viernes, 29 de septiembre de 2017

LA TELA DE ARAÑA








Juan siempre piensa que nuestro mundo esta proyectado por personas, que tienen planificado nuestros gustos y nuestras acciones. Nosotros somos un producto de un plan preconcebido.
Con este pensamiento, su manera de ser roza con la amargura y siempre encuentra razones, aunque sean muy rebuscadas, para defender su idea sobre el mundo. Somos simples peones en un tablero de ajedrez, donde nuestros movimientos están muy controlados y el objetivo es llegar a la casilla octava para coronarse.
Juan comparte estás ideas como la persona que ha sido capaz de entender el manejo en la tela de araña.
Odia participar en los manejos, que según él, estamos embutidos. Por ello se va apartando de lo que juzga como manipulador. Lo difícil es encontrar algo que no lo sea pues consigue dar la vuelta para encontrar el pensamiento justificatorio, para seguir en posesión de la verdad última. Pero descubrir a todo el mundo como errado no es cortapisas para seguir en su cruzada personal. Nadie esta en su posesión de su cerebro privilegiado.
Siempre tiene que haber alguien que despierte a los demás del sueño que padecen y les deja aletargados.
Comienza a hacer foros en Internet para lograr una mayor difusión, incluso mundial. Las respuestas comienzan a llegar e interesarse en descubrir la disposición del rompecabezas, representado por las sociedades.
Abandona el trabajo y quiere dedicarse en cuerpo y alma. Y va recibiendo apoyos que justifican que se erija en adalid de la cruzada universal.
Pero empiezan a surgir contradicciones pues vive en una gran ciudad y él, también es parte de la actividad de la vida normal. Como si se tratara de un topo infiltrado, comienza a renunciar a cosas que le aten o le creen dependencia del contexto general. Cosa difícil pero allí está él, para llevarlo a cabo.

jueves, 28 de septiembre de 2017

EL PERDEDOR








Javier es un muchacho mulato, su vida ha estado plagada de incidencias. Tiene treinta años. Tras analizar los diferentes avatares de la vida elige la de ser un perdedor. Cualquiera que le escucha cree que ha entrado en un estado de demencia. La tendencia es la de ser un ganador, una persona que triunfa.
Javier aprendió filosofía con un amigo, mucho mayor que él. Y llegó a la conclusión de obtener más beneficios sobre la tendencia actual.
Todo su esfuerzo ha sido reunir argumentos para basar su teoría. Curiosamente no ha sido una labor heroica y rebuscada, sino en el día a día, donde ha encontrado los mismos.
Todo el mundo le contesta sino le gusta el dinero, la respuesta es siempre la misma: “Para qué”, la respuesta es siempre parecida: “para obtener lo que quieras”.
Javier se sienta y recuerda el pasado de sus antepasados, no me gusta la esclavitud, el reunir dinero te esclaviza con el objetivo de poseer cosas o poder desarrollar actividades que no tienes en tu mano. Olvidando las que si tienes y te olvidas por la inercia social.
Lógicamente nadie llega a comprenderle y le califican como marginal, por lo tanto un ser a evitar.
Javier sigue en su posición y no le importa divulgar su manera de ser, por supuesto exótica y fuera de la realidad general. Como si de una “rara avis” se tratara. Pero a pesar de todo deja un calado en el inconsciente de los oyentes.
Algo resuena en “lo normal puede ser anormal”, entra en el pensamiento por la puerta de atrás, por supuesto, la no importante. Pero esta dentro del edificio, con un resultado incierto, pero por supuesto, cuestionable. Quizás una de las tareas de la filosofía. Como forma de pensamiento y construcción de nuestras creencias, tan apegadas.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

ALBERTO, EL PESCADOR








Alberto es un pescador. Cada fin de semana coge sus utensilios y se va a un río para ejercer su afición.
Toma su coche y se dirige a los sitios predestinados por otras visitas. Una silla y la mochila con comida son los otros acompañantes.
No lleva ni lectura ni música. Solo el silencio es su compañía. Casi le desagrada hablar con otros aficionados, salvo que la conversación le derive a temas estrictos de la pesca.
Su forma de vida la tiene muy constituida ha elegido esa forma de vida, un tanto huraña, pero en la seguridad de encontrarse bien.
Su jornada laboral es monótona, con el agravante que tiende a desaparecer  su puesto de trabajo. Las nuevas tecnologías hacen su puesto prescindible. Pero no le importa. Buscara la manera de sobrevivir en una zona rural para hacer que pueda dedicar más horas a lo que le gusta.
Es curioso porque sus ojos resultan tan inexpresivos como los peces, sus movimientos también son tranquilos, como ellos mismos. Pero sin embargo no es un apasionado de la natación.
Su caña con señuelo, sedal y carrete son como una prolongación de sus articulaciones.
Alberto no ha tenido su pareja, pues las mujeres hablan y hablan, perturbando sus espacios de silencio, para él, sagrados.
Este fin de semana va a un lugar nuevo que ha consultado por Internet. Al estar más lejos tiene que alojarse en un hostal. Deja sus pertenencias y no necesita ni el coche. Toma sus utensilios y busca un lugar en el río, va analizando los lugares. Tiene que atravesar unas piedras, unos árboles le muestran el camino, pero su mirada esta en el agua, olvidando lo que le rodea, abstraído continua su camino hasta llega a un paraje, donde tropieza y como resultado cae dentro de una pecera.

martes, 26 de septiembre de 2017

EL LUGAR DE LOS AHORROS








Juan remueve y remueve, otra vez, entre la arena del patio. Está seguro que escondió la bolsa en ese lugar.
Por su cabeza comienzan a rondar mil y un miedos. Como si fuera un tesoro, guardo el dinero que poseía.
Había recordado lo que paso en Argentina hace años, donde la gente se quedo sin dinero de la noche al día. Juan tomó la determinación que a él no le pararía igual. En su chalet hizo tres particiones: una a corto plazo, el día a día, otro a largo plazo y por fin, la última, como fondo de reserva. Empleó el método tradicional, esconderlo bajo tierra. Una vez consumido lo que tenía a corto y a medio plazo fue para sacar otra parte y proceder de igual manera.
Pero tras cavar en la parte elegida, la bolsa no aparece por ningún lado. Entra en situación de pánico y de bloqueo. “que haré ahora. No tengo nada”.
Alguien tiene que haberlo descubierto. Pero por otro lado me habría dado cuenta de que la tierra estuviera removida. Aunque quizás fue un día de lluvias y el agua taparía. Según aparecían pensamientos los tapaba con respuestas del mismo ritmo.
Ríos de sudor recorren su cara. Su piel esta pálida y como solución amplia el área a excavar. Pero allí no aparece nada. Recuerda que fue a medio metro de profundidad pero a lo mejor, fueron sesenta centímetros. Decide profundizar más. Pero solo arena y raíces viejas es el único resultado.
Cansado apoya, su sudorosa espalda en la valla de ladrillo y cierra los ojos. Entonces se le viene a la memoria que luego lo traslado al sótano a una mocheta realizada con ladrillos, no se fiaba de las inclemencias del tiempo y decidió el traslado, pero no lo había recordado, hasta ahora mismo.

lunes, 25 de septiembre de 2017

PUERTAS ABIERTAS








Como siempre, cree estar en posesión de la verdad, por ello trata de imponerla. Juan se presenta como una persona autoritaria, pero siempre, salvaguardado, por tener la razón. No entiende como los demás son tan torpes que no lo comprenden. Entonces es cuando emplea el argumento de la fuerza, imponiendo lo que los otros no entienden.
Llega a tiranizar para conseguir sus objetivos, que lógicamente, son de las otras personas.
Juan se manifiesta como la otra gente. Él no se siente con cortapisas para ejercer su razón, esto le diferencia de los pusilamines, que no son capaces de luchar por mantener viva la opción única, al fin y al cabo, la real.
Juan se siente el nuevo adalid, pues observa a las otras personas, como se dejan comer el camino y desvirtuarse del único.
Tanto sentido da a sus argumentos que nublan la vista, el oído y resto de sentidos, al proyectar el verdadero camino.
Sale de su casa camino de una reunión que se presume caliente, según camina, sus pensamientos van en la forma de abordarlo. Tan enfrascado va en su tema que no consigue ver una alcantarilla estropeada, sus pasos se dirigen hacía ella y el resultado es una caída que le arrastra medio cuerpo al interior.
Las personas que ven la escena se dirigen prontamente a ayudarlo, pero su pierna se ha fracturado, necesitan ayuda médica. Por ello se solicita una ambulancia. En espera de ella, sigue refunfuñando sobre el estado de la acera. Consiguen sacarle y tras colocar en una camilla, traslado al hospital. El enfermero se cansa de tanto oirle y le pide que se relaje y descanse, va a tener una buesna temporada de ello. Juan le mira desafiante y contesta: “Usted tambien”. No se a que se refiere es la respuesta. Puertas abiertas.

sábado, 23 de septiembre de 2017

LARVANDO UNA IDEA DE VENGANZA








Juan se muestra agresivo en la mayoría de sus acciones, esto le acarrea muchos problemas, pues parece una persona resentida con el mundo. Todo se remonta a su infancia, era un niño enclenque, con gruesas gafas. Despreciado por sus compañeros y todo el mundo. Fue larvando una idea de venganza, de resentimiento. Hasta que un tío suyo le llevo de viaje y le cambio su personalidad para convertirle de un débil a un chico fuerte, donde tenía que destacar en todo, por ello cada ocasión presentaba una rivalidad, donde el objetivo era salir victorioso. Por supuesto, que no lo conseguía siempre. Pero su rabia se acumulaba y trasluce a su rostro.
Juan fue creciendo en este medio y solo fue afirmando sus principios, fundamentados en aquellas conversaciones con su pariente, convertido en lider. Se fue aislando del mundo, aunque su trabajo está en una cadena, donde existen más compañeros. Pero el entiende el trabajo como una forma de conseguir dinero, suficiente para cubrir sus necesidades.
El espejo se cansa de reflejar siempre el mismo rostro con mayor o menor barba en la cara. Su raya en el pelo, lacio, solo apoyado por la laca sustentadora.
Una casa alquilada es el refugio de muchas de sus horas libres. Escasa luz y pocos utensilios. Su habitación pintada de negro igual que el azul oscuro que cubre el salón son los reflejos de sus pensamientos y su forma de vivir.
Un día conoció a una muchacha pero la relación fue tan turbia que ella, puso tierra por medio hasta desaparecer de su vida.
Desde entonces la relación con el sexo femenino fue más áspera, condicionada por la relación que mantuvo con su madre.
Juan desaparece en los campos oscuros de la noche y vagar en busca de nada. Regresa a las doce siempre.

jueves, 21 de septiembre de 2017

EL TIC NERVIOSO








Juan tiene un tic que le produce un movimiento de cabeza brusco, si ya lo sabes no te impresionas. El problema surge cuando sale de casa y tiene que coger un transporte público, mucha gente se asusta de esa reacción inmediata y extraña. Es más se deja de hacer lo que en ese momento se está haciendo, leer, mirar por los cristales o trastear con el teléfono móvil para observar la siguiente sacudida.
Juan trata de no salir de casa, pero entiende que tiene que llevar su vida normal, incluso hacer ejercicio físico. Se ha acostumbrado a las miradas maliciosas, las sonrisas veladas, para dejarle de importar e intentar llegar con su vida normal. El trabajo lo tuvo que dejar y eso limito más su ostracismo. A nadie le gusta estar con un ser que se comporta anormalmente, aunque se trate de una enfermedad neurológica. Los enfermos tienen que estar en otro plano, donde no se moleste la rutinaria vida.
Su amigo Alberto le dice que lo que realmente molesta a los otros, es precisamente eso, ser diferente,  quita la monocromia, como consecuencia se lucha por ser original, diferente, aunque les haga pasar por una cortina de críticas, más o menos caladoras, dependiendo de la persona que lo reciba y su capacidad de transformación de las mismas.
Juan no termina de entenderlo y hace movimientos para justificar la acción del tic nervioso, con un resultado todavía peor. Pero quiere acallarlo, como queriendo manifestar un control sobre el cuerpo, sin conseguirlo de ninguna manera. Pero es la decisión que ha tomado.
Alberto se lo ha dicho alguna vez pero los oídos sordos han sido la respuesta, por ello le acepta como es, evitando volverse a pronunciar. Quien es él para decir como tiene que comportarse su amigo. Él toma sus decisiones.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

EL REENCUENTRO








Lentamente, se va acercando detrás del banco,  queriendo sorprender a su amigo, Juan, allí sentado. A Alberto le delata el sonido de una hoja seca, tras partirse.
Como un resorte se vuelve y se encuentra con él. Llevan mucho tiempo sin verse, pero su imagen esta en la cabeza guardado.
-         No me has dado tiempo a la sorpresa.
-         Normal, te sigues moviendo como un elefante.
Un abrazo es la consecuencia del encuentro. Unas caras sonrientes, sellan el encuentro.
Tienen que contarse tanto que no saben por donde empezar. Buscan, en su memoria la última conversación para tener un hilo de donde tirar.
-         Lo último que recuerdo de ti, es que cambiaste de trabajo y casa, dijo Alberto.
-         Si el trabajo me llevo a una nueva ciudad y una forma de vida, responde Juan.
-         Yo también cambie de trabajo y fuimos a otra casa, por eso el teléfono tuyo lo perdí y gracias a Araceli, que sigue en contacto contigo, me lo facilito.
-         Si, ya sabes que es mi mejor amiga, me ayudo en mi perdida de relación con todos vosotros, me sentí muy perdido y ella me apoyo telefónicamente y algún que otro viaje de fin de semana.
-         La verdad es que tu marcha fue como un desmembramiento entre nosotros, cada uno tomo otros caminos.
-         Qué curioso, parecíamos tan unidos y ya ves. No he tenido contacto con nadie.
-         Realmente es como si se hubiera cubierto una etapa en nuestras vidas y había que tomar otras vías. Comenta Alberto. Solo fue un encuentro casual con Araceli la que me acerco a ti. Y que hoy estemos juntos.
-         Uno no sabe si renunciar a parte de tu pasado o intentar recomponer. Según venía hacía aquí. Me cuestionaba.
-         Tal vez, si.

martes, 19 de septiembre de 2017

CUANTO PESA UN PENSAMIENTO








Cuanto pesa un pensamiento. Esta es la pregunta que se formula Juan en un descanso de su sueño nocturno. Durante el mismo te sientes etéreo tu cuerpo no tiene peso. Ya puedes estar pisando flores que estás no se deterioraran pues son conceptos diferentes, como intentar ligar agua con aceite, podremos convertir las gotas de aceite en minúsculas, pero no conseguiremos que formen un liquido fusionante con el aceite.
Por ello por mucho esfuerzo que haga Juan, no conseguirá que el cuerpo tenga sensación de gravedad, porque en nuestra mente, onírica, este concepto no existe.
La realidad de estar despierto es diferente, por mucho que Juan se enfrente, al espacio de los sueños. En ese espacio en que estas cogiendo el sueño donde crees que controlas la situación. Como cuando se despierta del mismo y se cree en disposición de alargarle para modificarle a su antojo.
Por mucho que quiera cerrar el ojo para poder seguir en ese otro espacio. Ya se cambia de plano y solo es posible emplear la imaginación como creadora de situaciones diferentes, pero siempre sin el concepto del peso.
Juan medita sobre esta situación y solo le queda contrastar con otras personas, para contrastar las otras realidades y sus efectos sobre nuestros futuros e incluso presentes.
Pero cada vez que lo ha intentado le han marcado como si fuera un filosofo, por lo tanto como si fuera un bicho raro, a evitar.
No deja que los conceptos alienantes, le impulsen su afán por saber más. Y contrastar con la realidad de los otros.
Busca la comparación de los sueños con la imaginación, intentando buscar puntos comunes. Pera la segunda parece más condicionada, por partir de una realidad mas presente. La primera parece más desprovista. Aunque se demuestra la importancia de nuestro pasado en la recreación.

lunes, 18 de septiembre de 2017

VUELTA AL COLE








Es por la mañana, la hora de ir al colegio. Ana y su hijo Juan toman el autobús para ir al centro escolar.
Han cogido el transporte con el tiempo justo, pero según se van aproximando. Juan dice unas palabras con sentido lagrimoso “yo no quiero ir al cole”. Ana hace como que no lo oye. Pero Juan repite y repite su frase, como queriendo imponer. Los pasajeros dirigen su vista hacía la pareja. Y continúan hasta la bajada de ambos. Al descender su madre se interesa por preguntarle la negativa de esté. Hace pocos días se inicio la vuelta de los estudiantes. Juan no llega a aceptar el inicio de la nueva semana y la rutina de los años anteriores.
Su madre sabe que tiene que dejarle y ella ir a su trabajo de limpieza. Se compadece de él. Y lo toma en brazos, como queriendo seguir hasta la entrada. De nada valen sus argumentos. Juan se aferra, con sus brazos, al cuello de Ana. Formando su negativa a una realidad que se acerca, pero no es la deseada.
Llegan a la puerta del centro y trata de ponerlo en el suelo, pero Juan se aferra a su seguridad y no quiere soltarla. Mientras otros compañeros van entrando sin problemas, ellos ya habían establecido su pulso y lo perdieron.
En ese momento entra su profesora y se pone a su altura y le habla con palabras tiernas pero con una cadencia que rompe el ritmo del “yo no quiero”.
Le toma de la mano y se acercan a la entrada de las clases. Juan no se despide de su madre. Ella tiene una lágrima en su ojo, por la sensación de dejarle, cuando le estaba pidiendo ayuda.
Ana tiene un sentimiento encontrado y disimuladamente retira la gota emitida anteriormente.

viernes, 15 de septiembre de 2017

EL CAMINO ENTRE DOS PUEBLOS 4








El que lleva la voz cantante, esta en el medio de los otros dos, pregunta por su objeto de interesarse tanto por lo que pasó.
Alberto ante la actitud intimidante contesta relajado incluso les invita a sentarse en las piedras del camino, curiosamente aceptan. Con lo que el bloque se disipa. La primera batalla la ha ganado. El ritmo de preguntas y respuestas lo está marcando él. No tiene necesidad de ocultar nada y por tanto se encuentra seguro.
Consigue darles la mano a la hora de despedirse y retoma el camino hacía los árboles. Allí apoyado en el tronco de un roble de gran porte, se da cuenta de la necesidad de hablar que tienen los habitantes de ese tema oscuro, en ese pasado que se ha vertido tanta tierra con la necesidad de hacerlo desaparecer.
Son ellos lo que han buscado ha alguien para salir del ahogo: está sensación la va corroborando día a día. Donde va recibiendo más información, por supuesto contradictoria y llena de decoración personal.
Alberto toma partido y logra reunir a varios vecinos de ambos pueblos con la intención de hablar, con el arbitraje suyo.
Aceptan pero las condiciones las fija Alberto, para no llegar a los insultos y rencores larvados, durante tantos años.
Por supuesto la reunión será en la linde de los dos pueblos. Llevan unas sillas plegables e inician la conversación, ante la desconfianza de todos. Pero Alberto logra una reconciliaciación que termina entre ambos y el compromiso de hacer otra en el bosquecillo.
En esa ya no estará pues ha terminado su tiempo. Pero les ha rogado que mantengan, el medio virginal, de ese espacio natural, tan magico.
Vuelve con la sensación del trabajo bien hecho y va a despedirse de ese lugar que le ha sugerido tantas cosas agradables.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

EL CAMINO ENTRE DOS PUEBLOS 3








Por donde va, Alberto, va preguntando sobre el bosquecillo, hasta que encuentra a una mujer dispuesta a contarle lo sucedido, referido a las disputas entre dos familias pudientes de los dos pueblos, como consecuencia cinco personas fallecieron en la cueva entre ambas castas. De ahí surge la enemistad entre ambos pueblos. Pues los sucesos tienen varias versiones desde ritos satánicos a venganzas personales. La verdad nunca se supo pero montañas de arena se vertían iniciando un muro de aislamiento e incomprensión.
Alberto sin darse cuenta se había metido en un avispero donde los aguijones están muy presentes y dispuestos a dejar pasar el sitio como un cementerio.
Pero el busca el paraje y disfrutar del mismo. Cosa que nadie entiende que ha venido a interesarse por este entorno.
Como su estancia se prolonga, va sabiendo más y más cosas, que le introducen en un laberinto, donde la única salida es seguir hacía adelante.
Por fin un día decide ir al otro pueblo para escuchar otras versiones. Sus movimientos son seguidos sin ser consciente. Parece que alguien quiere perturbar la paz de unos muertos que han separado ambas poblaciones, por tanto se convierte en una persona molesta. Pero tiene tiempo para saber más datos al respecto.
En el otro pueblo contacta con otras personas que le dan versiones disparatadas donde cada interlocutor ha puesto ficción de parte suya. Con lo que es una bola de nieve, donde es difícil, encontrar el grano.
Va anotando en su libreta todo el material narrado, para no perderse y siempre regresa al bosque para escuchar las versiones del silencio y del sonido de las hojas. Con su mochila a cuestas recorre los diferentes sitios. Hasta hoy miércoles que a la salida del pueblo se presentan tres hombres colocados frente a él y con decisión interrogatoria.

martes, 12 de septiembre de 2017

EL CAMINO ENTRE DOS PUEBLOS 2








La curiosidad es máxima y alguno pregunta que viene ha hacer por estás tierras. Alberto responde que esta buscando un pequeño bosque que esta en esa zona. Como un alivio le responden que esta a unos cuatro kilómetros hacía el oeste, en la falda de las montañas.
Caras de extrañeza de interesarse por un lugar al que a penas nadie va, ni se ha interesado por él. A penas unas decenas de hectáreas es su cuerda pero que se encuentra muy buen conservado, ha perdido el interés que tubo en siglos pasados donde ocupaba buena parte de las tierras, hoy dedicadas a cultivo agrícola. Alberto pronto llego al lugar protegido por las pequeñas montañas y se dio cuenta de lo olvidado que esta este rincón vegetal. No había restos humanos y el verdor encandilaba. Árboles de un buen porte sirven de entrada, también ramas caídas dan una impresión de dejadez en beneficio del mantenimiento vegetal.
Pronto se ven multitud de plantas, resguardadas por los árboles, dejando un suelo fértil. Un viejo camino va recorriendo el bosque, hasta unas oquedades en las rocas de arenisca, dejan mostrar historias para recrear. Junto a ellas un pequeño manantial que brota entre unas piedras, invitan a sentir su frescor. Cosa que Alberto cae seducido.
En algún sitio había leído la existencia de este lugar, prácticamente desconocido, para el gran público, afortunadamente se encuentra bastante intacto.
Por la noche pregunta entre los lugareños, se interesa por los dueños del lugar visitado. La respuesta es que son tierras comunales del pueblo pero que sucesos escabrosos fueran como una losa para su explotación, todos relacionados con la cueva allí existente.
Ni siquiera se recoge madera para abastecer de leña las estufas y nadie va por allí.
Alberto se pregunta que ocurriría para declararlo paraje maldito y olvidado.

lunes, 11 de septiembre de 2017

EL CAMINO ENTRE DOS PUEBLOS 1








Andando por el camino que une los dos pueblos, nunca se sabe si les ha unido o les ha separado. Las diferencias entre ambos se han ido acrecentando y hoy prácticamente solo es utilizado para las labores rurales. Nadie lo usa como sitio de comunicación e intercambio. Curioso que antiguamente eran dos poblaciones que vivían de su intercambio, pero surgió diferencias entre familias encontradas y avivaron un odio donde nunca había existido. El fruto de la colaboración se trunco y hoy parece que existe un muro, inexistente, pero fácilmente identificable entre las tierras de los Alonso y los Pérez, campos de cultivo separados por un arroyo, visible solo los días de invierno.
Alberto, hoy, lo esta transitando olvidando rencillas que a él, ni le vienen ni le van.
Pero su paseo no pasa desapercibido, es como si hubiera traspasado una frontera. Solo saben que llego por la mañana en el autobús, fue a comer en el restaurante de la carretera y con su mochila a cuestas emprendió el camino prohibido. Los comentarios fueron como la pólvora, es la noticia del día.
No ha preguntado a nadie, por nada especial y se dirigió por la calle Mayor hacia el camino de tierra. Existe una carretera donde los coches, pasan lo más deprisa posible, por el otro nexo de unión. Los tres kilómetros que los separan atraviesan una pequeña loma que ofrece una panorámica de la zona donde están ubicados. La llegada al otro pueblo tampoco pasa desapercibida, solo los tractores usan la vía terrea. Difícilmente nadie va a pie y menos alguien con una mochila en la espalda. Pregunta por un lugar para alojarse esta noche. Solo está el restaurante que tiene habitaciones que se alquilan para temporeros o camioneros. Hacía allí se dirije. Pero la curiosidad es mayor en todos.

sábado, 9 de septiembre de 2017

LA MELANCOLIA DE ALBERTO








Alberto desciende de una familia de depresivos, es curioso que se vayan repitiendo los patrones familiares, sin ser conscientes de ello.
Alberto en su cuarentena no es la alegría de la huerta, siempre ha sido muy retraído, tímido. Esto le ha llevado a un carácter solitario. Normas que ha heredado desde hace dos generaciones tras una bisabuela que cayo en melancolía después de la perdida de su marido y caer en bancarrota, ocasionada por una mala gestión de su marido. Su síndrome llego a su abuela que paso a su madre y el solo responde a los patrones aprendidos.
La relación con las mujeres siempre ha sido tormentosa, como un rechazo interior a su legado. No ha estado casado ni vivido en pareja. Su carácter huraño, no ha propiciado ningún acercamiento y su visión siempre ha sido negativa. Por ello aumenta su soledad y su falta de comunicación, también llevada a sus compañeros de estudio y de trabajo.
No ha tomado el acercamiento tras una jornada de trabajo o cuando era estudiante. No ha compartido gustos comunes como el deporte o las mujeres. Con ello se ha ganado el calificativo de gruñón.
Alberto se ha conformado en vestirse de tonos negros o oscuros lo que le ha llevado a tener el calificativo de cucaracha. Frase repetida fuera de su oído o presencia.
Tiene una hermana con la que no comparte nada, pero si el mismo carácter, aunque ella si se ha casado y tiene una niña, con profundas ojeras como muestra su madre.
Alguien le insinuó una vez que tenía que romper con su pasado, pues es el origen de su estado actual, la noticia le llego como un comentario más, pero lejos de su ser. Pero esa semilla un día se fue desarrollando y su lucha es la  liberación.

viernes, 8 de septiembre de 2017

EL PROGRAMA DE NO PARTICIPACIÓN







Asignándole la vida su forma de ser. Alberto se siente parte de un programa que no participa.
Ha tenido episodios de suicidio por no encontrar sentido a su existencia. Afortunadamente nunca los ha llevado a cabo. Pero incluso ha clasificado formas de llevarlo a término. Pero en el último momento esa indecisión suya le ha bastado para no hacerlo. Es como si descubriera señales indicadoras de camino erróneo. Siempre han sido certeras porque gracias a ellas sigue entre nosotros.
Cada experiencia ha sido enriquecedora y han cambiado cosas en su cerebro, de tal manera que su yo actual no es el mismo que hace no demasiado tiempo.
Alberto ha descubierto el arte de cantar, repetir estrofas con una cadencia que cada músico ha aplicado.
No lo hace bien pero siente que algo cambia, cuando lo hace, en su interior modificando su estado de ánimo.
Comienza a ser actor de todo lo que sucede a su alrededor, descubre su existencia, como si la misma le hubiera estado robada.
Entiende que los programas los elige él y por tanto los resultados de los mismos. Hace poco esto era impensable en su sistema de creencias. Pero él mismo lo ha descubierto, no le ha hecho falta la ayuda de nadie. Esta sensación le da poder, fortaleza y por ello la visión cambia ciento ochenta grados.
Como la noche, con su oscuridad, a el día con su claridad solo existe un periodo de unas horas, lo mismo a ocurrido en Alberto. No ha sido una cosa sola la determinante sino una especie de despertar, por supuesto en otra realidad que curiosamente es la misma, pero con otra visión.
Alberto, cuando salía de casa se ponía unas gafas de sol, para que los rayos no afectaran a sus ojos. Actualmente no lo hace, indicando algo.

martes, 5 de septiembre de 2017

LOS HILOS DE LA AMISTAD








Descubriendo quien tiene la razón, están Juan y Alberto. Cada uno se fuerza en aportar argumentos para inclinar la balanza de su mano.
Da igual lo que se aporte, la idea prefijada de cada uno hace obviar la del otro para seguir viendo solo su verdad.
La ceguera hace que sea un dialogo de los mismos. Parece como si una capa de cera se instalara en los oídos de los dialogantes, con resultado: no se escuchan, aumentando su tono de voz. Alberto llega a mirar con cara de odio a su amigo, que a su vez, refleja el mismo carácter. La cuerda se está tensando cada vez más. La ruptura parece inminente. Es entonces cuando Juan dice una chorrada, paraliza y aparece una sonrisa en sus caras.
Es cuando se trivializa el tema tratado y desaparece la fricción existente hasta entonces.
Comienzan a bromear sobre la situación vivida y sienten el cansancio que ha producido la tensión existente.
Abandonan la casa de Alberto y salen a tomar un poco el aire del parque. Olvidan lo pasado pero reflexionan sobre como han tensado esos hilos de su amistad.
Juan es el primero en hacerlo y querer formar un compromiso para que la situación no vuelva a tener lugar.
Alberto reafirma el compromiso y la reflexión es como se han dejado llevar sin sentido a una situación debilitante, tal y como lo han sentido corporalmente y psíquicamente.
Según van caminando observan a una pareja que están gesticulando muy rápidamente, como queriendo aumentar sus razones, fíjate, comenta Juan, como nosotros, hace unos minutos. Al pasar junto a ellos, les dice, “tranquilos”, todo es más fácil. El hombre se dirige hacía él, contestándole de mala manera: Qué sabrás tú.
Pero la situación ha cambiado, ha desviado su foco de conflicto hacía otra persona ajena.

sábado, 2 de septiembre de 2017

EL AGOBIO DE BLANCA








Blanca se mueve de un lado a otro en su cocina. No consigue detenerse en un sitio concreto. Su cabeza no esta ubicada en una acción, trata de que el movimiento consiga parar la dispersión de la noticia que ha recibido hace unos minutos. Como si cansando al cuerpo lograra parar su cabeza, pues no encuentra solución.
Por fin se dirige al sofá y cae derrotada, cierra los ojos, pero multitud de pensamientos en la misma línea acuden sin ser invitados y la fiesta se trasforma en un agobio. Abre la ventana en búsqueda del oxigeno o aire reparador. Hoy no es día del mismo, por ello vuelve a cerrarla, como queriendo encontrar su interior.
Blanca hoy se había vestido del color de su nombre, pero no se siente como tal, por ello se desviste y cambia a los tonos azules. Salé a la calle en busca de solución, mientras vuelve a sonar el teléfono, al no tener identificado, el numero decide ignorarlo, si quiere dejara un mensaje.
La calle tiene un gran movimiento, como cualquier día laborable. Busca comprar la cena de hoy. Una larga cola sirve para que vayan hablando entre los componentes, pero hoy no tiene ganas de participar. Por ello abandona la misma y busca otra donde los trámites sean más cortos, aunque esté cuatrocientos metros más allá.
Al pasar por el parque observa a un niño con aparatos metálicos en sus piernas, lo que limita sus movimientos haciéndoles torpes, pero una sonrisa en su boca, a pesar del esfuerzo que está realizando. Una pelota es su objetivo. Blanca sale de su estado de trance y observa el esfuerzo,  su cara sonriente y, solo, en este momento, abandona noticias, nerviosismo y agobio, para ver el esfuerzo de llegar a la pelota y cogerla entre sus manos.