mar, los trinos de las gaviotas y alguna sirena de un pesquero eran los sonidos de un campo mojado. Enseguida surgieron las discusiones aplazadas durante un mes. Allí junto al precipicio la caída sería perfecta, la muerte segura, un resbalón y no habría más discusiones. En pocos segundos paso por su cabeza toda la película de solución en su vida. Ana le miraba porque sabía que su cabeza estaría en otra cosa, siempre era así. Aun no encontraba la razón por la que había venido, pero el gesto de Andrés no le gustaba nada y menos en esa ubicación. Y si en un descuido le empujara y terminarían sus problemas.
Las coincidencias mostraban las diferencias de dos personas con caminos separados.
Ana pidió bajar al pueblo para ver el horario de vuelta de los autobuses. Juan accedió por finalizar una relación rota, no era necesario emplear la fuerza para romper su vinculo. Pero los reproches salían una y otra vez. Hasta notaban un nudo en las gargantas que dejaban los razonamientos en otro lugar. Caminaron deprisa, para llegar a la estación en dos horas el sufrimiento mutuo desaparecería. Esperaron en un banco apartado pero las palabras dejaban de fluir y las miradas fijas en las casas de enfrente se convirtieron en el recurso preferido.
Ana fue al servicio y Juan aprovecho a abandonar la estación. El odias quedo guardado en el bolsillo de su chaquetón negro.
Al salir, Ana, no echo en falta la ausencia.

jueves, 8 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 9





Un nuevo entorno aparecía no de color áureo como cuando comenzaron su viaje.
Más que entender lo que no tenían comenzaron a valorar lo que poseían y no necesitaba maleta para guardar.
Mohamed siguió viviendo en la vivienda del anciano que tanto le enseño hasta su fallecimiento. Cambio a la casa de otra persona, una persona sorda que hablaba muy alto pero que entendió a Mohamed desde el primer día. Sin familia le ofreció, su vivienda pues no tenía herederos. Fueron al notario para formalizar el deseo. Y los comentarios de sus vecinos no le llegaron porque había desarrollado la virtud de la persona que cuidaba.
Un viejo ordenador le facilitaba poder comunicar con sus compañeros regresados a sus casas, entre los que estaban sus amigos nigerianos.
Anselmo falleció por una complicación medicamentosa. Solo tenía que esperar a cumplir la mayoría de edad. Pero ya tenían un sitio de encuentro. De nada valió explicar a sus paisanos las penurias que habían pasado. Dos amigos intentaron el salto de continente y querían venir a su casa. Mohamed les contó como había sido su vida y como podría ser la suya. Convencidos desistieron pese a que las películas mostraban el aire de los ganadores y todos se sentían de igual manera.
Dos años pasaron pronto y quisieron saludar a sus familias. Con sus documentos en regla todo fue más fácil y hasta un avión les llevo a Casablanca, cercano al traqueteo del autobús que les llevaría a su pueblo.
Como un acontecimiento se reunieron las familias de los hijos viajeros.
Nada más llegar se sintieron ajenos a lo que les rodeaba, solo el recuerdo les daba sentido a aquellas tierras y el cariño de su circulo privado. Solo saber que pertenecían, ahora, a otro sitio, era su sentir.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 8




Una nueva manera de ver las cosas se estaba desarrollando y precisamente por personas que venían de fuera de las fronteras, con otras formas de sentir y de estar, antagónicas con las que se les presentaba en Madrid.
El centro donde estaban cada día estaba más saturado y estudiaron la posibilidad de recibir los papeles de residencia aunque no tuvieran la edad. Serían siete personas que se adaptaban a la sociedad con un trabajo social. Miraron la posibilidad de llevarlo a cabo. Y con unos controles tutelares aceptaron la idea. Fue la labor de uno de los educadores el motor de la idea de Mohamed.
Los siete se encontraron dichosos, podrían vivir en una casa y ademas seguir la amistad de grupo. El hecho de abandonar una residencia atestada y muy descuidada, suponía mucho.
Mohamed contaba lo mal que habían pasado desde que abandonaron su tierra y ahora iban logrando espacios no pensados.
El idioma lo fueron superando con creces, la facilidad de sus cerebros adaptables, tenía buena parte del éxito.
Comprendieron que el Dorado no existía pero si su adaptación a un sitio hostil, que por otro lado les facilito una nueva forma de vida.
Sus reuniones les iban acrecentando en ideas de futuro, la pasión por adaptarse había creado nuevas formas de existencia y los siete crearon un camino común.
Las montañas de arena fueron sustituidas por las de edificios y gente con mucha prisa, ellos aun degustaban su juventud y el disfrutar de la comida que ofrecían a las personas con las que convivían, motivo más importante y actores de su nueva forma de vida.
Alguno quería volver para regresar con los suyos, el grupo se deshacia pero los caminos de cada persona son diferentes. Solo tres apostaron por quedarse, afrontar una nueva etapa en la vida.

martes, 6 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 7







Fue curioso el avance que tenían como personas y la gran facilidad de aprender. En una biblioteca próxima tuvieron acceso a Internet y allí se abrió, el mundo que buscaban. La barrera del idioma la estaban venciendo y hasta encontraron cursos gratuitos sobre el tema. Mohamed encontró un anuncio que podrían ganar algún dinero acompañando a ancianos. De primeras sintieron que unos pos adolescentes no era su mejor trabajo, pero había gente dispuesta a pagar un dinero por el acompañamiento durante dos horas.
Y ellos tenían que devolver el dinero a sus familias. Algunos querían que las horas de compañía fueran de limpieza, pero no les importo. Otros ansiaban hablar con alguien, aunque tuvieran muchas años menos. La frescura de ellos les daba impulsos para vivir.
Los siete consiguieron dedicar ese tiempo en trabajo social, consiguieron no tener que hacer labores domesticas y algunos consiguieron que salieran a la calle para recibir los rayos del sol. El barrio iba envejeciendo y no había dinero para el ingreso en una residencia de ancianos. Surgía un nuevo trabajo.
Mohamed vió la posibilidad de quedarse a vivir con ellos a cambio de alojamiento y comida. Condenaban su juventud pero conseguían un trabajo y la manutención suficiente para estar en la gran ciudad ansiada. Estarían cerca de sus amigos y tendrían una opción de futuro. Hablaron con los tutores y se negaron en redondo, hasta los dieciocho años eso era impensable, se les podía quitar esa idea en la cabeza. Pero en su cabeza estaba la semilla.
En el barrio fue corriendo la noticia y las discusiones sobre unos chavales, se ocuparan de los mayores, que ellos no hacían. El sentimiento de que les robarían era otra de las premisas. Habían llegado para robar, ese era el sentimiento generalizado del barrio que les acogía.

lunes, 5 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 6





Los otros jóvenes les informaron que hasta los dieciocho años tenían asegurado la cama, enseñanza y comida. Luego tenían que buscarse la vida. El tesoro más buscado entre ellos era tener un teléfono mocil. Pero ellos no tenían dinero, con el podrían comunicarse con su familia en sus países de origen. Les informaron de la manera de conseguirlo. Pero su familia no tenían esos dispositivos y menos desde que tuvieron que vender muchas cosas que tenían para costearse el viaje de sus hijos. Las clases ocupaban solo dos horas del día, tenían que preparan la comida, limpieza del edificio y limpieza del menaje. Por lo que disponían de mucho tiempo libre. Fueron descubriendo el barrio donde estaban ubicados. Veían la cantidad de coches y de edificios de catorce plantas que había. Pero pronto comprendieron que por lo que habían arriesgado su vida no era tal. Los rostros de las personas que pasaban, solo eran de preocupación, todo el mundo tenía prisa. La marginalidad les podía llegar a obtener dinero, pero la experiencia de esclavitud que habían sufrido en su propia tierra les dejo marcados. Los cinco iban a todas partes, los bancos de los parques fueron lugar de refugio y de preparar estrategias. El futuro no se les presentaba prometedor, gracias a la unidad entre ellos no sufrieron las extorsiones de sus compañeros. La televisión la usaban para aprender más palabras que luego compartían y conseguían grandes avances.
Mohamed era el más despierto, el acceso al trabajo lo tenían prohibido, por ser menores, estaban tutelados. Cada vez acumulaban más información sobre donde estaban. Y vivieron una revuelta de los que estaban próximos a ser expulsados por llegar su mayoría de edad.
En las cartas enviadas a sus familias no contaban la situación actual. Seria remover la conciencia de sus progenitores.

viernes, 2 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 5



Buscaron las válvulas par llenarlas a pulmón, pero nada salía de ellos estaban muy cansados, estaban sin fuerzas y su meta se disipaba por momentos. No veían costa por ningún lado ¿hacía donde ir? La tarde se aproximaba rápidamente y la terrible noche podría traer malos presagios, tan pocos kilómetros no eran fácil de hacer, las corrientes desviaban el rumbo y llevaban no se sabe donde, aquel cascaron de plástico. El aire seguía disminuyendo y quizás no aguantara una noche más. No sabían nadar y la muerte se podía esconder en las sombras de la noche.
Un pesquero pasaba cerca y observo a los cinco precadaveres. Hizo maniobras de acercamiento y llevaron en brazos unos cuerpos jóvenes como estratificados, rigidos. Les ofrecieron la ropa que llevaban y un poco de agua, no llevaban comida pues estaban de regreso. Informaron a puerto de la situación que habían encontrado, mientras la balsa perdía el poco aire que quedaba. En un par de horas llegaron a puerto donde esperaban miembros de cruz roja y guardia civil. Los dos días en el mar habían menguado sus fuerzas. No sabían el castellano y un poco de ingles aprendido de las visitas de turistas a su pueblo.
Deshidratados y con hipotermia fueron llevados a un hospital. La sonrisa había vuelto a sus caras, lo habían conseguido, pero necesitaron un par de días para salir del edificio. preguntaron su origen y sus nombres, sin ropa sin documentos, les llevaron a un campo de internamiento con tiendas de campaña y les dieron, ropa, una manta y una camilla donde dormir. Allí compartieron su historia con otros alojados.
Mohamed les insto a aprender lo más deprisa el idioma y que compartieran palabras aprendidas. De allí, al pasar un mes, fueron trasladados a Madrid a un centro de acogida juvenil.

jueves, 1 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 4



Nadie les iba a acompañar, se les dejaba a su criterio. Desaparecieron. Mientras empujaron la barquita a afrontar las olas de un día que prometia lluvia. Conocían que tenían que ir en linea recta. Arrancaron el motor que subsisto durante un kilómetro. Luego se paro y por más intentos de hacer mover el motor fue imposible. No tenía mas gasolina, solo les habían echado para irse un tanto de la orilla, ahora tocaba remar. Sin agua y sin comida, abiertos a las peripecias que el destino les guardara, vieron pasar grandes barcos pero todos les ignoraban. La lluvia llegó y con ella la perdida de dirección, y a no veían el destino. Solo tenían una razón remar. El envase de transporte se iba llenando de agua por lo que tenían que echarla con las manos, no había descanso. El frio llego a sus carnes y con el la desesperanza pero nadie se quejo.
Seguían pasando cerca de ellos mas buques, pero ello les suponía un problema por ello miraban a otro lado e intentaban no arrollarlos, no se implicarían en un rescate que les retrasaría tiempo y posibles problemas en la llegada a puerto. Tras la lluvia llego la noche. Dejaron de remar y se hicieron un ovillo entre todos para intentar reponer fuerzas, no tenia sentido remar sin saber el objetivo donde ir. En las caras cansadas surgieron lagrimas de no saber que iba ser de ellos. El día tardo toda la noche en aparecer, apenas se podían mover, notaron la perdida de aire del lomo cobertor de la balsa. Mohamed adivino donde deverian encaminar sus esfuerzos de remo, pero estaban encogidos, sin fuerzas a merced de unas olas y una corriente que les manejaba como una cacerola en agua.
El desanimo comenzó a llegar, si caían morirían seguro.

miércoles, 31 de octubre de 2018

CAMINO DEL DORADO 3







Comprobaron como el grupo llegaba a las treinta personas, dependientes de conseguir el dinero que les faltaba para llegar al destino ansiado. Los comentarios fueron similares a los suyos, Ahmed les había robado y luego les exigia trabajar para él. El ofrecimiento era mover hachís a las planeadoras que recalaban en España. Los movimientos tenían que ser rápidos para no despertar sospechas, aunque todo el mundo sabía la actividad de Ahmed. Se le tenía un gran respeto pues su patrimonio había seguido a un gran ritmo. Su objetivo era entrar en el mundo soñado por tantos adolescentes que salían de su estado para envejecer en muy poco tiempo. Les comentaron el uso de las armas automáticas a la menor vacilación por medio de su escolta. La vida de cualquiera de ellos no tenía valor, lo aprendieron pronto al ver morir a compañeros que se habían negado a realizar cualquier trabajo.
Mohamed descubrió la esclavitud cuando sus sueños de progreso se habían esfumado.
Uno de sus robos les dio unas zapatillas varios números superiores a los suyos, pero suficientes para notar las pequeñas piedras encontradas en cualquier sitio. Obtenidas de gente más mayor con igual pretensiones que las suyas.
Los cinco fueron formando una piña que estaba por encima de las misiones encomendadas, sabían que no se podían negar a nada, pero el espíritu de protección se anido en ellos, tenían que cuidarse entre ellos.
Tras dos meses realizando trabajos, Ahmed les llamo para proponerlos la ida en una barca el domingo. Las ilusiones volvieron a surgir. Solo tendrían que aguantar cuatro días más.
El domingo amaneció con nubes grises y a primeras luces llegaron a la playa en busca de la nave. Una balsa neumática de juguete con un motor y dos remos era todo lo que se les ofrecía.

martes, 30 de octubre de 2018

CAMINO DEL DORADO 2






El sueño dejaba de tener forma y se volatilizaba. No tenían nada. Todo fue muy rápido las bolsitas donde escondían el dinero también fueron robadas, eran su principal objetivo, el resto regalos para los integrantes, no hizo falta emplear la fuerza. Todo fue rápido. El día amanecía fresco pero más por las ausencias que por el natural.
La única pregunta era “y ahora, ¿que hacemos?” Mohamed tomaba el liderato de los cinco y seria ir donde su contacto y explicar lo que les había ocurrido. El grupo no pasaba desapercibido y un chaval les informo que fue Ahmed quien les había mandado robar. Pero desapareció para no tener preguntas. Las noticias corrían a la velocidad de Internet. Precisamente este hombre es a quien habían entregado la mitad de lo acordado.
Con dolor plantar llegaron al sitio y reconocieron a alguno de los integrantes que la rodeaban. Un sentimiento de frustración les lleno esas cabezas desalojadas de ideas.
Ahmed les dijo que no era su problema si les habían robado, que consiguieran el resto del dinero y el cumpliría su trato. “Soy un hombre de palabra”. Mohamed le pidió: ¿como conseguir el dinero? no tenían nada. Entonces les ofreció que trabajaran para él.
Los otros muchachos eran parte del trabajo cautivo creado por igual situación. Estos les enseñaban como logran comida de los contenedores de basura y les mostraron sus casas, que eran tubos de cemento alojados junto la colina de un parque, esto les aislaba de la lluvia. Aceptaron la nueva situación y confirmaron que eran otros como ellos. Ahmed vivía en una casa aislada con chicos que presentaban la protección necesaria, ante personajes adversos.
Sus zapatillas las vieron en los pies de sus compañeros, ahora son nuestras, era la respuesta, ahora vosotros tenéis como objetivo lograr las propias, robandolas.

lunes, 29 de octubre de 2018

CAMINO DEL DORADO 1






Mohamed es un muchacho de Maruecos. Vivía en una aldea donde las pocas cabras y unos pequeños huertos, eran el único destino. Los cinco jovenes entre quince y dieciséis años decidieron ir al “dorado” pasar la frontera que supone el mar e ir a Europa. La televisión les mostraba, cada día la cantidad de oportunidades que allí habían. Casas impresionantes, coches de gran cilindrada, mujeres muy bellas. Este mensaje les reunía para tomar una decisión convencer a sus padres que lo poco que tenían lo vendieran para conseguir un pasaje en una patera. A penas habían salido de su pueblo pero se enteraron de la ruta para ir a la costa y donde tomar la nave.
Prepararon lo poco que podía llevar en unas mochilas y el dinero recolectado. <las familias quedaban más tranquilas al saber que iban los cinco a la misma tarea y si triunfaban ya les llegaría algo de dinero.
Tomaron un autobús que comunico con otro para llevarles a su destino, la ilusión iba venciendo al miedo y el proyecto entre todos dejaba pocas fisuras. Al llegar al puerto preguntaron por los contactos que habían recabado. El contacto era un autentico pirata intento sacarles todo el dinero que tenían, pero Mohamed se mostró firme y dijo que buscarían a otro. Los diez mil euros que podía sacar no eran para jugar acepto. La mitad por adelantado y la otra mitad al embarcar. Seria pasado mañana, deambularon por la ciudad, donde encontraron a varias personas en sus mismas condiciones, compartieron miedos y expectativas, pero sobre todo los primeros.
Durmieron en un parque con los ojos abiertos por el transito de personas que pasaban, a última hora recibieron la visita de una docena de personas que no dudaron de quitar las mochilas y hasta las zapatillas deportivas nuevas.

jueves, 25 de octubre de 2018

EL OCASO DE AURORA




Aurora es una mujer que sale todas las mañanas desde la plaza donde esta su casa y toma el autobús con el único objeto de hablar con la persona que se siente al lado suyo. La primera pregunta siempre va dirigida al estado atmosférico, su pelo rubio teñido quiere aminorar el color del pelo que hace mucho, se torno blanco, sus labios bien pintados con un color rojo, decrepito. El bolso negro sobre sus rodillas como si fuera el volante conductor de su vida. Según van saliendo nuevos pasajeros otros ocupan sus lugares y siempre hay alguien con quien hablar. Al llegar a la plaza de destino al final del recorrido se baja y va a una cafetería para desayunar su chocolate con porras. Y con suerte seguir hablando con alguien que este desparejado y tenga interés en hablar. Por supuesto hablar por hablar. Hasta poder conseguir una conversación donde sale el drama personal..
Aurora busca el dar un sentido a su existencia y aunque suene a filosófico, lo hace de una manera personal. En la comunicación encuentra la brújula buscada.
El medico de familia acude todas las semanas una vez por la tarde. Las rutinas le ocupan su tiempo hasta ver caer el sol, que lleva a una reclusión en su casa.
Últimamente esta valorando el tener un teléfono móvil. Se había resistido pero podría comunicarse con más gente. Comenzó a reunir números de teléfono y hasta aprendió a hacer grupos de amistad. A través de ellos empezó a dejar de salir tanto de casa. Ya no le motivaba coger el bus. Dejo el contacto personal y se dirigió al volátil mensaje instantáneo. Las salidas solo eran para comprar comida, hasta que aprendió a pedir por teléfono. Un muchacho se lo llevaba y a cambio entregaba una buena propina.

miércoles, 24 de octubre de 2018

LA CAMA BLANCA




Tras las múltiples quemaduras, logro salvar su vida perdida. Juan se recupera de ellas, mientras la pregunta es porqué llego a esa situación de desesperación, busco la forma más dolorosa de quitarse la vida, incinerándose. La diferencia es que lo hizo en un espacio público, una plaza muy concurrida. Estuvo sentado en el suelo he, incluso cogió un cartón para evitar la humedad de la pequeña lluvia de madrugada. Hablo con una señora mayor a la que corto con monosílabos.
Juan traía una botella de liquido inflamable desde su casa, por ello sabía lo que iba a realizar. Pero el desenlace fue inesperado, después de incendiarse, un transeúnte cogió una manta de las que utilizan los que suelen dormir por allí, y le envolvió en ella, con lo que sofoco las llamas. Solo quedo el fuerte olor del combustible.
Su rescatador fue al hospital donde se recuperaba, quería saber la razón de su actuación, la respuesta fue la misma que recibieron todos los que se la han realizado antes. “Me levante de la cama y tome esa decisión, mi vida había dejado de tener sentido”. Tu me has dado una nueva oportunidad, no se que secuelas tendré de esta pero viviré de una manera diferente, te lo puedo asegurar.
Martín le dio las gracias por pensar de esta forma y desapareció de la habitación. Totalmente vendado ni siquiera, Juan pudo observar la salida del extraño. Aquella manta había tenido una nueva vida, ahora todas esas gasas habían sustituido a su piel. Su mirada fija y la llegada de alguna enfermera o auxiliar es la que rompía la monotonía de la espera de su salida. No se logro contactar con ningún familiar. La soledad le volvía a marcar su vida. Estaría en otro crematorio diferente a aquella cama blanca donde estaba.

martes, 23 de octubre de 2018

EL HOMBRE SENTADO



Mientras estaba sentado en el suelo, parecía un hombre en espera. Unos eran porque el alcohol hizo mella en sus extremidades inferiores otros descansan de su jornada laboral y otros ocian, simplemente.
Juan se encuentra en la tercera suposición, tiene una visión de la plaza bastante buena y es una perspectiva diferente a la que se puede tener en este lugar. Al estar en una posición inferior puedes ver la mirada caída de la mayoría de las personas que por allí pasan, pero a pesar de ello, se sienten superiores, porque siempre existe alguien que esta peor, aunque sea una posición de descanso, no ha elegido un banco o las sillas de las terrazas de loa diferentes bares. Los perros pasan cerca de él como molestando su paso a su zona donde orinar.
El sol de la mañana trasmite el calor necesario para quitar la humedad de la lluvia dela última hora de ayer. Un cartón fue el aislante elegido para no terminar con humedad, doblado varias veces hacía una almohadilla casi perfecta para su descanso. Pronto un barrendero le interrumpió pero ni siquiera le pidió levantarse. Las hojas no habían llegado a esa zona. Una mujer de avanzada edad con ganas de hablar, comenzó el interrogatorio. Pero Juan no estaba para hablar solo para observar, por ello sus contestaciones fueron muy secas, monosílabos. La mujer pronto abandono el lugar.
Era un elemento discordante en la aquel lugar, si hubiera sido por la tarde, la cosa seria diferente, pasaría desapercibido. Pero era por la mañana y los paseantes eran casi habituales. La cosa cambiaba.
En un momento extrajo una botella de plástico de su abrigo y se roció, el litro y medio de aquel liquido verde impregno su ropa, pelo y manos. Un mechero prendió acabo girando en el suelo.

lunes, 22 de octubre de 2018

EL SOBRE DE COLOR BLANCO




Los abogados no les gustan guardar papeles, los informatizaban y devolvían a sus clientes. Pero decidió llamarle “por si acaso”.
La conversación fue rápida el no se quedaba con papeles. Pero entonces tendría una copia. Eso si, le pidió ir a primera hora de la tarde y se la entregaría.
Por fin descanso de su búsqueda que le estaba creando un sentimiento extraño e incomodo.
Juan se presento a primera hora y recibió los documentos en un sobre de color marrón. Ese color se utiliza para los documentos poco importantes, pero él no lo sintió así. De allí fue a la gestora donde tenia que entregarlos.
Volviendo a casa se dio cuenta de la cantidad de cosas que debería tirar al contenedor correspondiente y fue lo que iba a realizar al llegar a su casa. Entre todos los papeles salió uno, que no estaba en las sucesivas búsquedas, precisamente era blanco y allí estaban los papeles requeridos. Era de color blanco. Lo que abundaba eran sobres marrones pero como no lo había visto anteriormente. Le intrigaba por haber sido tan exhaustivo en su búsqueda anterior. Pero lo curioso era que había más sobres de diferentes colores allí.

viernes, 19 de octubre de 2018

LA CARRETILLA DE JUAN




Sentado en los escalones, no encontró un banco para variar el sitio. Juan siguió con la mirada a los paseantes, quiso encontrar mil historias, cada persona que pasaba le sugería una cosa. En los espacios que no pasaba nadie, enlazaba la historia de unos y otros, con lo cual se centraba en todo lo que pasaba, pero en nada de su interior.
Juan había salido de casa, casi huyendo y encontró una nueva pantalla donde buscar sus frustraciones en las acciones de los demás. Su manera de liberarse de ese sentimiento le hacía sentirse bien. Al fin y al cabo, eran personajes neutros y encima desconocidos, por ello no tenía sentimiento de culpa. Los demás eran cargados con ese sentimiento y él quedaba liberado, por ello, se encontraba más relajado. No solucionaba nada porque al fin y al cabo la culpa la tenían los demás. Él se encontraba bien era el centro del universo y por lo tanto ecuánime respecto al resto de planetas y estrellas que gravitaban por allí lejos. No encontraba el símil con los puntos iluminados en el cielo, por la noche.
Sin fijarse los veía extraños y lejos de ser parte suya, no hablaban y no se podía comunicar con luces, al igual que con animales y plantas. Era más material, terrenal a pesar de proyectar sentimientos en los demás. Los veía como carretillas donde descansar su peso, de sentimientos, acumulados en una cabeza que no soporta demasiado peso.
Su estancia en las escaleras venía a ser como una terapia, aplicada a si mismo, con un único actor, Juan.
No conseguía mucho más pero la semana la salvaba de esta manera. Por ello recurría a ella con frecuencia. No hablaba con nadie, aislado dentro de un mundo lleno de gente, pero donde se encontraba profundamente solo.

jueves, 18 de octubre de 2018

LA CASA DE JUAN




La puerta de salida siempre está en el mismo sitio de la casa. Junto a la habitación de Juan que limita con la escalera, lo que la hace la habitación más ruidosa, se pasa de una casa a la pre-calle o post-calle lo cual lleva a que el tono de voz sea superior al que se mantiene en casa. Los sábados y domingos se duplica la cosa porque, parece que todo tiene que contarse en la escalera. Y los tonos de voz se hacen más elevados y esto ocurre cuando se quiere alargar el sueño un poco más de lo que se produce a diario. Al vivir en un primero, menos los vecinos del bajo todo el mundo pasa frente a su puerta y pared con la que pega el cabecero de su cama. Justo enfrente se encuentra la cocina donde elabora sus comidas y lava los cacharros utilizados. El resto de la casa lo ocupan un pequeño servicio alargado, rematado en un plato de ducha y un ventanuco para airear los malos aires y el vapor producido por la ducha de agua caliente. Otra pequeña habitación con un armario de pared a pared que es el desahogo de ropa y cacharros. Un pequeño salón lleno de estanterías, libros de muchas procedencias y de pocas atenciones. Juan sabe lo que quiere leer, el resto le sobra lo que lleva al color amarillento de la mayoría de las hojas. Prácticamente se pasa el tiempo en el trabajo por lo tanto disfruta poco de su casa alquilada, no por alcanzar más salario sino por el miedo a perderle.
No tiene pareja, quizás, por el poco tiempo que dispone para afrontar nuevas relaciones con el otro sexo. Algunos le apuntan como homosexual, pero nunca ha dado muestras de ello, puede ser blanco fácil.

miércoles, 17 de octubre de 2018

EL DIRECTOR DE SUCURSAL




Juan es un director de sucursal. Su pelo rizado y sus gafas de miope nos introducen en su forma de ser.
Juan es un idealista pues piensa que puede dignificar su trabajo con el bien de los demás. Ha luchado contra la estructura pesada que es la administración, pero sabe que es parte de su trabajo, el recibir una espera o una no contestación a sus preguntas o necesidades. Su sueldo. de alguna manera está garantizado, por lo que no espera una apertura de un monstruo osificado, donde un movimiento significa un esfuerzo máximo.
Pero un nivel de frustración se va asentando en ideas o proyectos que no puede desarrollar. Sus ojos en forma de huevo se han centrado mucho tiempo en la lectura y el color de su pelo ha nacido en la sobra de los cuartos de estudio. Donde el sol no aparece y por tanto clarea el cabello.
Pero ayer pudo llevar a cabo su proyecto, tantas ilusiones puestas en él. Logro conseguir un local para dar un ciclo de conferencias, había medido todas las variables para ofrecer un acto esplendido, un orador representativo y la publicidad puesta para demostrar que él, iba a triunfar. Ya no se iba a arrugar ante nuevas propuestas.
La cita era a las siete de la tarde, el día no acompañaba rachas de viento con intermedios de lluvia, en las casas se ofrecía un partido de televisión, de esos que llaman: Importantes.
El trabajo de Juan era matinal, pero no le importaba alargar su jornada laboral. A las siete menos cinco llegaron tres personas que se pusieron en lugares diferentes y ya no llegaron más espectadores.
Juan no se lo podía creer, pero tras una espera de quince minutos, dio la presentación del ciclo de conferencias.
Por dentro, sensación de fracaso.

lunes, 15 de octubre de 2018

LOS NERVIOS DE MARÍA




Algo descubría que no se encontraba tranquila, sus continuos movimientos o sus repetidas llegadas de la mano hacía su cara, pero también tenía un temblor en la pierna derecha. En realidad, no era un algo, era la totalidad de su estar en ese vagón de metro. Lo que atendía las miradas del resto de pasajeros, con ello conseguía una retroalimentación en su nerviosismo, pues los ojos se fundían hacía ella. María no quería ser protagonista de nada, quiere pasar desapercibida pero en esa mañana había conseguido lo que nunca había logrado, la atención del resto de personas. Pero los nervios son contagiosos y a pesar de los reproches por su comportamiento, se iban produciendo tics en el resto de personas, la undécima parada llegó con ella su salida y un suspiro irradio en los viajeros que continuaban.
Con paso largo, casi corriendo, alcanzó las escaleras mecánicas, la salida a la calle fue un bienestar, pero faltaba solucionar lo que le había llevado allí. El despacho de abogados estaba en el primer piso. Pregunto por el abogado que llevaba su caso y consulto, la recepcionista por teléfono. La respuesta fue que esperara un momento que ahora salía él. La indico donde podría sentarse, pero hoy los asientos no se habían construido para ella. Siguió su deambular, su mirada buscando tras el visillo de una ventana. Pero no le gusto el resultado. Abrio su carpeta con el papel que debía entregar, porque ya no estaba ni segura si lo había traído.
La espera se alargo media hora tiempo suficiente para poner nervioso hasta la señora que efectuaba la limpieza del despacho, que suele hacer las cosas con mucha calma, pero el continuo deambular, marcaba huellas en el suelo recién fregado. Por fin se recogió el documento, vuelta a entrar a su despacho.

sábado, 13 de octubre de 2018

EL PELO ENSORTIJADO






El pelo ensortijado de Juan era un espejo de su manera de ser. El peine pasaba una y otra vez sobre el rizado cabello pero las curvas volvían a aparecer.
El color iba cambiando hacía gris, era prematuro, pero la herencia marcaba.
Juan seguía anclado en una edad que supero su cronología actual, quedando grotesco el seguir anclado en una época que ya no le corresponda. Pero el tiempo pasaba para los demás no para él. Siempre fue fácil encontrar en los demás detalles pero ignorando el reflejo personal.
El camino fue a una discoteca donde se quiere mostrar la elasticidad que se va perdiendo entre los dedos y sentirse protagonista de miradas extrañas. Era un día de diario por ello no había mucha gente, la mayoría eran hombre apegados a vasos donde rebotaban una y otra vez los hielos que diluían el calor de los alcoholes. Algunas parejas se sentaban en las mesas que rodeaban el escenario, donde se luchaba por contorsionar los cuerpos.
Las mujeres habían hecho uso en profusión de los frascos de colonia, dejando un rastro a cada movimiento.
Juan salio al escenario para dejarse ver. Comenzó las movimientos rítmicos, mientras parecía que todos estaban ausentes. Unos porque miraban sus teléfonos móviles en busca de la última información. Otros porque charlaban entre ellos y las parejas que solo tenían ojos para la otra persona. De pronto surge el apagón, las luces de seguridad se iluminan y el silencio se fue cambiando por voces de extrañeza o de broma de los propietarios. Lo primero buscar sus pertenencias con la ayuda de los teléfonos luego emprender la salida ante un posible incendio, que no aparece. En pocos minutos congregados en la puerta, solicitando explicaciones a los empleados, que saben tanto como ellos, achacan a la edad del edificio.

jueves, 11 de octubre de 2018

EL PERSONAJE TOMA EL CONTROL DEL AUTOR






El personaje tomó el control del autor. La masa de amasado se convierte en la creación del alfarero. Siempre ha habido una dirección en la creación intelectual. Pero Juan ha roto los clichés establecidos. Comenzó a escribir cuando era joven como liberación. Esta linea literaria no la abandono, a pesar de los cambios que tuvo en su vida. Pero fue hace unos meses donde el personaje creado requería todo su tiempo libre. Juan hacía su trabajo, las labores del hogar y el resto se embutía en la escritura, tanto es así, que resto horas de sueño.
Juan se planteo dejar su trabajo para poder seguir escribiendo, su vida austera y los pocos gastos que tenía. La decisión estaba tomada. Dio quince días a la empresa para encontrar sustituto y se quito una cadena para entrar en otra.
Las páginas se iban acumulando y su personaje Elmo tenía nuevas historias que contar, nuevos paisajes y nuevos ambientes.
Elmo se convertía en un tirano que dictaba los tiempos de Juan, tecleaba palabras como si de un dictado se tratase hasta llegar a sentir esa nueva cadena. Su pecho notaba la opresión que dificultaba la inhalación de aire.
Junto toda la historia y remitió a las diferentes editoriales para su posible publicación.
El silencio fue la mayoría de respuestas, otros conducían a paginas de auto edición. Pero Elmo reclamaba su protagonismo editorial. Necesitaba mostrarse al público para ganar dominio, en un papel no era nada pera en las cabeza de lectores se convertía en alguien importante, este era el sentido de su afán.
Juan luchaba por llegar a complacer los deseos de su creación y busco la manera de hacerlo en otros países. Hasta que llego una respuesta afirmativa, la producción sería digital, los tiempos habían cambiado, los personajes no lo habían hecho.

miércoles, 10 de octubre de 2018

FINAL FELIZ





A todo el mundo le gusta un final feliz cuando lee un escrito o libro. Pero lo que impera son noticias de sucesos, donde la belleza esta un tanto ausente.
Nos conformamos con un es la vida misma aportando todo ese sentimiento aprendido por comentarios de muchas personas además de los medios de información que buscan todo aquello que sale de la normalidad, porque está no vende y ellos están para comerciar con las noticias. Si estás no existen se crean, como argumento dan que son creadores pero sin importar de quien se trate y el efecto producido, todo se vende. Todos sabemos que esos finales felices son etéreos y no se producen en la realidad. Esta es la normalidad y pocas cosas diferentes aportan salvo las anécdotas que rompen la linea recta del comportamiento general.
El final feliz nos suena a ñoño, a cuento de reyes y princesas. Cuando lo normal es encontrar a jóvenes con trabajos pecuarios, adultos con problemas para poder pagar el compromiso de una hipoteca que te dará la seguridad ante posibles tiempos inciertos, donde no tienes ganado nada, todo es temporal y esos finales no existen porque alguien nos ha leído el posible final del escrito habiendo roto eso que nos gustaría encontrar, pero que no vemos en nuestra realidad, ni siquiera en la de nuestros vecinos o amigos. Tal vez como forma de ser una ilusión por la que digamos: Aceptamos el reto.
Lastima que toda esa energía se diluya y quede desfigurada, para presentarse como un monigote sin entidad y se transforme en una caricatura, por supuesto mal dibujada.
Pero aceptando que nuestra magia quede aparcada, una vez más, en los lugares de las cavernas, para aportar más luz, tan necesaria y olvidada, por motivos, siempre extraños a nuestra forma de pensar

martes, 9 de octubre de 2018

LA TIENDA DE HAMBURGUESAS




Juan había montado una tienda donde solo vendía hamburguesas. Una plancha un frigorífico y un armario donde almacenaba el pan. No tenía mesas y las bebidas estaban en otra nevera donde se alojaban diferentes latas, desde refrescos a cervezas. Tenía su salida de humos y un mostrador. Una pequeña trastienda y las pocas verduras que daban color al marrón de la carne congelada.
El público era juvenil en su mayoría. Según llegaban se elaboraba el pedido.
Un día llegó Maite, una mujer en torno a la cincuentena. Le pidió si podía trabajar con él. Juan fue claro con lo que sacaba de recaudación le llegaba, para sus gastos y un pequeño sueldo.
Maite le explico que necesitaba trabajar y ella había elaborado hamburguesas en otro sitio. Solicito una semana a prueba sin salario.
La llegada de esta mujer cambio el negocio, por la mañana iban al mercado a comprar la carne, compro especias y fueron a elaborar al local. La delicadeza que presentaba cada parte de la elaboración le dejo pasmado. A la hora de la comida ya tenían cincuenta hamburguesas preparadas. Las primeras personas hicieron su encargo rápido, pero era esta mujer desconocida la que atendía, Juan quedaba en la plancha. Añadía los ingredientes de siempre, como complemento. Pero otro ambiente se respiraba, la atención más cuidada y la sonrisa de Maite, era diferente. Al terminar el día se había vendido la totalidad y alguno volvió para repetir.
Esta mujer le pidió que renunciara a las congeladas y dedicaba tres horas en la elaboración del producto.
Al tercer día, Juan lo tenía claro, tenía que contratarla. Maite se sintió agradecida, acepto con la condición de no cambiar la elaboración, era ella quien estaba marcando los ritmos y la elaboración. Juan quedaba en un segundo lugar, se duplico la producción.

lunes, 8 de octubre de 2018

LA MUERTE NO DAÑA AL PÁJARO...




Juan fue encerrado en una prisión por haber asesinado a una persona. La pena de muerte esta vigente en su país. Fue acusado pero la verdad es que ni él se encontraba en esa zona, pero no pudo demostrarlo. Se le aisló y prácticamente estaba juzgado de antemano. El cadáver era una persona muy influyente en la política de la nación. Se le corto todas las lineas de demostrar que no era el autor, pero a alguien le venía bien que fuera el chivo expiatorio.
El aislamiento lo vivió como un martirio, hasta se autolesiono. Las expectativas hacía el reo se iban cumpliendo, solo era cuestión de dotarle de un elemento para que pudiera suicidarse.
Una de las pocas visitas que recibió fue de su abuelo y le dijo: “la muerte no daña al pájaro tan solo quiebra la jaula”, le explicó que leyó esta cita de un autor afgano.
Juan tuvo tiempo para reflexionar sobre la frase y comprendió que el camino de destrucción era la peor elección, alguien obtendría sus beneficios a costa de haber cogido un camino que no era el suyo.
Juan disponía de tiempo y comenzó a plantear su vida de otra manera, aun a pesar del aislamiento.
La puerta de su celda se abrió y vio a un funcionario le ofreció un potente veneno para finalizar su vida. Juan le dio las gracias y le dijo que ayer le hubiera dado las gracias hoy le molestaba. Salio con aires destemplados e informo del encuentro con el autor de la idea. Recibió el dinero ofrecido y en su conciencia quito la idea que provocaba el rum rum del acto que había desempeñado. Con el dinero compraría aquello que su sueldo no le permitía comprar y la vida sigue.
La vida de Juan empezó a cambiar.

viernes, 5 de octubre de 2018

LA BOTELLA DE LITRO Y MEDIO DE AGUA






Una persona que se cría en la abundancia, difícilmente se puede adaptar a la del valor de las cosas.
Cuando venía me encontrado con una botella de agua mineral de litro y medio, más de la mitad estaba vertida en el asfalto. Un envase de este tipo vale unos céntimos, pero el recurso que contiene va siendo más escaso en el mundo y el hecho del “como tengo dinero, lo puedo hacer”, ese sentimiento de riqueza hace justificar cualquier acción.
Un parque público, en cualquier ciudad puede representar una vida en macetas, pero dentro de las mismas existe la naturaleza de algún árbol o arbusto. Puede ser una zona decorativa pero existen unos seres vivos que son compañeros navegantes en este viaje que se llama Vida.
La existencia se llena de muchos decorados o actores que desempeñamos un conjunto global. La riqueza no se encuentra en el dinero por mucho que se proyecte esta imagen, a través de los siglos de existencia. Todos tenemos la abundancia de lo que nos rodea, pero solo la llevamos a aquello que es tangible y su modelo es monedas o billetes o tarjeta bancaria.
Después de contemplar ese agua derramada, esos alimentos que van a la basura sin haber sido consumidos, llega el tiempo de reflexión ¿lo estamos haciendo bien o es un modelo que tiende a caducar? Hay cientos de personas adscritos a seguir igual, “esto no lo cambia nadie”. Pero ese consumo desmesurado, parece estar llegando a su fin. Todos los habitantes tienen derecho a la vida en el planeta, dejando de lado los criterios excluyentes que hasta ahora han marcado la ley y el sistema. Dejar de consumir como una forma de riqueza, aunque llene nuestros estómagos y nuestro ego pero vacíos en la mente, con montañas de basura, como consecuencia.