viernes, 26 de junio de 2015

LA BICICLETA


La bicicleta se encuentra en la entrada de casa, apoyada sobre una estantería , se encuentra a la espera de ser recogida y abandonarse por las calles de la ciudad.
Es verano y el tiempo invita a buscar la sombra de cualquier parque. Exige poco mantenimiento, entre vez y cuando aceitar la cadena y mirar la presión de las ruedas.
Espera como cualquier maquina a ser utilizada. La perfecta combinación de piezas que unidas facultan a que pueda ser un vehículo y poderte desplazar con el hasta donde la imaginación te lleve.
La sincronía de elementos tan extraños unos de otros y que en unión, estudiada, forman un elemento diferente y útil.
La bicicleta te da la libertad de no estar dentro, sino ser una parte de ella. Ese poder sentir el aire libre, el sol, el frió, la lluvia. Lejos de ser un inconveniente es un modo integrador de la persona con el paisaje, con la ciudad, con el campo. Con notable diferencia como es meterte en una cabina, donde de alguna manera, estas aislado, ya llevamos una sociedad bastante desunida, donde tenemos muchos aparatos de comunicación pero estamos mas solos. La energía la pones tu y tu eres quien mantiene la velocidad deseada, siempre sera poca o mucha, pero sera la decisión de uno mismo.
La maquina apoyada en la estantería, deja de apoyarse en la estantería y, a diferencia de los libros, que están en ella, cambia de lugar. Sin saber si sera el mismo, recorrido o diferente.

Sigue siendo diferente verla entre coches, autobuses y camiones, se la ve débil, pero también escurridiza como una anguila, no supone excesivo peso para tomarla entre los brazos y llevarla a cualquier casa. La sofistificacion ha llegado a ella y se la dota de motor auxiliar, antes era libre.

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