Algo va mal cuando
la persona que pasa junto a nosotros en la calle la sentimos como
extraña, las personas con las que hemos compartido con nuestra
amistad, de pronto por cualquier acción o comentario se convierten
en extraños e incluso enemigos. Las personas que hemos querido
reciben igual tratamiento.
Se ignora todas las
cosas que se han compartido, juntos. Y desaparecen en el último
acto, frase o acción, ya eso es motivo para cerrar toda una época.
Algo va mal cuando
ignoramos al resto de seres humanos porque no son de nuestro circulo,
podemos pasar delante de una persona tirada en la calle como si
estuviéramos viendo una película o un reportaje en la televisión.
Todo esto lleva a
una deshumanización, una perdida de contacto con nuestros
semejantes, todo esto lleva a afirmar que algo va mal.
Esgrimimos poderosas
razones para justificar nuestro comportamiento, lo llenamos de
pruebas, de hechos. Al fin y al cabo, solo, para justificarnos. Para, pensar, que nosotros lo hacemos bien y los demás lo hacen mal. El
sentido de nuestro proceder. Pero aquí bien el gran reto. Es
necesario el estar siempre con la “razón” de nuestra parte. Y
esta entre comillas porque la razón de uno no es la de otra persona.
Cuando comprendemos nuestra diversidad, comenzamos a entendernos.
El camino fue fácil
siempre, pero lo mejor, siempre ha sido seguir el sentir común de
sentirnos solos pero justificado con un gran logro social.
Si los demás lo
hacen llevan la verdad, no me voy a ofuscar en seguir mis
planteamientos. Como decía el dicho si un millón de moscas comen
mierda, no estarán equivocadas, comeremos lo mismo así somos mas
sociales, pero cada vez mas alejados los unos de los otros, curioso
razonamiento que nos lleva al individualismo humano.