miércoles, 31 de mayo de 2017

EL DESAHUCIO







Juan sabe lo que sucederá mañana. Tiene que abandonar su casa, dejo de pagar hace meses y hace quince días le llego la orden de desahucio. Ha vivido, durante quince años, construyo su familia aquí, pero con una reforma laboral en su empresa perdió su trabajo. A partir de ahí todo fue anómalo, su relación con su mujer se deterioro y termino en un divorcio. Su mujer regreso con su familia, mientras sigue en su trabajo. Sus padres vieron como a la casa llegaban tres nuevos inquilinos, con tres nuevas preocupaciones. De vez en cuando Juan les lleva a su casa, pero a penas aguanta unas horas con ellos, a pesar de su corta edad, le tienen rechazo con lo que las visitas se espacian.
A penas llena dos maletas con la ropa que tiene, el resto lo deja intacto, incluso los platos con los restos de comida en el fregadero.
El dinero se acabo hace tiempo, un comedor social ha sido su fuente de alimentación.
La nevera tiene un aspecto desolador, hace tiempo que no alberga nada, incluso la bombilla dejo de funcionar.
La noche ha sido larga y las vueltas que ha dado no han sido motivo de cansancio y por tanto de sueño.
Toma la última ducha, rápida, pues el termo también dejo de funcionar se seca en la toalla de color incierto. Se afeita y espera a las once de la mañana.
Puntualmente llega el dueño acompañado por tres personas, entre las que se encuentra el secretario del ayuntamiento. Le leen la resolución y pasan al interior. Las dos maletas hacen cola frente a la entrada. Entrega las llaves y salé a la calle. Juan no mira atrás porque no ve hacía delante. Sale a la acera y se sienta en un banco, manos cruzadas solamente.

martes, 30 de mayo de 2017

LA SUBLIME LINEA







Juan descubre su locura e intenta dar un sentido, como forma, de su carácter personal.
Piensa que él siempre ha sido así, un poco alocado, pero siempre con su sello de característica personal. No se reconoce en los actos que obra, pero siente miedo el haber cruzado la línea de la irracionalidad. Por ello lucha en buscar argumentos para demostrarse lo que es.
La puerta es tan sublime que encuentra coincidencias que justifiquen su manera de ser y por ello alardea de ello para configurar su imagen de cara a los otros.
Esas personas que llevan una normalidad, aparentemente racional.
Juan pierde la calidad de su sueño, porque surge la duda, por mucho afanarse para entender la normalidad.
Al final pierde su batalla y recurre a ayuda médica, como solución a la manera de obrar. El médico le remite a un especialista mientras le prescribe unos tranquilizantes, pues la cita llevara más de tres meses.
Las medicinas le convierten en un estado vegetativo, con resultado de baja laboral. La lógica pierde su prioridad y se diluye como un sueño perdido.
Juan se aísla, como un animal enfermo, a penas contesta llamadas de teléfono y menos de ver a amigos o familiares, su refugio es su casa.
Los síntomas se transforman en fases de estado adormilado, donde los días pasan como una pesadilla, de la que no sabe si quiere deshacerse pues su mente ha dejado de tener el control general.
Llega una carta de cita con su psiquiatra asignado, será en siete días. No hace falta Juan ha dejado de estar, un coche se ha ocupado de trasladarlo a otra forma de vida.
Queda su existencia como una noticia en las paginas de sucesos y en la mente de su familia y conocidos, como Juan “el loco”, como tantos otros.

lunes, 29 de mayo de 2017

LA ESPERA IRRACIONAL







Juan acude a la consulta de un dentista. Llama a la puerta de entrada y una muchacha joven, le recibe dando las buenas tardes e interesándose si tiene cita previa.
Juan afirma que a las cinco tiene una. Le pasa a una sala de espera donde aparecen cuadros de dientes animados, sobre la mesa baja un grupo de revistas, a su alrededor unos sillones de casa, reciclados o de segunda mano. Es pronto aun faltan diez minutos. Está nervioso, deambula por la habitación, intentando estar tranquilo, pero sus nervios van en aumento. Comienza a hacer muecas y golpea sus manos. Se oye el ruido del torno dental, sin ser tapado por el hilo musical. Su cita será cuando termine con el otro paciente. El sonido combinado le vuelve más nervioso.
Comienza a hacer cosas irracionales, total que más da, esta solo. Una batería de tics, comienzan a aparecer, pero no intenta detener, pues a nadie le molestan.
El sonido del teléfono, para pedir nueva cita se oye de la recepción. Intenta leer uno de los folletos de publicidad dental, pero no consigue mantener la atención ni diez segundos, lo devuelve a su expositor. Sigue su coreografía inconsciente y absurda sin conseguir sentarse. Ha pasado media hora y el soniquete metálico ha finalizado su sinfonía. Se siente cansado y se arroja sobre el sofá provocando un ruido grande como de rotura, automáticamente se levanta y se dirige hacía una de las sillas, no varían sus movimientos automáticos y se da cuenta que ha perdido el control de su cuerpo, toma una revista, pero el pasar hojas es la tónica, como si fuera un abanico.
Por fin la puerta se abre y le llaman por su nombre para ir a la consulta, según se levanta observa una cámara en la parte superior.

viernes, 26 de mayo de 2017

DIBUJAR UNA SONRISA







El día se abre, muchas veces, como se cierra. Piensa, Juan y no es por su participación en él, sino precisamente su ausencia en el mismo.
Juan reflexiona sobre los días y llega a la conclusión de ser dígitos, por ello, no importantes. Ni si quiera, a la hora de dormir hace un mínimo análisis de lo acontecido. Esa crisis interior lleva a un estado anodino, bastante pernicioso. Pero por lo que sea, hoy va al trabajo de otra manera, dibuja una sonrisa en su boca, abre los oídos, mientras la piel se muestra con los poros sensibles.
Juan sabe que los números son abstractos, por ello intangibles y quiere convertir su vida en algo vivo. A pesar de ir en el mismo medio de transporte, encontrarse los mismos datos y las mismas personas desarrollando su trabajo.
Sus compañeros perciben el cambio y preguntan si le ha tocado la lotería. Juan responde que si pero no materialmente. Sus gestos no pasan desapercibidos y se hacen centro de miradas. Sin quererlo pasa a ser protagonista de una obra, no representada desde hace mucho tiempo. Sin quererlo, está cambiando su entorno próximo y por tanto el suyo.
Juan respira de otra manera, ya no es la persona que camina sino es caminante, aun pareciendo lo mismo no es igual. Esta llenando de vida, un espacio, donde solo había sido etéreo. Solo espectador, donde la vida pasa una sola vez y se despide para no volver. Una vez recibido el mensaje la decisión solo esta en cada persona donde faculta su libertad de elegir.
Juan sabe que es fácil, dejarse ir y caer en lo mismo, en eso que te lleva a un tedio a un mero espectador en medio de un jardín o un bosque. Donde las maravillas están al alcance nuestro.

jueves, 25 de mayo de 2017

LOS DISCAPACITADOS







Mario nació con el síndrome de Down, desde siempre la dependencia de sus padres ha sido total.
Con el paso del tiempo ha aprendido ha hacer cosas por si mismo, pero siempre ha estado supeditado a su familia. Es uno de los componentes extraños en la sociedad, no solo por su físico, sino por su sumisión, cuando se habla de sociedad se habla de generalidad, pero hay una partida de personas, como Mario, que representan el papel satélite del planeta social. Donde también se hayan los marginados y todos aquellos extraños al núcleo.
Mario ha tenido siempre inquietudes, dándole un valor de intención para ser uno más. Pero siempre salen las normas para hacerle saber que solo es alguien cercano pero nunca integrante.
Todos los individuos, compositores del mundo grupal, han aprendido unas enseñanzas, sin darse cuenta las desarrollan y las repiten. Como loros, sin ni siquiera plantearse si están bien o mal, como si formaran parte de una célula más de su cuerpo, por ello, ni pasa por la cabeza. Nos ponemos al unísono y pensamos grupalmente.
Mario no ha adquirido estás facultades limitadoras, aunque vive, en propia carne, sus consecuencias. A pesar que se les aplique que viven en un mundo feliz, fuera de la dureza del mundo exterior. Su pensamiento no es tan retorcido donde se justifique lo injustificable. Sin tantos altibajos que te creen una inestabilidad emocional.
Mario va aprendiendo que pertenece a otra esfera, donde hay un montón de individuos, que no son productivos para “el bien social”. Aunque algunos se les agrupen en fabricas de manipulación simples, como modelo de  integracción. Pero solo es una propaganda, donde algunas empresas logran un beneficio extra, por las ayudas económicas que reciben en su ayuda a los discapacitados, con lo cual encuentran su nicho de producción monetaria.

miércoles, 24 de mayo de 2017

EL CORAZÓN NEGRO







Juan trabaja en una carbonería, ya se que es un oficio del pasado, pero él, ha seguido la tradición familiar. El también sabe estar fuera de época pero ha encontrado una nueva salida en los restaurantes y en las famosas barbacoas.
Juan es una persona resentida, a penas sonríe, no disfruta con su trabajo, ocupa su tiempo repartiendo pedidos con su pequeña furgoneta, tod esto va marcando su carácter huraño y olvidado de sus dos hijos, criados por su madre, cansada de vivir encima de la carbonería y sin días para salir a hacer otras cosas, vistas en sus vecinos y amigas.
En su teléfono va recibiendo pedidos despachados a cualquier hora del día, es como si hubiera instalado un servicio veinticuatro horas.
Afortunadamente el carbón viene envasado lo que evita el polvo negruzco instalado hasta entre las uñas, sin hablar de los pulmones.
Ana, su mujer lleva las cuentas y es quien maneja la economía familiar. Sabe del dinero guardado por si ocurre cualquier cosa, pero también sabe del  no gastado. De ese que se guarda en una caja en uno de los antiguos huecos de respiración del local, disimulado por una rejilla vieja y bisagras sin aceitar.
Por su cabeza ha pasado abandonarle e ir con sus hijos, fuera de la ciudad. Pero nunca lo ha llevado a cabo. Vive una vida que no le gusta con un hombre amargado. Hablando con una de sus amigas se sincera con ella y le pide consejo, está se da cuenta de la situación y recomienda dar un ultimátum. O se cambia la actitud y la forma de ser o dejan de ser pareja.
Juan no esperaba esta reacción, siempre ha pensado que todo esta mal, pero es un síntoma de los tiempos. No ve razón de cambiar por ello deja.

martes, 23 de mayo de 2017

EL ESPACIO LIMITANTE






Cuentan que un elefante, de pequeño fue atado por una cadena a una estaca, como su cuerpo era infantil no pudo liberarse de la trabadura. Con el tiempo aprendió el seguir atado y no poder, a pesar que su cuerpo se hizo más y más grande y poderoso. El pensamiento se instalo en su cabeza hasta su muerte.
Jaime leyó esta historia y entonces comprendió como los pensamientos limitantes crean, a su vez, limitaciones.
Se puso a pensar en cuantas cosas creía no ser capaz de desarrollar. Las fue anotando y comprendió la realidad de su vida.
La lectura de un cuento fue el desencadenante de una realidad. Una vez descubierta la causa es posible enmendarla pero ¿Cómo?
Jaime tiene un amigo llamado Juan, no tiene carrera alguna pero sus consejos son tan certeros que decide acudir a él.
Jaime relata el cuento del elefante encadenado y como escribió todas cosas que no creía poder hacer.
Juan elogia el buen trabajo desarrollado y le muestra como ha conseguido lo más difícil, es la identificación del problema y, como consecuencia, va haciendo unas barreras en el espacio de nuestras capacidades personales. Como si fuera limitando el campo con cercas, estás impiden ir de un lado a otro y la consecuencia, de sentirse encerrado, incomunicado, a pesar de estar al aire libre.
-Si tú eres capaz de saber que todas esas vallas, las has creado tú, no existen, has creado tu propia celda con el “yo no puedo”. El mundo es un espacio abierto, las limitaciones las ponemos nosotros, con lo que conlleva. Indica Juan. Has sido capaz de mostrar tus limites es momento de replantear el área de otra manera, mucho más sencilla y libre. Sin necesidad de invadir espacios de otras personas, esta sería la única limitación o frontera delimitadora.

lunes, 22 de mayo de 2017

EL PAÑUELO LLENO DE LAGRIMAS







La mirada, profunda de Marina, se esconde entre los restos de pintura de sus ojos y las abultadas bolsas. Quiere seguir escudriñando las escenas que suceden a su alrededor. Unas lágrimas aparecen en sus lagrimales, convirtiéndolos en vidriosos. Respira con dificultad va sentada, en un vagón  del metro. Nadie aprecia su fatiga, todo el mundo tiene algo que hacer, como para observar quien esta a tu lado.
Marina acompasa los movimientos de su cuerpo para dar un respiro a la tensión interior. Sus piernas arqueadas quieren conseguir la verticalidad, para ello, se ayuda de la barra lateral y con paso lento alcanza la puerta de salida.
Un moño recoge su blanco pelo y la curva de su columna le impide volver a ser aquella mujer esbelta, de otro tiempo.
De su rebeca saca un pañuelo, con intención de secar las lágrimas, pero esta tan húmedo que no hace nada más que restregar, lo que tiene consecuencia con la pintura negra de sus ojos.
No escucha pero conoce el camino, solamente, por las veces recorrido.
Entra en una cafetería para tomar una tila e ir al baño para recomponer su cara. La lava y seca para quitar las manchas. Los surcos marcan las huellas de la edad. Echa la infusión en una taza y espera para poder tomarla. Pasados quince minutos sale a la calle reconfortada y un poco más tranquila, pero al salir olvida donde iba. Trata de recordar pero ignora la respuesta.
Marina piensa volver a casa, ¿pero, como? No sabe que hacer, está en medio de la acera e ignora el camino de regreso. Unos policías municipales pasan hacía la cafetería, Al ver el temblor de la mujer la preguntan si le sucede algo. La respuesta es rápida, “estoy perdida”. Abren su bolso y encuentran  la documentación personal.

viernes, 19 de mayo de 2017

LA VIA UNICA







Es difícil entender las posturas individuales, en un mundo de globalización, donde todos actuamos de una manera predecible, a pesar, de los casos aislados, auténticos actos noticiables. De estos que solo buscan comparar para entender la dirección del colectivo.
Cada persona busca diferenciarse de los demás, como una característica personal, hasta se tatúan en su piel, formas o figuras, en teoría diferentes.
Al final solo son matices, que confluyen en la avenida única.
Siempre hay calles o sendas paralelas, a la misma, pero el sentido es el mismo.
Una vez perdida la identidad personal, el trabajo consiste en desarrollarla para encontrarse bien con uno mismo y encontrar nuestra propia vida.
La tarea se muestra complicada, pues salir de la manada te lleva a trastornos de soledad y de falta de “seguridad”, la palabra que salta las alarmas y produce un no alejamiento de la gran calle.
Descubrir los matices, olores, sabores de lo que rodea a la misma es el plan dirigido a solventar tu día a día. Donde lo extraordinario es sentir, de otra manera, a la convenida. No es que nadie se convierta en el líder salvador, es una necesidad de guía para no saberse perdido, donde el sentido esta en cualquier lado, no es necesario recurrir a otros paraísos.
Descubrir el brote de una planta, el nuevo movimiento de un niño, el despertar del día. Son aventuras y estímulos suficientes para entender esas formas personales. Todo esto da el matiz suficiente de encontrarse mejor, a pesar, de sentirte uno más entre la multitud.
Donde el mundo unificado tratara de ser uno, pero sabiendo como la opción de las personas que lo componen, hemos elegido este camino entre todos nosotros y, sin embargo, nos molesta tener a otros a nuestro lado, las paradojas de nuestro camino, también existen.

jueves, 18 de mayo de 2017

LA ESPERA DE LA INSTALACIÓN





Margarita sale de su casa camino del trabajo. Cuando apenas ha recorrido quinientos metros, recibe una llamada para decirla que a partir de las doce tiene que estar en casa pues le van a instalar un aparato eléctrico.
No tiene a nadie que pueda estar a esas horas y responde: “es imposible”. Como contestación recibe un “bueno, pues ya la avisaremos”.
Margarita necesita el servicio contratado “¿pero cuando será?
No se lo podemos decir, tenemos muchas instalaciones. La voz estereotipada es la respuesta recibida. De nada valen los argumentos que aduce. Para solicitar el servicio ya pagado.
Al encontrarse entre la espada y la pared, acepta. Ya arreglara como lo hace en el trabajo.
Ya la mañana comienza mal, para poder hacer un cambio a última hora, le ha supuesto un disgusto por las presiones recibidas.
Pero a las doce consigue estar en casa. El tiempo comienza a pasar despacio, no logra concentrarse hacer alguna tarea pendiente y solo consigue encender la televisión y ver nada, oír menos.
Cuando llega la una su nerviosismo crece. Por lo que decide llamar a la empresa instaladora. Le contestan que su servicio esta en curso, llegara en unos minutos, pide calma.
Margarita empieza a dar vueltas a la cabeza si lo que esta haciendo es correcto. Las miradas al reloj de la cocina se multiplican, pero el timbre de la puerta sigue sin sonar.
A las dos menos cinco vuelve a llamar para reclamar. La respuesta es la misma.
A las dos y cuarto, por fin, suena el timbre, recibe al operario como agua de mayo, tras disculparse por la tardanza en el cliente anterior. Extrae de una caja de cartón el aparatito lo conecta a un enchufe y comprueba que todo esta bien. Margarita pone cara de tonta y despide al empleado.

jueves, 11 de mayo de 2017

EL ATARDECER DE JUAN






Como siempre los atardeceres son cambios de colores, las sombras se hacen más largas y se adivina el devenir.
Es el momento en que las personas mayores comienzan a tener prisa, para tornar a su hogar, sitio dotado de seguridad. Siempre las sombras y oscuridades producen una cierta inestabilidad.
Los coches comienzan a encender sus luces, mientras tímidamente se iluminan las farolas de luces naranjas.
La luna se la puede observar con su fase adecuada. Juan tiene setenta y cinco años, al ver el cambio, consulta su reloj e inicia su vuelta a casa, cuando va llegando se encuentra con un vecino que le urge a tener una reunión de vecinos, por las averías detectadas en la escalera. Poco a poco se van uniendo otros vecinos, comienzan a discrepar en la opción mejor. Pero el atardecer se ha convertido en noche. Juan muestra su nerviosismo, por  no poder iniciar su rutina diaria.
Encuentra la disculpa de una llamada telefónica, mientras el resto muestra su desagrado. No tiene ganas de discutir y menos por cosas no conocidas. Se siente cansado y va elaborando su cena poco a poco.
Cuando esta cenando llaman al timbre de la puerta, pero no quiere abrir, ni siquiera saber quien ha sido.
Quién quiera hablar con él, lo puede hacer al día siguiente. Y así ocurre a las diez de la mañana, la reunión será para pasado mañana.
Juan recibe el recado pero no despierta su interés. Sabe que no es participativo pero el cansancio hace tornarse en forma de bola. Sabe que no ira y menos a las ocho y media, para aguantar comentarios de unos y otros, sin sentido al tema a tratar.
Juan fue muy influyente y creo muchas mejoras, pero ese ardor se apago como en los atardeceres. Pasando a otro estado.

miércoles, 10 de mayo de 2017

EL VIAJE





Juan y Antonia salen de casa para hacer un viaje. Han preparado minuciosamente el equipaje, aunque siempre se pone algo de más. Van a viajar en autobús, y seis horas les esperan de camino, con dos paradas intermedias para tomar algo o ir al servicio.
Han discutido a la hora de desayunar porque Juan apremia a su mujer para darse prisa. Antonia, siempre cree tenerlo controlado por ello elige sus ritmos.
El incidente hace que el viaje empiece mal, de pésimo humor y caras distanciadas. Miembros alejados y silencio.
Una avería en el metro hace retrasar su llegado prevista. Juan consulta una y otra vez el reloj y menea la cabeza como intentando llevar la razón, en el periodo anterior. Pero Antonia no entra en el juego.
Afortunadamente llegan dos minutos antes de la partida, meten las bolsas en la bodega y entregan los billetes al conductor. Van en la parte de atrás, donde cuatro chicos jóvenes hablan alto e indican la tónica que llevaran en el trayecto. Este suceso hace que se acerquen en su posición de rechazo, pero tampoco consigue sacarles de su mutismo.
Ante el vaivén del trayecto, Antonia apoya su cara en el hombro de Juan, entorna sus ojos e inicia un sueño, acompasado de respiraciones rítmicas y un tanto elevadas.
Juan observa por la ventanilla descubriendo la pantalla de televisión que no tiene, pero se lo imagina.
Los diferentes paisajes se suceden lo que no lleva a la monotonía. La música es la conversación de los jóvenes que rememoran cosas pasadas, como si fueran adultos maduros, evocando situaciones graciosas que por fin trazan una sonrisa en los labios de Juan. Que se ve envuelto en las historias narradas. Al llegar la primera parada despierta a su mujer. Y bajan un tanto entumecidos, pero diferentes caras.

martes, 9 de mayo de 2017

PASEO POR EL BOSQUE






Es curiosa la conexión entre los árboles y los hombres. Ellos son parte de su vida. Su madera proporciona parte de sus muebles, suelos y combustible para cocinar. El tiempo se vive de manera diferente tanto en unos como en otros. Mientras en el caso vegetal puede ser lento en otros es rápido, tratando su producto para diferentes materiales, desde las hojas de papel de escritura, sustituidos por los ordenadores, hasta el mueble mas rígido y atractivo.
Hoy Juan pasea por un bosque, un lugar donde la naturaleza parece esconder otras vidas, otros mundos. Donde los troncos delimitan el territorio como si de una muralla se tratase, pero con las suficientes aberturas para que animales, personas y luces lo puedan atravesar. Donde el lenguaje es el de sus habitantes o el sonido de las hojas, movidas por el aire, que crean unas conversaciones difíciles de comprender al principio pero que pueden llegar a ser descifradas, hasta que el viento cesa.
Es fácil buscar el apoyo junto a un tronco para comenzar a sentir ese otro mundo, tan lejano al vivido en pueblos y ciudades. Notar como la humedad de la noche se queda como un habitante más, producido por la umbría.
Como Juan, comienza a oír su corazón tras el esfuerzo realizado, en su camino hacía el interior.
Las sombras pierden su grandiosidad pues se convierten en parte del paisaje circundante. Como las rocas son salvadas para producir giros en las estructuras, como los caminos se hacen senderos por el acomodo de otras estructuras vegetales reductores del tamaño de los mismos.
Como hasta la temperatura interior también cambia por la oquedad. El sol se encuentra ante un paraguas, donde siempre es bienvenido. Y forma parte de la estructura del conjunto arbóreo.
Juan sabe que puede caminar y volver, tal cual.

viernes, 5 de mayo de 2017

LIBERACIÓN DEL PASADO






-Algún día enterraste tus recuerdos, sin darte cuenta de la forma en que lo hiciste. Creíste haberlo hecho en el lugar conveniente y con la suficiente tierra para hacerlos desaparecer. Pero el viento y el agua les descubrieron y ahora, te persiguen como la basura no recogida. Así le plantea Juan a Inés su situación actual.
-Yo creí que era suficiente.
-Ahora te das cuenta que no lo hiciste adecuadamente.
-Entonces es necesario echar un camión de hormigón para lograrlo. Contesta Inés.
-Más que los materiales son las formas. Los recuerdos torturantes pueden modificar nuestra manera de pensar y de comportarnos. En un entierro, tarde o temprano se descubrirá lo tapado, por ello digo lo de realizarlo correctamente. Te voy a proponer una cosa, escribe en una hoja todo lo que te paso, con las emociones que sentiste entonces, plásmalo en letras. Una vez escrito, reléelo por si tienes que poner alguna emoción más. Luego, toma una fuente y quemas la página. Según vas viendo como arde notas una liberación, tus pulmones se vacían, para tomar aire nuevo. Tienes que sentir como el humo se lleva la emoción, solamente entonces notaras que ya no podrá ser reconstruido, porque se ha convertido en etéreo. Vences.
A veces tenemos que hacer cosas físicas para, auto demostrarnos, el poder realizar cosas nunca pensadas. Tal vez, sea como un bastón, que necesitamos en un periodo o circunstancias de la vida pero no que forme parte de nuestra integridad.
-Lo planteas muy fácil, Juan.
-No te creas lo que te digo, experiméntalo, si el resultado es bueno lo habrás logrado tú. Ello te dotara de una seguridad que creías no tener y sin embargo siempre has tenido. Inés quien complicamos las cosas, somos nosotros mismos, los autores y constructores en nuestra vida somos cada uno.

jueves, 4 de mayo de 2017

LAS PIEZAS DEL PUZZLE






Juan se encuentra como si tuviera un puzzle delante de él y no supiera componer las piezas, pero tiene que solucionarlo antes de acabar el día.
De momento empiezan a correr por su cabeza sudores, comenzando a empapar su ropa.
Esto no puede ser, piensa, se levanta y trata de descansar unos minutos, pero no obtiene el resultado esperado. Comienza a cambiar de postura en el sillón, pero parece como si, cualquier posición, es mala para su manera de estar, su pensamiento esta en acción y por tanto no hay momento para el descanso, vuelve a su mesa de trabajo y observa las piezas de igual disposición, sin encontrar la solución.
Juan se levanta, una vez más, bloqueado, el tiempo pasa y sigue sin encontrar como resolver el problema. Pero de su interior sale la respuesta tiene que parar y abordar la situación, para tomarla desde otra perspectiva.
Reinicia la composición y comprueba varias formas de abordaje. El sudor se corta y recupera su temperatura, los ritmos cardiacos se ralentizan, abandonando la señal de alarma.
Juan se siente culpable por haberse comportado así. Pero por otro lado es consciente de que él ha sido el artífice de la solución, sin necesitar la ayuda de terceros. Siente un orgullo similar a recibir un premio cuando se consigue ganar una competición.
Simplemente es abandonar lo que se estaba haciendo, sin lugar de resolución, para emprender la visión de otra manera. Sin juzgar si es mejor o peor, pero si diferente, con resultado por ello se otro signo.
Juan termina y se dirige a su cama en busca del descanso necesario para retomar sus constantes, tras un gran esfuerzo, como él ha sentido.
Cierra sus ojos satisfechos con la afirmación positiva de su logro, con un resultado rápido, en la primera vuelta descansa.

miércoles, 3 de mayo de 2017

SABEMOS MÁS DE LO QUE NO QUEREMOS SER..






-Sabemos más sobre lo que no queremos que por lo que queremos. Juan comenta esta realidad con su amigo Antonio.
-Es curioso el desconocimiento que tenemos sobre nosotros mismos. Y sin embargo, pensamos sobre los demás, obtenemos un posicionamiento personal.
-Quizás, comenta Antonio, si sabemos lo no querido, centramos nuestro espacio personal.
-Ya, pero resulta como un juego de adivinanzas donde es difícil encontrar tu sitio. Todo esto genera muchas dudas y comportamientos anormales. Por eso nos atrevemos, a juzgar a los demás, intentando esconder lo que nosotros somos, y por supuesto, no queremos ver. Pues esto nos desestabilizaría, dice Juan.
-Puede que lleves razón, ese es el mecanismo por el cual, actuamos de un modo irracional, compitiendo con otras personas, en un afán de conocerse a si mismo. Contesta Antonio.
-Cuando el hombre medita, hace una reflexión hacía si mismo, por eso la falta de tiempo justifica el evitar hacerlo, realmente somos unos verdaderos desconocidos y curiosamente para los seres que están más cerca, es decir nosotros mismos. El gran enigma de la introyección.  El parar nuestra vida para reflexionar por el como somos y nuestro objetivo. Juan gesticula.
-De nada vale unirte a la naturaleza si tu te comportas como un ser aislado, sin saber, a penas, muy poco de uno mismo. Si alguien nos pregunta si nos conocemos, responderemos con un “estás tonto, llevo tantos años, conmigo mismo” y la apariencia es una cosa y la realidad otra muy diferente.  Cuando hablamos con otros, es cuando descubrimos facetas  de posicionamiento, por supuesto cambiables por otras, no somos algo esculpido sin retorno. Precisamente la vida nos dota de esa capacidad de enterrar papeles con los que no estamos de acuerdo en nuestra representación teatral. Tenemos que saber aprovechar esa enseñanza para convertirnos en mejores personas, así de fácil.

lunes, 1 de mayo de 2017

ANTONIO Y AYUCA






En el autobús van Ayuca y Antonio. Ella parece que lleva la dirección de la pareja e incluso alza la voz en alguna ocasión.
Ayuca llego allende los mares y quiere hacerse un hueco en estas tierras extrañas. Sabe la posibilidad de encontrar un hombre solo y que le solucione su vida. Trabaja cuidando ancianos interna. A penas consigue un salario digno que envía a su familia. El paso de los años también la va marcando, ya no es la joven desenvuelta que llego buscando su oportunidad en la vida. En el círculo de sus amigas han optado por la vía fácil. Tener una relación con un soltero mayor y casarse, pera obtener una renta económica y una posible pensión, en caso de fallecimiento.
Antonio está solo, no tiene ni amigos ni familia, por ello la llegada de Ayuca a su vida supone una lotería. Pero ha forjado un carácter huraño, donde nadie le tiene que dar lecciones de vida.
Ayuca le dice lo que tiene hacer, los domingos, salir con los amigos, hasta la hora de la comida. Antonio responde hasta cuatro veces que él no tiene amigos, para luego remachar con un, ni familia. Manifiesta abiertamente su posición en su día a día.
Los ojos llorosos intentan buscar una comprensión en ese ángel venido más allá de los mares.
Ayuca no esta hoy sentimental y le dice lo que tiene por hacer.
Antonio pasa un brazo por detrás de su cuello pero no llega a ser un abrazo sino la posición de un apoyo, consciente de lo que no tiene.
Ayuca es consciente de su perdida de lozanía, pero siente el descuido de su acompañante, conoce como hay que marcar las partes de dominancia para hacerse imprescindible y reina de un piso y los pocos ahorros que cuente.