Siempre que baja a la ciudad, lo
hace por un ascensor que comunica el barrio alto con el bajo.
Sino es un revoltijo de calles
sinuosas en pendiente, que incluso a los coches les resulta difícil, sortear,
si un vehiculo está mal estacionado.
El ayuntamiento tubo la gran idea
de comunicar los dos áreas, muy celebrada por todos los vecinos, al fin podían
pasear por el centro del municipio, incluso realizar sus compras sin medios
mecanizados. Pues el autobús pasa cada hora, siempre que los atascos permiten cumplir
con los horarios.
Muchos vieron un atraso haber
comprado un piso en las alturas, bella vista, pero inconvenientes de tiempo,
son los que pesan más en el platillo de desventajas.
Los ascensores, presentan una
vista magnifica, que es aprovechada por turistas que visitan la ciudad. Al ser
de cristal y uso gratuito, sienten ser pájaros en poco tiempo. La parte de
arriba se empezó a llenar de cafeterías con vistas panorámicas.
El solo hecho de disponer un
transporte rápido y panorámico fue suficiente para cambiar una ciudad, hostil
hacía si misma. Los vecinos de arriba sentían que no tenían los mismos
servicios que los de abajo y por ello surgieron protestas que llegaron al
proyecto de la instalación de los elevadores.
Los pisos de la zona alta se
revalorizaron y se estudio poner otros en la otra punta, para tener las dos
partes comunicadas.
La inversión no era desmesurada y
los beneficios de los habitantes son considerables, surge un desarrollo de la
zona y se descongestionan los servicios en la zona de abajo. Pudiendo hacer
nuevas instalaciones en una zona, un tanto elitista, perdiendo su tranquilidad
por un nuevo desarrollo.
Quien pensaría el cambio
producido. Sobre todo la gente mayor, en la expansión de su pueblo, crecido y
evolucionado. Sobre todo unido.
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