lunes, 31 de octubre de 2016

EL PAPEL DE CONVERTIRTE EN JUEZ




Juan sabe que, a veces, se hecha la culpa a un suceso, fortuito o no. Pero si desencadenante, comparable al dicho: la gota que colma el vaso.
Evidentemente el último acto es el que posibilita una reacción, larvada en nuestra cabeza.
Juan intenta convencer a su amigo Miguel que esto ocurre con demasiada frecuencia, pero porque perdemos la perspectiva de todo ese proceso que genera una respuesta, normalmente desproporcionada, por la acumulación de situaciones pasadas.
Por eso, defiende Juan es tan complicado el juzgar a los otros y nuestro error al hacerlo. Miguel afirma con la cabeza, aunque alega que es difícil convertirse en asépticos.
Quizás la mejor postura es librarnos del posicionamiento que normalmente ocurre, para estar de acuerdo junto a una de las partes, litigantes. Esa posición de poner calificativos: bueno, malo. Es innecesaria no tenemos que entrar en el juego que casi todo el mundo hace. Replica Juan. No tenemos que posicionarnos, porque si lo hacemos estamos en la gran posibilidad de estar equivocados. Esto genera una gran inseguridad y por tanto aparece el fantasma del miedo, por supuesto a equivocarse. Que será si o si.
Miguel manifiesta que eso es una posición de ruptura con la sociedad, pues todo el mundo lo hace. Nos encontraríamos marginados.

Pero sin embargo seremos coherentes con nosotros mismos y no hay nada mejor que sentirse como tales, en la vida de cada uno. Por ello hay más cosas en la vida que ejercitarte de juez. Eso no nos hace que vivamos en otro mundo, sino que lo vivimos de otra manera, por lo menos más acorde con nuestros pensamientos. Sin olvidar que lo que pensamos, hablamos y decimos se vuelve hacía nosotros. Por ello debemos elegir que nos vuelva lo mejor de todos los espacios de nuestra vida. Contesta Juan. 

jueves, 27 de octubre de 2016

EL CLUB DE LECTURA




Irene es una mujer que ha alcanzado la jubilación. Pero no quiere interrumpir su labor cultural por ello va a un centro cultural y se ofrece para impartir un club de lectura.
El objetivo es que un grupo lea el mismo libro y luego, a los quince días compartir la interpretación de cada uno. Para así sacar más jugo a la lectura y que no se quede, el libro, en la estantería sin decir nada.
El objetivo es crear anotaciones y sacar frases que produzcan algo en el lector.
Irene lo expuso con tal entusiasmo que le cedieron dos horas semanales, siempre de tarde.
Empezó con cuatro personas pero su dinamismo aumento hasta quintuplicar la cifra en solo un mes. El curso es gratuito, pero Irene se siente recompensada en su pasión. Tratando de ayudar a destripar un libro con todo lo que nos quiere decir y, a veces, se queda en lo superficial.
No solo se trabaja  con novelas, sino que también ensayos, ayudan a meditar sobre un tema, o varios, como se van describiendo.
La tarde de los miércoles se convierte  en una cita sagrada, todos los apuntados tratan de que nada interrumpa sus otras actividades. Mediante Internet se crea un grupo de discusión y contacto, con lo cual el abanico aumenta, siempre moderado por Irene.
De quince días se pasa a tener que dedicar dos horas diarias para mantener la clase abierta y contestar algunas preguntas.
La referencia traspasa las fronteras y desde destinos, que ni se sabe como, están en su club de lectura.

Irene ya está preparando el segundo proyecto, un club de escritura, donde marcar los objetivos y las normas requeridas. Pero teme que ya sean cuatro horas y por ello solicita la cooperación de otra u otras personas, que ayuden en su proyecto.

miércoles, 26 de octubre de 2016

LA MAQUINA DE MONEDAS




Empezó con una maquina en un bar, a echar monedas con tan buena fortuna que multiplico por cien su inversión. Ahí comenzó su declive, al obtener un dinero fácil, es sencillo sentirse en una persona con suerte. De allí fue a una casa de apuestas, con un resultado desalentador, perdió todo lo que había ganado el día anterior. La solución seguir para adelante por tanto tiene que recuperar el dinero invertido, la emoción por ganar se pierde y se convierte en una obligación donde tiene que seguir. De momento es como si todo el mundo desapareciese y solo existe recuperar el dinero gastado. La razón de la lógica desaparece. Los golpes de suerte desaparecen con la misma velocidad que aparecieron, el dinero es efímero casi inmaterial, intentando comprar algo que se llama felicidad y sin embargo no se puede poner precio a una sensación. Pensando que teniendo más cosas coges un pedazo de esa sensación y sin embargo te encuentras lleno de muebles, en la calle y no puedes guardarlos.
Se empieza a perder valor a las cosas, todo te da igual y comienzas un viaje a ninguna parte, con lo que conlleva a tu personalidad, esa pérdida de valor, no de materia, te hace ser pluma, que es zarandeada por capricho del aire reinante, para terminar junto a una alcantarilla y hasta, si llueve, terminar dentro de ella. Juan se siente de esta manera, comenzando el descenso hacía el interior de la cloaca que todo lo envuelve y normaliza.

Realmente fueron esas monedas las causantes de su situación actual, o hay aspectos que le han llevado a esa sensación de hundimiento. Las casualidades no existen, por ello, Juan, tiene que releer su propia vida para encontrar cual es el motivo conductor a su presente. Para superar la caída iniciada.

viernes, 21 de octubre de 2016

EL SUPERMERCADO




Es curioso observar, a las personas que entran en un supermercado. Seguramente saben que van a comprar pero, por el camino, van cogiendo otras que se manifiestan como necesarias. En las cabeceras de las estanterías están colocados productos que por su novedad, oferta o diseño hacen que cuanto menos, la vista se dirija hacía ellos.
Juegan con la duda y ante ella mejor tomarla por si se acaba. Perder una oportunidad, significa haber desaprovechado la suerte.
Algunos eligieron traer el coche para portar la compra, otros se ven desbordados por ella, pues bolsas de plástico se reparten entre ambas manos y encima tener que responder a una llamada de móvil.
Curioso el deambular por los diferentes pasillos, empujando un carrito metálico o un bolsa de plástico rígido. Como ayudante pera acarrear productos.
Se compara a la libertad, donde poder elegir entre un montón de cosas. Casi todo se encuentra a tu disposición, puedes optar desde la comida a todo aquello que se ofrece y parece necesario. Como si la libertad se dirigiera al hecho de poseer cosas, se cambia el concepto por las cadenas de la posesión y la necesidad de tener cosas que no se encuentran en tus necesidades habituales. Todo ello genera una dependencia ajena al concepto de la tan ansiada sensación que es poder elegir entre el laberinto y lo otro. El primero te llega a un sitio claro, entre el ahogo y la angustia. También es la opción más elegida, mientras la segunda se allá en el mundo de lo etéreo. Por ello más extravagante, con todo lo que supone en una sociedad, perfectamente estructurada y con unos objetivos generales bastante marcados en la mayoría de componentes.

La oferta parece decide lo que necesitamos y por tanto necesitamos estar más atados para lograr conseguir la misma. 

jueves, 20 de octubre de 2016

LA NUEVA FILOSOFÍA




A los viejos nadie los quiere cuidar, de ser útiles se convierten en trastos que solo saben molestar, incluso no se adaptan a los nuevos tiempos y piensan que su experiencia puede ayudar a resolver cosas, sin darse cuenta que todo ha cambiado tanto, como ser un mundo totalmente diferente. Sin ahondar que todo sigue siendo igual, salvo los decorados. La naturaleza es la misma, salvo los desmanes producidos por el hombre. Y el pensamiento del hombre sigue siendo el mismo. Solo ha cambiado la velocidad para todo, los ancianos no pueden moverse tan deprisa, por tanto, quedan atrás. Pasan a ser una carga, mejor juntar en un edificio y justificar nuestras mentes para que no sufran y tengan sentimientos de culpa. Una vez en el garaje toca esperar su muerte, es ley de vida, y hasta conseguir lo poco que tenían.
Curioso el comportamiento con los bebes, se convierten en lo mismo pero con la diferencia que unos son parte del pasado y los otros el futuro. Unos son como el antiguo coche y otros la nueva creación del futuro por tanto se juega a la esperanza, lo otro se pasa a la sección trastos viejos. Algún país acepta la eutanasia en casos de personas mayores no solo enfermos terminales, con lo cual facilitan que nos convenzamos, llegados la edad, que somos un estorbo y que ya no podemos adaptarnos a los nuevos tiempos por lo tanto sobramos, no hay nada como generar una necesidad. Son los principios del consumo, necesitar algo que no tenemos y genera una calidad de vida mejor. Las personas mayores asumen el papel presentado y solo tienen que tomar el camino del matadero. Donde nos libran de una carga a nivel social, de atenciones y gastos que se genera.

Difícil entender la nueva filosofía.

miércoles, 19 de octubre de 2016

LOS CAMINANTES SEXAGENARIOS




La zona del bosque, donde se encuentran es la menos recorrida, está en una montaña de piedras donde nada crece salvo los reflejos cuando ha llovido. Buscando un sitio para comer buscan la luz del sol que no este filtrada por las hojas, aun no han caído a pesar, que el otoño llego en el calendario hace un mes.
Juan y Mateo sexagenarios, quieren desentumecer sus piernas con varios recorridos durante una semana. Eligen un hostal donde dormir, cada día en uno diferente, para conseguir hacer más kilómetros a lo largo.
Mateo eligió la zona que ha sugerido a su amigo Juan, que no dudo en aceptar.
Ambos se encuentran con la voluntad de hacer pero físicamente el cuerpo les pasa factura y ya no tienen tanto fuelle en las subidas, cosa que solventan con humor, los bastones comienzan a ser algo más que una ayuda, para convertirse en un elemento más de la anatomía.
Como lagartos buscan la energía suministrada a esta hora del día y que mejor que reponer fuerzas.

Hablan de pasado, cuando hacían tantas cosas, pero ahora el corazón late más deprisa ante cualquier esfuerzo y pide calma. Nada más comer comienza el sopor y con la caída de ojos llega una siesta de dos horas, apoyados en las piedras, como se levantaran será otro problema. Pero el graznido de un cuervo les devuelve al aquí y ahora. Sobresaltados quieren volver a caminar para evitar llegar sin luz. Pero las articulaciones se han relajado y duele todo el cuerpo. Apoyándose y dando se las manos consiguen obtener la verticalidad. Comienzan a ponerse nerviosos por la hora, pero tienen tiempo de hacer varias paradas y rememorar tiempos pasados. Por otro lado saben que una mullida cama, les estará esperando al terminar el día, tras una copiosa cena.

martes, 18 de octubre de 2016

EL LARGO ERROR




El largo error, comenzó hace cuatro años, durante este tiempo nadie se dio cuenta del mismo. Con lo cual se convirtió en algo normal del sistema. Solo Juan siente un profundo pesar de su acto. Podría haber subsanado sin ningún problema, pero Juan pensaba que seria cuestionado.
Parece como si el tiempo todo lo sepultara. Pero en la cabeza de Juan viene una y otra vez, pues siente que una vez descubierto la empresa se desmoronara como un castillo de naipes, pues todo lo posterior tiene una base de palillos y tarde o temprano se desmoronara, por no tener fuerza para el peso puesto encima.
Juan recibe una oferta de trabajo para otro sitio, cosa que no duda, pues se libera de un sentimiento de culpa que arrastra durante mil tres cientos días.
Toma posesión de su nuevo empleo, pero el sentimiento de culpa sigue llegando una y otra vez a su cabeza, por los compañeros que ha dejado, una vez descubierto el mismo la empresa perderá credibilidad y su futuro será muy corto.
Juan se acuerda que un día coloco una piedra en los raíles de la vía del tren. Estuvo con la idea de un descarrilamiento desde que abandono la curva donde se perdía la imagen, pero no era capaz de volver y quitarla. La misma situación estaba viviendo con su error, no subsanado. Igual que de niño salió y no reparo. De adulto vive el mismo sentimiento, aunque tenga más recursos.

Corta la relación con sus compañeros, para intentar poner distancia, pues una vez localizado, se sabrá quien lo origino. No soporta ese sentimiento de culpabilidad, pues le hace vivir una angustia, comparable a, un bulto alojado  en el pecho, impidiéndote  respirar normalmente, creando una situación de desasosiego, mantenida en el tiempo, durante todo estos días pasados.

lunes, 17 de octubre de 2016

EL BOSQUE DE JUAN




Juan penetra en el bosque que ha seleccionado. Tiene un fin de semana por delante y ha elegido ir a este privilegio. Cada vez existen menos, por las especulaciones urbanísticas, incendios sospechosos y demás factores que ahogan estos espacios naturales. Tiene una entrada controlada para que el aforo no sea superior a lo que puede soportar y una caseta donde informan de recorridos y avisos de comportamiento.
Juan ha llegado con su bicicleta que deja en el aparcamiento. Un autobús ha facilitado la llegada a diez kilómetros del mismo, fue a un hostal a dejar sus pertenencias y recorrió el trayecto en su vehiculo. La mañana es fresca y hace que el silencio se convierta en vapor de agua. Mira el mapa y elige el camino de la izquierda que lleva donde existe una pequeña catarata del rio que atraviesa el paraje. A penas dos coches indica las pocas personas que vienen en esta época a diario.
Los pájaros indican la otra vida que allí ahí. El sonido de las hojas, agitadas por el viento, marca la música. La respiración es agitada. Juan está subiendo una pendiente despoblada por la zona delimitadora. Las piedras se muestran imponentes y entre ellas encuentra el sitio de parar y sentir. Cerrar los ojos y sentir su estado en ese espacio, su espalda esta junto al único árbol que allí creció.
Conecta con la tenue luz del sol, que a ratos aparece entre las nubes. Pero como si el tiempo se removiera comienza a caer una fuerte tormenta. Entre las piedras encuentra acomodo y protección. De nuevo cierra los ojos y siente los sonidos y el olor de la tierra mojada. El cielo esta encapotado y parece que el día seguirá así.

Pensar en que ha tenido mala suerte, será ahogarse el día, disfruta.

viernes, 14 de octubre de 2016

LA ENCUESTA DE JUAN




Juan tiene que  hacer una encuesta a la salida de unos grandes almacenes. La pregunta es clara: “se encuentra mas contenta-o después de la compra realizada”.
Las respuestas son de lo más variado, desde quien afirma que era un cambio, hasta que es un regalo. Nadie justificaba si el motivo de la compra le hacía sentirse mejor. Por supuesto la mayoría tenía prisa y no podían contestar. Gente que parece ir sorteando obstáculos con el teléfono móvil en  la mano, como manifestando lo ocupados que están. Pero la encuesta se puede reducir, a lo que no se dice, pero que su tono corporal indica. Las palabras se las lleva el viento y por tanto que mas da, lo que se exprese.
Juan comprende que elaborar encuestas no dice como piensas las personas, sino una idea, estereotipada, del pensamiento general.
Es más fácil, ver las expresiones de la cara, para ver que el objetivo de satisfacer un deseo material, no aporta más felicidad. Sino una parte más del consumo generalizado.
Juan llega a la oficina para ofrecer  datos y su apreciación  personal. Que por supuesto es rebatida, con que se refiere a una apreciación particular. La empresa necesita datos para ofrecer números y tantos por ciento que es lo que se puede ofrecer a la sociedad, que reclama saber donde esta la normalidad. Curiosa manera de sentirse grupo y enfrentados a los que no piensan así.
Juan se plantea que su trabajo no vale para nada, entonces tiene que buscar uno en el que él, se encuentre a gusto.

Ser un facilitador de números no le hace sentir bien y menos es que se contesta cualquier cosa, para enfrentarse a una realidad que da miedo reconocer equivocada, ese planteamiento cuestionaría el sistema social y eso es filosofía, lejos del mundo.

jueves, 13 de octubre de 2016

EL BASTÓN DETRÁS DE LA PUERTA




Juan toma el teléfono y comienza a marcar. Le han avisado han avisado de un pago imprevisto, tiene que hacer frente al día de hoy. De momento le surge un momento de bloqueo, pero, una vez recibido tiene que solucionarlo.
Como hoy no puede hacer frente con sus ahorros, tiene que solicitar ayuda entre sus amigos. La respuesta de cada uno de ellos no le llega para solucionar el asunto. Entonces recurre al último recurso, su familia.
Aquí escucha recriminaciones pero le ofrecen el dinero para afrontarlo. Juan se siente mal, por haber tomado está decisión pero es el volante para solucionar el imprevisto, pero solo ha tenido que dar más explicaciones. Por ello, le hace sentir mal. Pero solucionado toca dar las gracias a todos, hayan o no aportado sus ahorros. En tres meses podrá devolver el importe solicitado.
Sabe que no tiene que juzgar a quien no se lo ha podido aportar, y comprende la obligación familiar, pero al final, han sido quien ha aportado, la ayuda requerida.
También la seguridad que le han aportado a pesar de no tener un contacto demasiado cercano.

Recibe la llamada de un amigo para decirle que se había enterado que necesitaba dinero y él se lo ofrece. Juan le da las gracias y se siente agradecido por tener la gente conocida y la familia, que sin estar encima de él, puede contar con su ayuda económica o moral. Que todo el mundo quiere tener. Como el bastón que se encuentra detrás de la puerta de tu habitación, nunca le usas pero sabes que le tienes y un día con un mal paso recurres a él. La seguridad que te da el saber que allí se encuentra, aunque sea un trasto que no usas. Pero solo saber que está te da  tranquilidad.

martes, 11 de octubre de 2016

CON LA PALABRA LEJOS




Cuando decimos la palabra lejos, un montón de situaciones se agolpan en nuestra cabeza para distinguir la distancia entre una y otra persona. A una persona imposibilitada, diez metros ya le parece que esta en ese termino, para otro puede ser un par de kilómetros, sin embargo hay personas que lo viven como se fuera cientos de kilómetros. Está claro que todo es relativo y en un colectivo similar existen disparidad de criterios. Como no va ocurrir entre tantas y tan diferentes personas que nos asentamos en el globo terráqueo, con la cantidad de climas, geografías y formas de vida tan distintas. Y que encima luchamos para sentirnos con una identidad diferente, por supuesto mejor que la del vecino de al lado. En la diferenciación es lo que nos da identidad, pero se necesita al colectivo para sentirse más fuerte y por tanto vencedores. Parece que en tantas sociedades diferentes se augura la cultura del triunfo, para tener un sentimiento de seguridad y fuerza, necesario para el desenvolvimiento en el mundo.
Empezamos con una palabra y encontramos las diferentes opiniones de los habitantes. Queremos someter al planeta, a los animales, a los paisajes para desvincularnos de lo que hemos heredado con derecho a disfrute no de destrucción, como ocurre normalmente. Desde llenar las zonas de los cultivos con sal, en las tierras de los vencidos, hasta ganar terreno al mar para sentir una tierra que no existía.
Cada vez nos sentimos más lejos de las otras personas, y constuimos barreras para sentirnos seguros. Pero ese sentimiento de lejanía, conlleva un nuevo sentimiento, el de soledad. Una sensación de soledad, donde solo percibes que cada uno va a lo suyo, sin importarles como se quedan los demás, los otros, como llevan su vida, como piensan.

Con la palabra al final “lejos”.

viernes, 7 de octubre de 2016

LOS PATRONES FAMILIARES




Silvia se siente muy cansada, hay circunstancias en la vida que le llevan a un agotamiento físico y mental, que la dejan muy mermada.
Supero una separación con su marido, alcohólico, que emprendieron una vida juntos con pocos años.
Como los miembros femeninos de su familia padecen de tiroides, con la relación de no haber expresado lo que sentía y esas palabras se enquistaban en su cuello, con el consiguiente desarreglo hormonal.
Cuando parece que va encarrilando su vida, su hija decide, con veintitrés años, hacer su propia vida. Se le desata la tormenta en su cabeza, como su hija con problemas de ansiedad, va a conducir su propia vida. Su pensamiento es que no esta preparada. Ella también paso por crisis de ansiedad, pero felizmente las supero.
Tiene comportamientos de pasar por encima de las normas de circulación, lo cual le acarrea un buen numero de sanciones, que van mermando la nomina que recibe por su trabajo.
Lo realmente curioso en Silvia es que va haciendo patrones familiares y ahora los ve reflejado en su hija, por eso viene el comportamiento sobré protector, con la carga que representa para cualquier persona, ocuparse de su vida y la de los demás, por muy cercano que sean, como es el caso de los hijos.
Lo importante es que ha entendido su vida y las cosas que le han ido sucediendo, por ello, siempre será más fácil superarlo.
Fue gracias a su amigo Juan con el que relaciono sus pensamientos con sus debilidades físicas.

Cuando lo entendió, la vida la afronta de otra manera y la decisión de su hija es el motivo de apoyo hacía si misma, por haber llegado a donde ha llegado y sentirse realizada, por ello capaz de decidir, la orientación que quiere para si misma. Todo cambia.

jueves, 6 de octubre de 2016

EL BANCO DONDE ESTÁ SENTADO JUAN




Juan observando,  a las personas que se cruza en la calle, encuentra un denominador común, todos tienen prisa y hay que ocupar ese periodo de tiempo en algo, la mejor manera encontrada es el uso del teléfono móvil.
Mediante él te pones en contacto con amigos o con cosas que tienes que hacer o solucionar.
Se pierde el sentido de contemplar lo que te rodea, porque, seguramente, lo tienes muy visto, pero desde luego no sentido. Así piensa Juan, que no solo son las personas en edad de trabajo, sino ancianos y chicos jóvenes.
Nos volvemos impacientes porque todo lo queremos aquí y ahora, ya. Este modelaje social nos hace perder el sentir personal. Y comenzamos la socialización en perjuicio de la individualización. Donde cada persona aporta su grano de arena a la sociedad, pero metidos en la vorágine de la prisa se desvirtúa.
La creación personal tiene prisa, por ello se convierte en una expresión rápida.
Mientras Juan observa, sentado en el banco de una calle el trayecto de las personas que pasan allí, llega a plantearse que es lo que se está haciendo mal o si, por el contrario sale de la manera social de concebir las cosas. Una cosa queda clara, los paseantes ninguno, si camina en solitario, lleva cara de felicidad, todo lo contrario, parecen con la misma careta de seriedad y de preocupación.

Juan se asusta de comprobar de estar en una sociedad enferma, donde él mismo, actúa de igual manera que el resto de personas que pasan por ahí. Y cree, que ha llegado el momento de actuar de otra manera, de llevar la cara sonriente, de disfrutar de los trayectos, en sus desplazamientos y ser consciente de la vida por donde pase. Los problemas serán los mismos pero nuestra disposición personal es diferente.

martes, 4 de octubre de 2016

LOS COMPRIMIDOS "CONDOLOR"




Hoy ha salido en la prensa, que ha salido un medicamento para producir dolor. La noticia ha corrido de un lado a otro y lo primero es preguntar al laboratorio porque salen estas pastillas para producir dolor, cuando lo que se ha estado recetando es para evitar precisamente lo contrario.
Un científico en nombre de la empresa justifica el porque de la salida al mercado.
Explica que hay personas que necesitan sufrir para conseguir unos objetivos y ellos lo único que proporcionan el producto para ello. Pero entonces, la siguiente pregunta es que la venta tiene que salir de las farmacias, pues los productos que expenden son para la salud.
Una sonrisa, es toda la respuesta. El canal farmacéutico es en la oficina de farmacia y ellos allí es donde lo tienen que ofrecer.
Otra pregunta es como puede haber personas que obtienen por el dolor para conseguir unos objetivos.
El afirma que no es psiquiatra pero conoce los funcionamientos del cerebro para obtener esa respuesta.
Otra pregunta lo relaciona con el masoquismo. Contesta que estas píldoras no matan ni producen efectos secundarios sino que es una respuesta para que una persona en un día experimente los efectos del dolor, no crea habito y se puede conseguir los efectos en muy pocos minutos, para ir desapareciendo a lo largo del día. El precio es bastante económico y se vende en un blister en embases de cinco pastillas.
Preguntado por el nombre del producto, es claro “Condolor” 10 mg.

Otra pregunta es si piensan vender muchas unidades y la respuesta es emplazarles para dentro de doce meses y les dirán. Pero hay personas que ya están eligiendo el camino del dolor en su vida, solamente es para acelerar el proceso y descubrir la maravilla de la salud, tras su ingesta. ¿Terapéutico? 

lunes, 3 de octubre de 2016

LAS FURGONETAS DE ANCIANOS




Cuando ves por las mañanas, las furgonetas que van recogiendo ancianos, para llevarlos a los denominados, centros de día. Te acuerdas de la etapa en que llevabas a tus hijos al colegio. Notas los movimientos cortos producidos por problemas articulares, pero como se manifiestan en los muchachos cuando van y no quieren ir a la zona de aprendizaje social.
Algunos no saben donde van, porque se les olvida, otros saben que les sacan de su rutinaria casa, para otros es una oportunidad de contactar con otras personas, diferentes a las de sus familiares, si se acuerdan de ellos.
Los ojos suelen aparecer ausentes y solo los movimientos producidos por el trafico, en el trayecto hasta el centro de acogida, es lo único que les saca de su ensimismamiento mental.
La puerta del centro, se abre una y otra vez para recibir a estos residentes que la abandonaran a las cinco de la tarde, donde comienza la tarea de limpieza y preparación del día nuevo.
La curiosidad siempre esta en la sorpresa de todos esos que olvidan lo que paso ayer, pero si recuerdan, con pelos y señales, lo que ocurrió hace cincuenta años. Las sillas de ruedas, también tienen su acceso, hacía lo que denominan gimnasio donde se induce a mover articulaciones, en la medida de cada uno, sino bastara el movimiento de brazos, para ser conscientes del control, que aún poseen sobre su cuerpo.
Pero las miradas vacías, fijas en el horizonte demuestran las pocas ganas que tienen de seguir viviendo y ese estado de languidez y tedio, marca el carácter y por tanto de la relación con su vida.

Las furgonetas devolverán a la mayoría al mismo sentimiento, aunque hay algunos que se sentirán agradecidos por sacarles de su entorno y seguir pensando que están vivos y sentirlo.