La bicicleta se
encuentra en la entrada de casa, apoyada sobre una estantería , se
encuentra a la espera de ser recogida y abandonarse por las calles de
la ciudad.
Es verano y el
tiempo invita a buscar la sombra de cualquier parque. Exige poco
mantenimiento, entre vez y cuando aceitar la cadena y mirar la
presión de las ruedas.
Espera como
cualquier maquina a ser utilizada. La perfecta combinación de piezas
que unidas facultan a que pueda ser un vehículo y poderte desplazar
con el hasta donde la imaginación te lleve.
La sincronía de
elementos tan extraños unos de otros y que en unión, estudiada,
forman un elemento diferente y útil.
La bicicleta te da
la libertad de no estar dentro, sino ser una parte de ella. Ese poder
sentir el aire libre, el sol, el frió, la lluvia. Lejos de ser un
inconveniente es un modo integrador de la persona con el paisaje, con
la ciudad, con el campo. Con notable diferencia como es meterte en
una cabina, donde de alguna manera, estas aislado, ya llevamos una
sociedad bastante desunida, donde tenemos muchos aparatos de
comunicación pero estamos mas solos. La energía la pones tu
y tu eres quien mantiene la velocidad deseada, siempre sera poca o
mucha, pero sera la decisión de uno mismo.
La maquina apoyada
en la estantería, deja de apoyarse en la estantería y, a diferencia
de los libros, que están en ella, cambia de lugar. Sin saber si sera
el mismo, recorrido o diferente.
Sigue siendo
diferente verla entre coches, autobuses y camiones, se la ve débil,
pero también escurridiza como una anguila, no supone excesivo peso
para tomarla entre los brazos y llevarla a cualquier casa. La
sofistificacion ha llegado a ella y se la dota de motor auxiliar, antes era
libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.